Assange había denunciado la tortura sistemática que gobierno y ejércitos imperialistas ejercen sobre poblaciones civiles, las masacres y las violaciones, los acuerdos secretos y las transgresiones a los derechos humanos más elementales.
Wikileaks
Wikileaks se transformó en una amenaza para la élite política en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia luego de la publicación de información estatal secreta que involucra a esos gobiernos e crímenes de guerra. Melzer explica la estrategia imperialista: “Imagina el cuarto oscuro. De repente, alguien ilumina al elefante en la habitación, a los criminales de guerra, a la corrupción. Los gobiernos están brevemente en estado de shock, pero luego cambian la atención con acusaciones de violación. El elefante vuelve a desaparecer en la oscuridad, detrás del foco. Y Assange se convierte en el foco De repente, todos sabemos que es un violador, un hacker, un espía y un narcisista. Pero los abusos y crímenes de guerra que descubrió se desvanecen en la oscuridad” (Republik, 31/1).
El proceso
Melzer indica que la policía sueca armó un caso de abuso contra Assange: “había una contradicción que no tenía sentido para mí con mi amplia experiencia legal: ¿Por qué una persona estaría sujeta a nueve años de una investigación preliminar por violación sin que se hubieran presentado ni siquiera cargos? (…) Imagínese ser acusado de violación durante nueve años y medio por todo un aparato estatal y por los medios de comunicación sin tener la oportunidad de defenderse porque nunca se habían presentado cargos”. Desde ese momento, Assange fue encarcelado y sufrió lo que Amnesty Internacional reconoció como “tortura”. Assange no huyó para evitar la cárcel, sino que “denunció a las autoridades suecas en varias ocasiones porque quería responder a las acusaciones. Pero las autoridades bloquearon cualquier posibilidad (…) nunca ocurrió ninguna violación” (ídem).
El representante de la ONU dijo que la declaración policial fue “manipulada” y “modificada” por la policía de Estocolmo. De allí Assange fue a Londres, pidiendo asilo en la embajada de Ecuador. Por siete años, sus abogados hicieron más de 30 ofertas para organizar la visita de Assange a Suecia, a cambio de una garantía de que no sería extraditado a EEUU. Los suecos se negaron argumentando que EEUU no había presentado una solicitud formal de extradición. Sus abogados finalmente solicitaron a la Corte Suprema de Suecia que obligara a la fiscalía a presentar cargos o cerrar el caso, y Gran Bretaña ejerció presión para no cerrar el caso. Luego de ser sacado de la embajada, Assange fue sentenciado sumariamente para que EEUU preparara su caso de espionaje en su contra. Luego, Suecia abandonó el caso en su contra en noviembre de 2019, al cabo de casi una década.
Melzer dice que Assange en EEUU “no recibirá un juicio compatible con el estado de derecho. Esa es otra razón por la que no debería permitirse su extradición. Assange recibirá un juicio con jurado en Alexandria, Virginia, el notorio «Tribunal de Espionaje» donde EEUU juzga todos los casos de seguridad nacional. La elección del lugar no es una coincidencia, porque los miembros del jurado deben ser elegidos en proporción a la población local, y el 85% de los residentes trabajan en la comunidad de seguridad nacional: en la CIA, la NSA, el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado (…) el veredicto es claro desde el principio. Los casos siempre se juzgan ante el mismo juez a puerta cerrada y sobre la base de pruebas clasificadas. Nadie ha sido absuelto allí en un caso como ese” (ídem).
Agrega que “Mientras los empleados del gobierno estadounidense obedezcan las órdenes de sus superiores, pueden participar en guerras de agresión, crímenes de guerra y tortura sabiendo muy bien que nunca tendrán que responder por sus acciones. Hoy, Estados Unidos se ha retirado del Consejo de DDHH de la ONU, y ni la masacre del «asesinato colateral» ni la tortura de la CIA tras el 11 de septiembre ni la guerra de agresión contra Irak han dado lugar a investigaciones penales. Ahora, el Reino Unido está siguiendo ese ejemplo. El Comité de Seguridad e Inteligencia del propio parlamento del país publicó dos informes extensos en 2018 que muestran que Gran Bretaña estaba mucho más involucrada en el programa secreto de tortura de la CIA de lo que se creía anteriormente. El comité recomendó una investigación formal. Lo primero que hizo Boris Johnson después de convertirse en primer ministro fue anular esa investigación”.
La intimidación tiene como objetivo “crear un sistema asesino ante nuestros propios ojos”. No se enjuicia la tortura ni los crímenes de guerra. “Están circulando videos de YouTube en los que los soldados estadounidenses se jactan de llevar a las mujeres iraquíes al suicidio con violaciones sistemáticas. Nadie lo está investigando. Al mismo tiempo, una persona que expone tales cosas está siendo amenazada con 175 años de prisión”.
¡Libertad ya a Julian Assange!
Emiliano Monge
05/02/2021
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