La CGT anunció esta tarde un paro nacional de actividades para el próximo miércoles 29 de mayo. Según el binomio directivo que integran Héctor Daer y Carlos Acuña, es ante la grave situación social y económica. No dispusieron, sin embargo, ningún tipo de movilización.
El paro convocado forma parte de una política de descompresión frente al agravamiento de la crisis. El crecimiento de la pobreza, la inflación, los despidos masivos, y los tarifazos, han provocado un hondo repudio popular al gobierno de Macri.
En este cuadro, la burocracia opera en función de un recambio electoral peronista en las elecciones de octubre. Daer se encargó de recordar en la conferencia que forma parte del Consejo de Acción Política del justicialismo.
Al mismo tiempo, la burocracia de la CGT busca reacomodarse tras el paro del 30 de abril, que a pesar de su carnereo resultó importante en numerosos gremios, e incluso motivó el paro de un sector de la UTA.
Otro aspecto que incide en el paro lanzado por la CGT es el retaceo de fondos adeudados a las obras sociales por parte del gobierno. Recién en el día de ayer el gobierno anunció una liberación parcial de los mismos. En el día de ayer, Osecac (obra social de Comercio) publicó una dura solicitada en Clarín reclamando al gobierno un aumento de fondos o el aumento del aporte por parte de monotributistas y jubilados, diciendo que si no la cobertura se vuelve inviable. En función de las promesas de fondos, la burocracia había archivado en su momento la convocatoria a una medida de fuerza.
Finalmente, en la convocatoria al paro incide el problema del impuesto al salario, por el que la Confederación del Transporte “paró” el feriado del 1° y pararía el feriado del 25.
Pero la burocracia no tiene ninguna intención de desarrollar las reivindicaciones de los trabajadores. Es un elemento integrante del “régimen del FMI”. Sus referentes volvieron a reunirse con el organismo que comanda Christine Lagarde en el día de ayer.
Para los trabajadores, sin embargo, el paro es una oportunidad para impulsar la lucha por todas las reivindicaciones. Por el salario, cuando el gobierno apunta a cláusulas truchas de revisión e impedir una recomposición por lo perdido por la devaluación en 2018. Contra la precarización, en medio del avance flexibilizador sobre los convenios. Y contra los despidos, que vienen motivando diversas luchas, por ejemplo en Clarín, Alba, y las aceiteras Dánica y Viluco.
El Plenario del Sindicalismo Combativo se reunirá en breve para impulsar la transformación del paro de descompresión de la CGT en un paro activo, como parte de la lucha por un paro de 36hs. para derrotar el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI.
Prensa Obrera
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