Así, ML pasó de valer u$s 97.600 millones a los u$s 64.230 millones actuales.
Esto representa un cachetazo para la compañía, presentada por un importante sector de la burguesía y sus medios masivos de comunicación como La empresa modelo de cuño nacional, entre otras variables, por su “modelo de negocios”, sus formas de contratación y su supuesto crecimiento imparable, que este desplome viene a desmentir. No debe llamar la atención, entonces, que esta información no esté circulando casi en ningún medio.
A mediados de noviembre ML decidió volver a los mercados de capitales para vender acciones. La última vez que la empresa había hecho lo mismo fue en marzo de 2019, recaudando u$s 1.900 con inversiones de compañías como PayPall. Pero este año no corrió con la misma “suerte”: vendió un millón de acciones por un total de u$s 15.500 millones, lo que generó que los papeles del gigante tecnológico cayeran un 5,5% en Wall Street. Duro golpe. Luego de esto, los papeles de la compañía pasaron de valer u$s 1.971 a u$s 1.273.
La caída de las acciones era relativizaba en ese momento por el sitio invertironline de la siguiente manera: “si bien la noticia no fue bien recibida por el mercado, Mercado Libre mantiene sus fundamental de crecimiento y la emisión de acciones apunta a sostener esos fundamentas.”
Los números favorables que presentó la compañía como balance del tercer trimestre del año, con tasas -ficticias- de crecimiento imparables, se chocaron con la realidad bursátil. No es que hablemos siquiera de una corrida accionaria en beneficio de otra empresa. La gran caída de sus activos financieros es la demostración de que no todo lo que brilla es oro.
En el “relato oficial”, ML es la empresa argentina por excelencia, el modelo a seguir, la que contrata continuamente todo tipo de mano de obra. Sin embargo, para ver otra dimensión de esta realidad, lo que perdió ML en el último mes equivale a un 32% más que el valor total de todas las compañías argentinas, valuadas en su conjunto en u$s 20.000 millones.
Por más que se la quiera presentar como una “isla exitosa” en medio de la anarquía del capital, la empresa no está exenta de los cimbronazos de la crisis capitalista de raíz que atraviesa al mundo. Quien quiera presentar el desplome accionario de ML como un “simple problema financiero” pretende tapar el sol con la mano: las ramificaciones de la crisis generan tanto ganancias extraordinarias, así como pérdidas enormes allí donde se suponía que reinaba la fortuna. No nos dejemos engañar: este no es un problema simplemente de “números”, es la expresión de un sistema social, económico y político acabado.
Matias Melta
29/11/2021
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