Con motivo de un nuevo aniversario de su fallecimiento, rescatamos un artículo en homenaje a Agustín Tosco publicado al momento de los hechos, en el periódico Política Obrera, antecesor de Prensa Obrera, N°248, el 11 de noviembre de 1975.
El jueves 6 murió Agustín Tosco, gran dirigente combativo del movimiento obrero argentino. Sus restos fueron acompañados por varios miles de trabajadores -10.000 informa La Opinión del 8-11- y despedido en su marcha hacia el cementerio de la ciudad mediterránea por otro multitudinario cortejo que, desde las veredas y las calles, manifestó su cariño y simpatía hacia quien constituyó por todo un período el símbolo inconfundible de la lucha contra la burocracia sindical.
Agustín Tosco dejó de existir a los 46 años, prófugo de la policía peronista, cuyo gobierno intervino en agosto de 1974 el sindicato de Luz y Fuerza, que dirigía desde el año 1953. Dos veces preso bajo el gobierno militar, la lucha por su liberación constituyó en una y otra oportunidad bandera de denuncia y agitación de todo el movimiento obrero y democrático del país, que terminó quebrando a la dictadura.
Sus enemigos, los que lo reemplazaron en la organización que él forjó y que apañaron su cesantía en la Empresa Provincial de Energía donde se empleaba desde hace 25 años, tuvieron que declarar un paro de 24 horas en su homenaje, para ocultar la evidencia de que el gremio paraba solo.
Tosco perteneció a la vieja generación de la vanguardia obrera que encabezó a los sectores antiburocráticos en los sindicatos. Se distinguió por su defensa de la independencia de las organizaciones gremiales frente al Estado, pero adoptando una posición de carácter reformista. Durante mucho tiempo, Tosco militó en el seno de la «Comisión Nacional Intersindical», ligada al Partido Comunista, y se enroló en las filas del «Encuentro Nacional de los Argentinos», del que se desvinculó más tarde, acercándose entonces al «Frente Antiimperialista y por el Socialismo» (ambos, el ENA y el FAS, agrupamientos de características «frente populistas»).
Tosco alcanzó gran relieve en la escena política a partir del «Cordobazo», movilización que, según él mismo, «lo había sobrepasado». A pesar de su gran lucha contra la burocracia, equivocada fue su posición frente al ascenso peronista: Tosco apoyó la fórmula del FREJULI [N. de E.: La lista del peronismo] en su provincia. Bajo la presión del PC, se opuso a estructurar una alternativa electoral clasista para el 23 de setiembre de 1973 [N. de E.: Elecciones presidenciales en las cuales triunfó Perón] y, en oportunidad de la primer gran huelga de Villa Constitución -aún en vida de Perón-, se opuso también a la formación de una Coordinadora Sindical Clasista a nivel nacional.
Tosco representó toda una fase del movimiento obrero nacional, con su extraordinario empuje, con su firme entereza en los peores momentos cuando un tribunal militar, después de la «ocupación militar» de la ciudad los primeros días de junio de 1969, lo condenó a 2 años y medio de prisión, con sus llamados a la lucha desde la cárcel, con su profundo humanismo que ha calado tan hondo en los trabajadores cordobeses.
Tosco es una parte insoslayable de la evolución política independiente de la clase obrera de nuestro país, que lo reconoce como carne y sangre de sus luchas, de sus triunfos y derrotas, que le marcan la senda de su emancipación como clase y la de la liberación nacional y social de todo el pueblo trabajador.
Rendimos nuestro homenaje a un gran dirigente combativo.
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