miércoles, 18 de abril de 2012

Arrogantes con Argentina, lacayos con Merkel y Sarkozy


La decisión del gobierno argentino de nacionalizar el 51% de las acciones de YPF, filial de Repsol, ha desencadenado una crisis y una campaña de patrioterismo ante el "agravio del que hemos sido objeto". El PP ha salido a la palestra insistiendo en que "el ataque a Repsol es un ataque a España y a su gobierno".

Ante estos hechos, desde Corriente Roja queremos señalar:

1.- El conflicto en Argentina con Repsol ni comienza en estos días ni se limita a un conflicto con el gobierno argentino. La presencia de Repsol en Argentina se remonta a 1999 donde YPF fue vendida por el Presidente Menem en lo que fue la orgia privatizadora de los años 90, y que terminó en el Corralito.
Todos estos años han estado marcados por constantes enfrentamientos entre esta multinacional y los trabajadores y sectores populares argentinos, que sufrieron la entrega del sector petrolero argentino a Repsol.
Miles de despidos y trabajadores presos por negarse a ser condenados al hambre son el primer precio que pagó el pueblo argentino por la entrada de Repsol. Ha sido la presión de los trabajadores y el pueblo argentino lo que ha obligado al Gobierno de la Kirchner a llegar más lejos de lo que quería.
2.- YPF supone para Repsol el 50% de su producción total de hidrocarburos, cerca de la mitad de sus reservas y un tercio de sus beneficios. En estos años, al tiempo que Repsol-YPF saqueaba los yacimientos argentinos y acumulaba pingües beneficios, la producción fue decayendo. La producción petrolera se redujo en un 23% entre 2003 y 2011. Otro tanto sucedió con el gas, pasando de 46 mil millones de metros cúbicos en el 2003 a 42 en el 2011. Esta disminución de la producción ha ido obligando a Argentina a dedicar cada vez más recursos a la importación de combustibles y energía. “Del autoabastecimiento que se había conquistado a mediados de la década de los ’80 con la YPF estatal, se pasó a la importación con el modelo de las multinacionales privadas". (Avanzada socialista periódico del PSTU de Argentina)
3.- La gestión de la multinacional Repsol, así como sus inversiones no atienden a más criterio, como toda multinacional, que al de la producción para la ganancia, la optimización de los beneficios. Entre 1999 y el 2011 Repsol IPF invirtió en Argentina 8 mil millones de dólares, mientras obtuvo unas ganancias netas de 16.500 millones de dólares, de los cuales repartió entre sus accionistas 13 mil millones. Estas son las cuentas del saqueo que Repsol ha sometido a Argentina a lo largo de todos estos años. Durante este período ha ido vaciando los yacimientos sin otra preocupación que no fuera tener a buen recaudo los beneficios de los accionistas del Repsol.
4.- El Gobierno de Rajoy sale en defensa de la "empresa española" cuando en realidad el accionariado de Repsol es mayoritariamente extranjero. Los accionistas españoles justo alcanzan el 27%, entre La Caixa (un 13%), el BBVA (4%) y la constructora SACYR (el 10%, comprado con un crédito de 46 bancos, entre los cuales el Santander, la banca francesa, británica y holandesa). El denominado 'free float', el capital flotante que cotiza en bolsa, supone el 62,21% del accionariado, buena parte de cuyos títulos (el 42% del total) está en manos de fondos de inversiones norteamericanos y británicos (JP Morgan Chase Bank National Association –EEUU- Chase Nominees Ltd. –GB-, State Street Bank and Trust -EEUU-…), a los que hay que añadir el 10% de la mexicana PEMEX o el 3,32 del banco francés BNP-Paribas.
5.- Por más que Rajoy se dé golpes de pecho patrióticos, el papel de Repsol en Argentina muestra el rol de las multinacionales "españolas" en América Latina.
