Después de 21 días de huelga nacional en la industria aceitera y de exportación de granos, sus trabajadores impusieron la reivindicación de un salario básico igual al costo de la canasta familiar, 92.650 pesos en la categoria inicial, que entrará en vigencia a partir de enero. Las tres semanas de huelga, equivalente a una huelga indefinida de hecho, fue apoyada con piquetes y asambleas en las puertas de las plantas. La clase obrera torció el brazo a la patronal más poderosa del país. Los aceiteros contaban con un salario inicial de $ 68.678 al comenzar la huelga. Impusieron una revisión de salarios atrasados durante 2020. A partir de ello, se lleva el inicial a $70.823 en el mes de noviembre y a $74.118 en diciembre de 2020. El salario inicial de $92 648 a partir de comienzos de 2021 implica un aumento del 25% sobre el mínimo del mes precedente. Entre el valor de setiembre y el de enero, la diferencia es de 23.700 pesos. El Ministerio de Trabajo se vió obligado, al cabo de la larga huelga, a homologar un aumento de salarios que le negó al conjunto del movimiento obrero. Las paritarias de 2020 han consagrado una depreciación del básico, un festival de cuotas "no remunerativas" y la eximición de la actualización de las cargas sociales a las patronales.
El acuerdo incluye el pago de una suma extraordinaria remunerativa de $70.178 para todos los trabajadores aceiteros, que se abonará en dos cuotas de 35 000 pesos durante enero y febrero. Es un aumento del 40% respecto del bono que habían percibido en 2020, de 50.000 pesos.
Estos bonos se vienen cobrando desde el 2010, y siempre fueron aproximadamente equivalentes a un mes de sueldo. Representa un valor similar al que se lleva el Estado anualmente por el impuesto a las "ganancias" sobre el salario. El bono, por lo tanto, traslada a la patronal el costo de esta confiscación impositiva. Por otra parte, las cámaras aceptaron pagar el llamado “Bono pandemia”, que desembolsarán en 9 cuotas de $10.000.
El acuerdo incluye además una cláusula de revisión pautada para el mes de agosto de 2021, independientemente del índice inflacionario.
Las Cámaras patronales debieron ceder a una parte importante de los reclamos de un conflicto que se generalizó a once gremios involucrados en la actividad, y que se estaba transformando en una huelga general de todo el cordón. Aunque las patronales lograron estirar en cuotas no remunerativas los pagos de los bonos de fin de año y las del bono “pandemia”, lo que arrancaron los aceiteros debe servir de referencia para los demás gremios que participaron de la huelga, portuarios y Urgara, y esta última deberá readecuar los preacuerdos establecidos en algunas de las terminales, como EDM y ACA. Los recibidores de granos acaban de denunciar que la cámara patronal aún no formalizó el acuerdo. En el caso de la huelga aceitera, no ha quedado resuelta la cuestión de los salarios caídos. Las cámaras se niegan a pagarlos, y pretenden que sean compensados por el bono de fin de año.
Juan Ferro
31/12/2020
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