La asamblea nucleó a un sector importante del activismo y de las bases, muchos otros compañeros no han podido participar debido al límite de la capacidad de la plataforma por la que nos hemos conectado. Uno de los ejes de cada intervención ha sido la necesidad de avanzar en una lucha de conjunto con los compañeros referenciados en la UTE-CTERA, que no encuentran espacio ni respuesta ante una dirección totalmente integrada al Estado, y que acompaña en su inmovilismo a la política criminal de los gobiernos nacionales y de Ciudad.
Desde TD Tendencia intervinimos planteando que la “vuelta a las aulas” es la punta de lanza de una pretendida “normalización” de la economía por parte del capital, que incluye poner fin a cualquier régimen de excepcionalidad debido a la pandemia.
A la par de la denunciar que el regreso presencial atenta contra la salud de la familia trabajadora en su conjunto, también colocamos la enorme desorganización familiar que provocará el régimen de asistencia dispuesto por el gobierno: en la mayoría de las escuelas deben desdoblarse los grupos y los/as estudiantes asistirán un día sí y un día no (escuelas de jornada simple) y en horarios escalonados.
A su vez, manifestamos que la asamblea de Ademys debió haberse anticipado: tenemos por delante un solo día hábil para organizar el no inicio, con un fin de semana largo de por medio.
La asamblea ha sido un botón de muestra de la voluntad de la docencia de toda la Capital de continuar la lucha emprendida el año pasado. Han participado representantes de las distintas áreas con mandatos de sus escuelas expresando lo que se ha viralizado en fotos y videos esta semana: que no hay condiciones para ningún tipo de presencialidad, con una situación epidemiológica alarmante y escuelas totalmente derruidas, imposibles de reacondicionar tan sólo con botellas de alcohol y máscaras precarias. Todo esto ha provocado que en tres días ya tengamos 10 compañeros contagiados y escuelas cerradas. Otras de las preocupaciones que se han colocado fuertemente es el recorte en las licencias y dispensas, dejando por fuera a mayores de 60 años, convivientes con pacientes de riesgo y a quienes tienen hijos menores de 14 años, en un gremio con 80% de mujeres, muchas de ellas jefas de hogar.
Si bien en general la asamblea tradujo la barbarie que significa esta vuelta, ha quedado abierto un debate sobre la consigna que lleva adelante el sindicato, modificada por el Consejo Directivo, puesto que la votada en asambleas del año pasado había sido “En pandemia no volvemos”. Nuestra agrupación y muchos otros compañeros hemos colocado que la actual moción de la directiva admite la presencialidad con unas condiciones que, de cualquier manera, exponen la salud y la vida de la docencia, estudiantes y las familias. Si no hay condiciones epidemiológicas, debemos oponernos a volver; no discutir las “condiciones” engañosas de esa vuelta, es decir, reformas cosméticas que no aseguran de ningún modo la propagación de contagios. Las agrupaciones de la directiva, en su mayoría integrantes del FIT U, han resumido su posición en un pliego de 10 puntos respecto de un hipotético ‘retorno seguro’ –es un pasaporte para marchar a un campo de maniobras con el gobierno, cuando las dos condiciones de hierro –que bajen los contagios y que nos vacunen- están lejos aún. Los países que siguieron el camino de Larreta -Trotta han terminado en una rápida multiplicación de los contagios y la vuelta al confinamiento.
Por otro lado la Carlos Fuentealba (Nuevo Más) ha mocionado, en línea con lo planteado el año pasado, lo “indiscutible de la presencialidad cuidada”, a la medida de las exigencias del gobierno.
De la mano de la obligatoriedad, Larreta y Acuña pretenden que toda la matrícula de los diferentes niveles educativos asista a las escuelas el próximo 17. El paro por el no inicio intenta quebrar esa extorsión del gobierno porteño.
Los y las docentes congregados en la asamblea de Ademys se pronunciaron contra este intento criminal que atenta contra la salud y la educación.
Flor Palombo
12/02/2021
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