Así como los otros imperialismos, el español y sus multinacionales (Repsol, Telefónica, Santander, BBVA, Inditex, Acciona…) son sinónimo de saqueo de las riquezas de los pueblos y explotación de la clase trabajadora. El ejemplo de Repsol, apoyando a dictaduras como la de Obiang en Guinea Ecuatorial o la de Kazajastán o al gobierno de Perú, donde ha sido denunciada por la organización Survival Internacional, es un ejemplo de que no existe un imperialismo “humanitario y civilizatorio”, el europeo, y otro “militarista y dictatorial”, el yanqui.
Cuando se califica a las multinacionales españolas como "piratas", a algunas de ellas como Repsol, en rigor habría que llamarles corsarios, porque roban con una bandera pero entregan la mayoría del botín a otros.
6.- La campaña patriótica del Gobierno muestra la "valentía" del cobarde, amenaza con declarar una guerra comercial a Argentina para defender los intereses de los bancos y empresas inversoras mientras se ha convertido en el capataz de la Merkel y Sarkozy, el ejecutor del expolio del país vía el pago de la ilegítima e inmoral deuda pública.
Que saqueen a los trabajadores y el pueblo, que no ganemos para recortes y reformas, que tengamos seis millones de parados, que miles de familias sean desahuciadas y echadas como animales a la calle, que la juventud no tenga presente ni futuro, no merece de este gobierno ni el menor gesto de resistencia a la vorágine de los bancos alemanes, franceses y españoles. Pero si Argentina se planta y reclama lo que es suyo, sus recursos petroleros, entonces se organiza una campaña patriótica por todo lo alto. Estos "patriotas" llevan la bandera en la billetera. Son patriotas de la banca, de las multinacionales para quienes defienden y gobiernan, a costa del saqueo de los trabajadores y los pueblos, sean argentinos o del Estado español.
7.- Resulta vergonzoso ver desde la "izquierda" ofrecer, como ha hecho en nombre del PSOE Rubalcaba, su apoyo a Repsol y al Gobierno del PP. Vergonzoso ver al dirigente de la UGT, Antonio Deusa, Secretario General de la Federación de Industria exigir del gobierno "una respuesta contundente" y advertir que si no se hace hay el peligro de un "efecto contagio" en el resto de empresas españolas que operan en Argentina.
Los dirigentes ugetistas, que no han puesto ni en duda siquiera el saqueo que supone para el país el pago de los intereses de la deuda pública a los bancos, sacan pecho "patriótico" para defender a Repsol.
8.- El gobierno argentino, que dice “expropiar” Repsol, en realidad lo que está haciendo es convertirse en socio de su grupo industrial Petersen, propietaria del 25% de YPF, que no ve tocadas sus participaciones. El objetivo real del gobierno argentino no es nacionalizar YPF de conjunto, para ponerla al servicio del pueblo trabajador, sino hacerse con la mayoría de las acciones para explotar los recursos aparecidos en las provincias de Neuquen y Mendoza, y no es nada descartable que acabe sustituyendo a Repsol por otros expoliadores capitalistas, chinos o de donde sean.
9.- Los trabajadores/as, los jóvenes, los sectores populares que estamos sufriendo en nuestras carnes la consecuencia de los recortes, del saqueo de la deuda, de un gobierno que gobierna para las multinacionales y la banca, no podemos por menos que repudiar el intento de asociar la nacionalización de Repsol a un "ataque a España".
El pueblo argentino tiene derecho a recuperar sus recursos y a disponer de ellos, tiene todo el derecho a echar de allí a Repsol y a todas las multinacionales que han sido y son parte del saqueo del pueblo. Y lejos de repudiar esa acción legitima, hay que empezar a exigir aquí el mismo camino, la suspensión del pago de la deuda y la expropiación de la banca y las industrias claves y bajo control de los trabajadores/as, para poner todos esos recursos al servicio de un plan de rescate de los trabajadores y el pueblo, que reorganice la economía y acabe con el desempleo.

Fuera Repsol y todas las multinacionales españolas de Argentina

El petróleo y el gas son argentinos

Fuera la campaña patriotera del gobierno Rajoy y del PSOE

Corriente Roja

17 de abril de 2012

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