La Plaza de la Izquierda colmada con 35 mil personas, y los actos que el Partido Obrero puso en pie en todo el país, dieron expresión política de las luchas de miles de trabajadores ocupados y desocupados, las mujeres y la juventud. Como indica Juan García en la editorial semanal, “esta proyección política, bien mirada, condiciona al conjunto de la situación política, porque se conecta con el temor, en los sectores de poder, a la emergencia de grandes movilizaciones populares”. La campaña electoral mostró que el gobierno teme la fuga de votos por izquierda, ante la posibilidad de ingresar a legislaturas y concejos que son bastiones del peronismo por primera vez.
Por eso el gobierno de Alberto Fernández hace demagogia y el kirchnerismo habla de no pagar la deuda con “el hambre del pueblo”, pero lo que define el rumbo sigue siendo alcanzar un acuerdo con el FMI. Así, en plena campaña electoral y desde Roma, el ministro de Economía Martín Guzmán expresó que el cumplimiento de los vencimientos con el Fondo Monetario no está en duda, sobretasa usuraria inclusive, aunque sea a costa de dejar al Banco Central sin reservas propias.
Ese fue el eje de la participación del presidente en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Glasgow, la COP 26. El presunto plan oficial para reducir las emisiones de carbono no implica plan alguno, como reconocieron los propios funcionarios argentinos, aunque sí cuela la política de incentivos a las petroleras para la producción de gas en Vaca Muerta. La agenda del gobierno implica gasificación, transgénicos e hidrógeno verde solo para exportación, porque está guiada en la obtención de divisas para el pago de la deuda. En esta nota de Iván Hirsch ahondamos en los anuncios sobre una megainversión de la minera australiana Fortescue para la producción de «hidrógeno verde» en Río Negro.
Por su parte, la reunificación de la CGT y la integración de los movimientos sociales oficialistas tienen como marco la colaboración con este ajuste del gobierno: aúnan esfuerzos para acallar los cuestionamientos crecientes frente al deterioro del salario o la precarización laboral, mientras están discutiendo aceptar las reformas laborales, incluida la eliminación de las indemnizaciones. Según datos del Ministerio de Trabajo, la lenta recuperación laboral en la pospandemia se destaca en categoría de monotributo. Muchas de las patronales obligan a sus empleados a encuadrarse bajo esta figura para evadirse de los “costos laborales” y obligaciones propias del reconocimiento de una relación laboral.
Como contracara, a pesar de que se hablaba de un supuesto «plan patita», no ha llegado el cuarto IFE, ni el bono a los jubilados, y los salarios siguen a la baja: según el índice salarial de agosto publicado por el Indec, estos aumentaron un 49,1% interanual frente a una inflación del 51,1% en ese período. El alza inflacionaria se reflejó además en una caída en la recaudación del IVA por la depresión en el consumo popular. Para muestra sobra un botón: en esta nota de Sofía Hart vemos los aumentos exorbitantes de la leche, un 480% en los últimos 5 años, y mientras se derrumba el consumo local suben las exportaciones. El gobierno habla de un congelamiento de precios, pero este mes vuelven a aumentar las tarifas del celular, el GNC y los alquileres.
El problema habitacional también se agrava. Otro informe del Indec demostró que la mitad de los hogares urbanos no accede a los tres servicios esenciales para vivir: cloacas, agua y gas. Un dato que pone sobre la mesa la precariedad de las condiciones de vida de la población trabajadora.
En este contexto fue motivo de debate la presentación de la plataforma de Avanza Libertad, el partido de Milei y Espert. Punto por punto, concentra su programa en una “recomposición económica” fundada en una reforma laboral profunda, la supresión del derecho de huelga, la eliminación progresiva de la precaria asistencia social y la liquidación del régimen previsional argentino. La plataforma marca un rumbo rabiosamente antiobrero, que más o menos abiertamente está presente en todos los bloques patronales.
Al mismo tiempo Mauricio Macri planteó públicamente su llamado a Milei a confluir en una lista común para 2023. El “liberal” que se la pasa hablando de la “casta política” -a pesar de estar rodeado de exfuncionarios y elogiar a Menem y Cavallo- dijo que el jefe del PRO tuvo “intenciones buenas” al iniciar su gobierno; pero que “se rodeó mal” (y que por eso no llevó a fondo el ajuste y las reformas antiobreras). La impostura “anticasta” duró poco y abona como un factor de presión dentro de Juntos x el Cambio, por un posible armado de derecha para las próximas presidenciales.
Frente a todo este cuadro el voto a la izquierda es la única alternativa que refuerza la defensa del salario, las jubilaciones, la educación, el acceso al trabajo y las condiciones laborales, el acceso a la vivienda, todos amenazados por la crisis en curso. En la última semana antes de las elecciones generales, nuestra lucha se concentrará en ganar cada voto, en todo el país, en cada barriada y lugar de trabajo, para conquistar bancadas en el Congreso, legislaturas y concejos municipales que refuercen estas luchas. Para defender esta perspectiva, vamos a la conquista de miles de fiscales en todo el país, reforcemos el voto al Frente de Izquierda Unidad.
Buen domingo.
Camila Mic
No hay comentarios:
Publicar un comentario