jueves, 12 de julio de 2018
Sociedad Rural Argentina: la organización de la oligarquía terrateniente
En 1866 se funda la patronal agraria. Con el tiempo se transformó en una importante fuerza política que por mantener sus “conquistas” apoyaron golpes de Estado, impulsaron el genocidio de los pueblos originarios y realizaron varios lockout patronales.
A mediados del siglo XIX se fue gestando en el territorio de la actual provincia de Buenos Aires una clase social terrateniente conformada por las principales familias patricias que adquirieron tierras durante las guerras de la independencia, y por los terratenientes que se apropiaron de extensas porciones durante las sucesivas campañas al “desierto” (Rauch, García, Rosas, Alsina y Roca), torturando y masacrando a los pueblos que las habitaban. Mientras se consolidaba la dependencia económica de Gran Bretaña en base a una política de exportación de productos provenientes del agro, se consolida esta clase política, la oligarquía, terrateniente, durante los gobiernos conservadores (1880-1916). Entre 1910 y 1943, cinco de los presidentes fueron hombres pertenecientes a la Sociedad Rural. Actualmente, Braun Menéndez, Menéndez Behety, Gómez Alzaga, Bullrich y Martínez de Hoz, son algunos de los apellidos “ilustres” que son parte de las clases dominantes de nuestro país, poseen grandes extensiones de tierra, y están vinculados al capital industrial y al financiero internacional.
Sus inicios: los apropiadores de tierras
“Yo saqué el cráneo con seis vértebras lumbares. Es un cráneo de tipo araucano verdadero, por su forma grotesca, sin simetría… ofrecerlo más tarde al estudio de profesores, como un recuerdo valioso de mis peregrinaciones por el desierto de la patria (…) la ciencia exige que yo la sirva llevando los cráneos a los museos y laboratorios. La barbarie está maldita y no quedará en el desierto ni el despojo de sus muertos” Estanislao Zeballos, presidente de la SRA entre 1888 y 1891.
El 10 de julio de 1866, el día después que la Argentina cumplió cincuenta años como nación independiente, un grupo de productores liderados por Eduardo Olivera, fundaron una asociación para fomentar el desarrollo de la producción agropecuaria la que denominaron “Sociedad Rural Argentina” cuyo lema es “cultivar el suelo es servir a la patria”.
La SRA nace aferrada a un estilo productivo donde los beneficios están destinados a repartirse en muy pocas manos, aquellas que son detentoras de grandes extensiones de tierra. Cuando en 1870 finaliza la guerra del Paraguay, los principales referentes de la SRA están en conocimiento de los avances técnicos en los sistemas de refrigeración que se realizan tanto en EE. UU. como en Gran Bretaña. Allí debemos buscar los motivos de tanta generosidad reflejada por aquel Acta que reproduce Clarín:
“Siendo un deber de todo ciudadano prestar su auxilio y cooperación a los gobiernos, siempre que se ocupen de la seguridad y bienestar de las sociedades que dirigen, la Corporación que presido no ha titubeado ni un momento en encargarse de la compra de mil y quinientos caballos que el Excmo. Gobierno Nacional necesita urgentemente. La Comisión Directiva de la Sociedad Rural no ha trepidado ni un solo momento en tomar a su cargo tan importante comisión por que ha creído que aceptándola trabaja en el sentido de favorecer los intereses rurales que tiene el deber de promover “ José Martínez de Hoz, presidente (4 de julio de 1870).
En aquel entonces termina de perfeccionarse un método mediante el cual la carne se congela transformándola en un perfecto bloque de hielo. En 1876 se realiza la primera travesía de un buque frigorífico desde Buenos Aires a Francia. El charque y el tasajo pertenecen a la prehistoria saladeril. El mercado exige carne en cantidad y Europa está dispuesta a pagarla. Por ende, la ecuación es simple: los estancieros necesitan más tierras, las vacas necesitan más pasto y el pasto se encuentra en manos de los “bárbaros improductivos”. Solo es una cuestión de tiempo y la SRA hace cuanto puede para acelerar la marcha del reloj fatal. El futuro había llegado y comenzaba en serio la gran fiesta de los dueños de la tierra.
