miércoles, 24 de agosto de 2022

No es nuestra disputa


Lo nuestro es una huelga general por el salario y el trabajo. 

 Cristina Kirchner ha dicho: “No vienen por mí, vienen por ustedes”. 
 Sabemos hace mucho que “vienen” por nosotros. Lo sabemos al menos desde la conquista. 
 Pero ni la Vicepresidenta ni sus compinches -Báez, De Vido, Boudou o López- ´somos nosotros´.
 No lo eran en Santa Cruz, cuando ´disciplinaron´ a los docentes tirándoles, entre otras, una 4x4. O cuando reprimieron con patotas a la Asamblea de Río Gallegos en las jornadas del Argentinazo.
 Fueron, en la Patagonia, los representantes de la Argentina menemista. No fueron ´nosotros´ cuando pagaron 170.000 millones de dólares de deuda externa, con dinero de ANSES –con nuestro dinero, nuestro esfuerzo-. 
Tampoco cuando obligaron a centenares de miles de jubilados a litigar por el cobro de jubilaciones confiscadas. 
 No lo son ahora, con los repetidos ajustes de Guzmán y los tarifazos de Massa, o con el acuerdo con el FMI. Los ingresos de los trabajadores cayeron del 51% del PBI al 40%, desde antes del gobierno de Macri hasta ahora, bajo el gobierno ´redistribucionista´ de los Fernández. 
No es lo que pasó con los capitalistas, que se la volvieron a llevar en pala. 
 Los reos del juicio de Vialidad vinieron en paquete a la Rosada desde Santa Cruz. No son una “asociación ilícita”, pero fueron indudablemente un gobierno de camarilla. 
Nadie olvida la masacre de Once, consecuencia de las estafas ferroviarias de De Vido, ni el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra, también por esos negociados, que incluían a José Pedraza. 
 Para Cristina Kirchner, “el capitalismo es el sistema más eficaz”, pero ha ahondado el trabajo precario y agravado la desocupación. Es el que ha desatado una guerra imperialista en Europa y busca otra en el estrecho del mar de China. Ha llevado al granero del mundo a un 50% de pobreza.
 En Comodoro Py tiene lugar una disputa entre dos camarillas. Camarillas divididas, a su vez, en camarillas. 
 La patronal de Argentina desfila también por esos mismos pasillos, por coimear a las dos camarillas que se disputan ´la grieta´. Si no coimean a los jueces, se viene el proceso por los Cuadernos de Centeno. 
En este caso no habrá que abrir celulares, porque todos ya han confesado. Los trabajadores observan este espectáculo y lo contrastan con la estrechez de sus hogares y la miseria social de la mayoría del pueblo. La Cámpora es sólo una estudiantina que funciona como aparato electoral de una camarilla.
 En Comodoro Py se ventila uno de las facetas de la explotación capitalista. Un caso de corrupción organizada que van a juzgar laderos de Macri con cartas marcadas, que pueden volverse en contra de ellos. 
 No es ´nuestra´ disputa. Nuestra lucha se dirime en las calles, en las fábricas, oficinas y colegios, y en los merenderos populares que organizan los trabajadores piqueteros.
 Nuestra lucha es organizar una huelga general para imponer al capital -a Cristina Kirchner, a Alberto Fernández, a Sergio Massa, al FMI, a la OTAN- nuestras reivindicaciones: 
 Salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, valuada en 150.000 pesos.
 Reparto de las horas de trabajo. 
Vivienda, asfalto, agua corriente. Salud, educación. 
Por un gobierno de trabajadores. 

 Política Obrera N°51.

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