La huelga se extiende en el sur.
Lo que estamos viendo en nuestro país no es una represión ni “violencia desmedida” policial como nos quiere hacer creer la prensa del “régimen”. Lo que estamos viviendo es una guerra militar “convencional” contra los trabajadores provincianos que están luchando contra el golpe cívico-militar reaccionario, por sus derechos democráticos. Las asambleas de las localidades que se van sumando a la lucha votan: renuncia de Dina Boluarte y del parlamento derechista, elecciones ya; asamblea constituyente, libertad a Pedro Castillo y a todos los presos, cárcel para los asesinos del pueblo, etc.
Se trata de una represión racista contra las comunidades indígenas, los campesinos y trabajadores. Van 48 muertos reconocidos y cientos de heridos y detenidos (también hay varios desaparecidos). Decimos guerra porque, obviamente, hay una orden para matar a los protestantes. Para desenvolver esta operación militar, la derecha ha producido una narrativa de “terruqueo”, tildando a los que luchan contra la dictadura golpista como “terroristas”. Ayer más de 100 mil “terroristas” manifestaron en el velatorio de los caídos en el Cuzco. Los terroristas contra el pueblo son Dina, su jefe de gabinete, el congreso y los mandos militares, que quieren acallar mediante la represión y el terror la justa movilización popular.
En este contexto, la consigna de “la paz”, levantada por algunos, es funcional a la campaña macartista de la derecha.
“Pacificación” es una consigna levantada por la derecha neofascista para justificar la salvaje represión. La “paz” es la consigna que utilizó la policía para convocar a la marcha del 3 de enero, mientras seguía metiendo bala y gases al pueblo.
Para la derecha “la paz” es simple de conseguir: renunciando el pueblo a protestar y aceptando la vigencia del gobierno golpista.
Para que haya “paz” la primera condición es echar al gobierno golpista represivo y racista y convocar una Asamblea Constituyente soberana.
La Federación de Trabajadores Mineros ha sacado una declaración apoyando las luchas de nuestros hermanos de clase del interior y denunciando que las patronales están violando la legislación protectora contra las tercerizaciones superexplotadoras. Dicen que han convocado un plenario nacional para el 18 donde votarán medidas. Son muchos días aún.
La dirección de la CGTP ha convocado a un plenario nacional de delegados en Lima para este sábado 14, para resolver medidas de lucha.
Todas las organizaciones que se reclaman obreras y populares deben pronunciarse: ¡extender la huelga general! hasta que derroquemos al gobierno golpista y se convoque una asamblea constituyente soberana.
Para los compañeros de la Agrupación Vilcapaza, la consigna para enfrentar la represión en desarrollo es la de la unidad, la constitución de comités de lucha en cada fábrica y barrio, en cada campo y mercado, por la extensión y profundización de la movilización nacional. Pongamos en pie también en Lima y todo el norte del país.
Abajo el golpe. Asamblea constituyente.
César Zelada
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