miércoles, 22 de junio de 2022

Tandanor y Astillero Río Santiago: una política privatizadora


Sobre el convenio del Ministerio de Defensa con una empresa finlandesa para la construcción de un buque polar antártico. 
 Privatismo peronista. 

El Ministerio de Defensa nacional acordó con la empresa finlandesa Aker Arctic Techonologies la construcción de un buque polar antártico que se realizará en el astillero Tandanor S.A. en un plazo estimado de cinco a seis años. El monto de la inversión ascendería a 220 millones de dólares para “fortalecer la presencia argentina en las puertas del Atlántico Sur”, teniendo en cuenta la base naval proyectada en Ushuaia, un centro logístico en la mira de los EEUU, China y Rusia.
 Que Tandanor sea beneficiado por esta obra mientras el Astillero Río Santiago sigue virtualmente paralizado y sin trabajo es presentado como un éxito de la reconversión de la empresa estatal en una sociedad anónima, con participación mayoritaria del Estado. En realidad como cotiza en bolsa está habilitado a endeudarse, y por esta vía queda bajo el control del capital privado. Tandanor se quedó con la enorme mayoría de los contratos de construcción y reparación de buques en los últimos años del gobierno macrista y durante toda la gestión de Alberto Fernández. 
 A poco de asumir, el actual presidente del Astillero Río Santiago (ARS ) Pedro Waseijko, dirigente de la CTA que preside Hugo Yasky, declaró su intención de modificar el status jurídico de la planta naval de Ensenada para “favorecer inversiones”. Wasiejko y todo el kirchnerismo político y sindical -en primer lugar la burocracia sindical de ATE- pasaron a defender la llamada “sociedad de Estado” para encubrir una ofensiva privatizadora. La sociedad de Estado responde a los mismos criterios que la sociedad anónima, se rige por su ley y apunta a deslindar la responsabilidad del Estado provincial en el financiamiento de la empresa estatal. 
 Lejos de jerarquizar y reactivar el ARS, la “sociedad de Estado” apunta al desguace y a la reconversión de la planta en un taller de reparaciones con menor personal. Es una forma de eliminar competidores para los capitales navieros constructores privados o asociados con el Estado. Cada trabajo derivado a Tandanor agudiza las presiones de Kicillof, Wasiejko y la burocracia de ATE para intentar imponer lo que los trabajadores del Astillero Río Santiago rechazan. 
 De hecho, el ARS viene siendo marginado de los contratos principales del ministerio de Defensa para beneficiar a la sociedad anónima Tandanor, donde la asociación del Estado con los privados está muy avanzada. En esto se fundaba el gobierno de Macri para querer “dinamitar” al ARS. Con la llegada de Alberto Fernández a la presidencia y de Kicillof a la gobernación bonaerense, esta tendencia a vaciar el Astillero estatal tomó un nuevo impulso. 

 ¿En veremos? 

La deriva que tenga la guerra en Ucrania que enfrenta a la OTAN y al gobierno títere de Zelenski contra el gobierno ruso de Putin será determinante para el futuro del buque Polar y para el destino de los acuerdos comerciales que vinculan a Tandanor con la empresa finlandesa. Está por verse como afecta la restricción de dólares impuesta por el pacto con el FMI, que exige “cuidar las reservas” para pagar la deuda externa. 
 Tanto la fabricación del barco como el Polo Logístico Antártico anunciado por el ministro de Defensa Jorge Taiana en marzo pasado, colisionan con la posible participación de capitales rusos y chinos, que Biden se propone bloquear como parte de su guerra comercial contra el resto de los jugadores. Abriendo el paraguas, fuentes “en off” del propio gobierno nacional siembran dudas sobre las posibilidades reales de construir el buque polar en los plazos anunciados, equivalentes a un tercio de los tiempos reales de fabricación que se manejan en otros astilleros del mundo. 
 Finlandia, recordemos, pidió el ingreso al tratado militar del Atlántico Norte, que comandan los EEUU, no sin choques con las potencias capitalistas europeas. El acuerdo de construcción de Tandanor se hará con un pulpo naviero que maneja el 85% de las embarcaciones de este tipo. A la fecha, el proyecto se encuentra en la fase de desarrollo de ingeniería básica que se estiraría hasta el segundo trimestre del 2023 y debería financiarse con el Fondo Nacional de la Defensa, sujeto a revisiones presupuestarias plurianuales. 
 Además, el futuro del “proyecto” está condicionado al resultado electoral del año que viene y al propio ajuste fondomonetarista, que oficia como auditoría permanente del capital financiero. Las sociedades anónimas o de estado son una vía para la privatización de las empresas estatales, una suerte de neomenemismo del Frente de Todos. La complicidad de la burocracia es evidente en su apoyo al gobierno y al proyecto de la patronal de Astillero Río Santiago, pero también en la negativa a convocar una asamblea general en la fábrica para no lidiar con la respuesta y el rechazo obrero. 
 Las elecciones de delegados en el ARS y de la CTA Autónoma serán parte de una campaña de movilización en defensa de un Astillero estatal bajo control obrero. Así las encarará Tribuna del Astillero (CSC del Partido Obrero). 

 Daniel Rapanelli

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