El cura abusador Raúl Sidders será llevado a juicio. A casi un año de su detención, fruto de la incesante lucha que libró «Rocío», su denunciante, junto al movimiento de mujeres de La Plata y organizaciones contra la impunidad de los abusos eclesiásticos, enfrentando todas las presiones que la cúpula de la Iglesia Católica desplegó para encubrir el caso.
El juez Agustín Carlos Crispo, a cargo del Juzgado de Garantías Nº6 de La Plata, rechazó el pedido de prescripción y sobreseimiento presentado por la defensa de Sidders, imputado por abuso sexual agravado. Hizo lugar así al pedido de elevación a juicio del fiscal Álvaro Garganta, quien con pruebas reunidas en la investigación pudo acreditar que entre 2004 y 2008, cuando el cura se desempeñaba como capellán del Colegio San Vicente de Paúl de La Plata «abusó sexualmente de una menor de 11 años al inicio de los actos, a quien hacía colocar sus manos en los bolsillos de la sotana y sentir su pene erecto, situaciones que acaecían en el patio de la institución y durante los recreos». El fallo recoge los argumentos esgrimidos por los abogados patrocinantes de Rocío, Pía Garralda y Juan Pablo Gallego.
Si bien la defensa va a recurrir el fallo, se trata de un importante paso en la causa para lograr justicia y para la lucha contra la impunidad de estos delitos, ya que precisamente es de la figura de prescripción de la que se valen numerosos funcionarios clericales y las cúpulas de la Iglesia para obtener el amparo judicial y quedar libres de cargos.
Desde que fuera radicada la denuncia, el Arzobispado de La Plata y el Obispado de Iguazú buscaron amedrentar a Rocío y al resto de los alumnos y exalumnos del San Vicente que acusaban el trato vejatorio y discriminatorio que ejercía como autoridad escolar, e incluso ensayaron un apriete judicial contra Prensa Obrera por hacer lugar a esas voces. Fue con organización y movilización que la causa se abrió paso. Actualmente, luego de medio año alojado en la alcaldía de Lisandro Olmos, Sidders goza del beneficio de prisión domiciliaria en un country de Pilar, donde se manifestaron organizaciones de mujeres de la región para denunciar este privilegio.
La lucha seguirá hasta que sea condenado y cumpla su sentencia en cárcel común. Justicia por Rocío y todos los sobrevivientes de abusos eclesiásticos. Basta de impunidad.
Prensa Obrera
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