Massa asumió el miércoles con el aval del conjunto de los integrantes de la coalición gobernante, empezando por la misma Cristina Fernández de Kirchner, que lo recibió el martes mientras el fiscal que sigue la causa de vialidad daba un informe lapidario sobre la corrupción en la obra pública en que está inculpada la vice. Una reunión de apoyo mutuo. Además del apoyo de Cristina, recibió el beneplácito de la burocracia sindical, de los dirigentes piqueteros oficialistas de Somos y el Movimiento Evita. También de su socio en Jujuy, el radical Gerardo Morales. De varias cámaras empresariales. E incluso internacionales como el del diario financiero por excelencia el Financial Times.
Mientras fue anunciando quiénes integrarían su gabinete, creció la certeza de que el “cartucho” de Massa parece venir fallado. El equipo que lo acompaña es el resultado de un loteo y la vuelta de viejos conocidos, todos ellos responsables del derrumbe del país durante casi los últimos 40 años como mínimo, y que responden a las diversas facciones de los socios de la coalición.
Massa en la conferencia de plan efectuada ya como ministro dejó en claro muy pocas cosas como caracterizamos en nuestro editorial semanal. Lo que definió sin dudas es un plan de guerra contra los trabajadores, montado sobre un ajuste muy fuerte, recortando partidas, etc. en la búsqueda de cumplir con las metas que les fijó el FMI, del 2,5%. Y sobre un aspecto no menor: el anuncio de un tarifazo que afectará a la inmensa mayoría de la población, ya sea por la vía de quedar fuera de los subsidios directamente (un 45% de los usuarios) o por tenerlos condicionados, y sobre todo por un límite en el consumo fijado, en el caso de la electricidad, en 400Kwh, algo insostenible en épocas de calor, ni incluso en invierno para los que apelan a los artefactos eléctricos por falta de gas natural; el gas y el agua sufrirán a su vez un tratamiento similar. O sea, bloqueos por todos lados para recibir servicios si no es pagando una fortuna. Mientras decía todo esto, lo único que se animó a prometer es un bono para jubilados (seguramente de la mínima) que según los rumores estaría en miserables $ 5.000. Para los trabajadores registrados abrió el camino para sortear las paritarias y para los desocupados que reciben planes, amenazas; para los que no reciben nada (la inmensa mayoría), ni promesas.
Luego se dedicó a tratar de contentar a todos los grupos capitalistas cuyo apoyo necesita sostener. Muchas de las medidas que en Prensa Obrera hemos analizado particularmente (subsidios a los capitalistas, a los pulpos exportadores, negociaciones con el capital financiero, el capital agrario, etc.) y que invitamos a leer para un conocimiento más detallado. De todas maneras no borra el grado de improvisación y “aventura” del intento Massa, que tuvo su expresión bizarra con el nombramiento de un viceministro (Rubinstein) que terminó renunciando sin haber sido nombrado: se les pasó que el hombre se dedicaba a bastardear en las redes a las tres cabezas de la coalición.
A pesar de los apoyos y de las promesas, los primeros pasos no parecen augurarle un buen fin. Se agrava la pérdida de reservas (650 millones de dólares en 5 días), los dólares financieros luego de haber bajado tras la subida con Batakis siguen en tendencia alcista, todo parece indicar que la megadevaluación que Massa quiere retardar está a la vuelta de la esquina, y con ella la hiperinflación, y una crisis bancaria porque las evidencias son que el gobierno se está sosteniendo con los encajes bancarios. La inflación sería récord en julio (arriba del 7%) y la canasta alimentaria ya había subido en Córdoba un 10,98%.
Sabemos entonces que tenemos un gobierno que de conjunto pretende ir un fuerte ataque contra los trabajadores; la magnitud del mismo ha alborotado al propio oficialismo. La CGT ha decidido sostener por ahora la movilización del 17, pero no se opone a un pacto social, entra en el terreno de las negociaciones no para derrotar al gobierno y su ajuste sino para sostenerlo. Lo mismo sucede con las organizaciones sociales oficialistas. Somos y el Movimiento Evita a full, Pérsico ha dicho que no es momento de pedir; la CCC con “quejas” se queda a sostener el gobierno. Grabois pasó de hablar de una ruptura para terminar pidiendo “algo”, algún salario básico (ya no) universal para alguien si no… capaz… hacen un bloque dentro del bloque parlamentario. Mañana en la marcha de San Cayetano darán profesión de fe… con el sostenimiento del gobierno del ajuste, del que encumbró a un hombre de la embajada de EE.UU., el gobierno del FMI, de su ajuste, a costa de los “humildes” con que se llenan la boca.
Maniobras con el argumento de no dar pie a la derecha, la misma que ha tomado los resortes de la economía. Mientras el gobierno hace el trabajo sucio, Macri se reúne con los embajadores del G7 para ver si pueden lograr un acuerdo de Juntos x el Cambio que permita hacer un relevo ordenado; pero lo cierto que el ataque a los trabajadores está centrado en el gobierno peronista del Frente de Todos con el aval de todas sus fracciones.
La debilidad que ostenta el gobierno, que busca disimular con criminalizaciones a los luchadores y las luchas, debe fortalecer la lucha para torcer y quebrar el ataque. En ese sentido cobran enorme valor las luchas en curso como la del Sutna, o la de docentes de varias provincias como Mendoza (con su mendozazo de 25.000 personas defendiendo la educación), Río Negro, Santa Fe (todos los estatales), Neuquén, Chubut (sumando contra la sentencia a un docente por luchar), La Rioja.
La Unidad Piquetera sostiene y refuerza su plan de lucha frente al massazo, una definición importante de cómo encarar esta nueva maniobra que el dirigente del Polo Obrero, Chiquito Belliboni, reflejó en su editorial del Suplemento del Polo Obrero, en Prensa Obrera N°1650. Ya reclamaron una entrevista con Massa para ir con su pliego de reclamos, y se concentrarán el 10 y 11 permaneciendo en la Plaza de Mayo a la espera de la entrevista. El 18 movilizarán por un salario mínimo de $ 105.000 ante la reunión del Consejo del Salario Mínimo.
El V Plenario Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista, reunido esta sábado con 1.000 delegados, definió con claridad las tareas para la etapa: profundizando su campaña por le paro nacional y el plan de lucha, apoyando toda y cada una de las luchas y llamando a movilizarse el próximo 17 de agosto haya o no movilización de la CGT, de haberla el Plenario del Sindicalismo Combativo ya decidió una movilización propia, alternativa a la de la burocracia que busca que los trabajadores no intervengan en la crisis y para ello maniobra en la calle.
En prenbsaobrera.com y nuestra Prensa Obrera en papel, en nuestro canal de youtube, en Ig y Fb, en spotify, hay mucho material para que vayamos más fortalecidos a la lucha. Los invito a leer, ver, escuchar y compartir. Son el resultado de un esfuerzo de miles de luchadores.
Buen domingo.
Eduardo Salas
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