Según un informe de la Aduana, las multas a las empresas importadoras y exportadoras se sextuplicaron en 6 meses. Este operativo de auditoría fue anunciado por Sergio Massa en 2022, presionado por la acuciante crisis de reservas del Central, frente a las maniobras de sobrefacturación y sobrestockeo de importaciones y subfacturaciones de exportaciones por parte de las patronales para sacar provecho de la alta brecha cambiaria y fugar capitales, una de las causas que están detrás de la quiebra del Banco Central.
Estas prácticas son moneda corriente y provocan una sangría que pone en crisis las metas fiscales y de acumulación de reservas fijadas por el FMI, lo que llevó al gobierno a incorporar nuevas herramientas de control. Entre ellas, el oficialismo primeramente decidió endurecer las restricciones para importar, una medida promovida por CFK sin ninguna intención de terminar con todos los mecanismos de fuga que desembocaron en esta situación. La receta estaba destinada al fracaso en tanto y en cuanto mantiene inalterable todo este régimen de saqueo por parte de los capitalistas, aumentando la recesión y permitiendo además que las empresas trasladen a los precios finales los mayores costos que les reporta el endurecimiento del cepo.
Sin ir más lejos, la cantidad de operaciones ilegales realizadas entre julio y diciembre fueron 33.150, un aumento del 135%, dado que entre enero y junio las operaciones habían sido 14.134. Hubo más de 33 mil operativos que dieron por resultado multas por más de U$S 1.000 millones en tan solo un semestre. Un desfalco al Banco Central que es moneda corriente y que sería perfectamente evitable si se sometiera al control obrero tanto el comercio exterior como los libros de las empresas.
Los rubros donde se efectuaron la mayor cantidad de acciones ilegales fueron minería, productos agropecuarios, bienes de capital, insumos médico-sanitarios y agroquímicos, en su mayoría cuentan además con exenciones impositivas y beneficios cambiarios otorgados por el gobierno. Es el caso de Livent, empresa exportadora de Litio en Catamarca y gran ejemplo de subfacturación de exportaciones, mecanismo por el cual declara menos dólares de los que en verdad reciben. Con esta multinacional Massa se reunió en Estados Unidos para ofrecerle el oro y el moro para que invierta en el país, incluso a sabiendas de su parasitismo.
Queda claro que el oficialismo ha fracasado en contener la fuga de capitales y esta catarata de multas no son más que ñañas de un gobierno desesperado por cumplir con la meta de reservas impuesta por el FMI, mientras es incapaz de tocar este esquema fraudulento del que se valen las empresas para estafar al fisco y amasar ganancias millonarias.
Todo el comercio exterior de Argentina está al servicio de los negociados capitalistas y el saqueo nacional, en detrimento de la población trabajadora. Urge nacionalizar el comercio exterior bajo control obrero para desarmar todas las artimañas patronales, dado que es la población laboriosa la que paga con hambre y carestía las consecuencias de este régimen de saqueo, y, por lo tanto, es la única clase social interesada en terminar con semejante oprobio.
Camila García
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