La SRA y su “servir a la patria”
Si hay algo que caracteriza a la SRA es su impronta “golpista”. Es una de las pocas asociaciones de Argentina que lleva esa huella en su esencia.
El historiador Leónidas Ceruti hace referencia en esta nota a la preparación de la Exposición de la Sociedad Rural el 31 de agosto de 1930 previo al golpe de Uriburu. En ella se hace mención a un documento de apoyo firmado por los principales terratenientes como F. Pinedo, González Méndez, Díaz Vélez, entre otros, todos integrantes de la Sociedad Rural.
El golpe a Yrigoyen se da en el marco del cuestionamiento al modo de acumulación capitalista del Estado. El modelo agro exportador estaba mostrando sus limites, el mundo estaba en crisis. En momentos en que la industria comenzaba a aparecer como un sector que podía llegar a amenazar las ganancias de los terratenientes, en el “cada cual atiende su juego”, la SRA quedó del lado del filo fascista Uriburu.
Luego del golpe del 43, el 8 de octubre de 1944, el general y dictador Edelmiro Farrell, por iniciativa de los sindicatos y el Secretario de Trabajo Juan Domingo Perón, sancionó el Estatuto del Peón Rural (Decreto Ley 28.169/44), estableciendo por primera vez derechos laborales para los trabajadores rurales. La Sociedad Rural Argentina se opuso fuertemente, sosteniendo que el Estatuto del Peón Rural sembrada "el germen del desorden social" y que las relaciones laborales en "el campo" no debían regirse por el derecho laboral, sino por normas similares a las que tiene "un padre con sus hijos":
“El Estatuto del Peón no hará más que sembrar el germen del desorden social, al inculcar en la gente de limitada cultura aspiraciones irrealizables, y las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón, en comodidades y remuneraciones... La vida rural ha sido y debe ser como la de un manantial tranquilo y sereno, equilibrado y de prosperidad inagotable. La Sociedad Rural no puede silenciar su protesta ante las expresiones publicadas en que se ha comentado el Estatuto del Peón y en las que aparecen los estancieros como seres egoístas y brutales que satisfacen su inhumano sensualismo a costa de la miseria y del abandono en que tienen a quienes colaboran con su trabajo. El trabajo de campo, por su propia índole, fue y es acción personal del patrón. Éste actúa con frecuencia con los peones en la labor común, lo que acerca a las personas y establece una camaradería de trato, que algunos pueden confundir con el que da el amo al esclavo, cuando en realidad se parece más bien al de un padre con sus hijos”. (Sociedad Rural Argentina)
Lo mismo sucede en 1955 cuando la SRA emite un comunicado apoyando el golpe militar como “la patriótica cruzada de libertad”. En los 60, Onganía se paseaba por la Rural en la carroza que había usado la infanta Isabel de Inglaterra en 1910 en los festejos del Centenario. Luego, sobre el final de su gobierno, aplica retenciones generando algunas tensiones.
Durante los gobiernos de Perón, la SRA, se opuso a las mejoras y el pago de aguinaldo de los peones rurales, a los que históricamente mantienen como trabajo esclavo, realizando lockout patronal. En 1975 repiten la operación preparando el golpe. Al tiempo que se produce el golpe cívico militar de 1976 con Videla a la cabeza, de nuevo la Sociedad Rural reluce sus loas más nefastas: “La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales”. Así fue como el gabinete de Videla rebalsó de miembros de la SRA como J. Zorreguieta, padre de la actual reina de Holanda.
Cultivar el suelo, servir a unos pocos
En 1875 la Sociedad Rural adquiere el predio de Palermo en la ciudad de Buenos Aires, lugar que pertenecía, como no podía ser de otra manera, al terrateniente J.M. de Rosas. Lo hizo gracias a que Sarmiento consiguió del congreso una ley que cedía los terrenos por 20 años, que luego se renovarían permanentemente. A pesar de esto fue C. Menem el que vendió en 1991 a la SRA el predio ferial sin licitación pública y por un importe mucho menor a su valor. Esta resolución fue revocada por el gobierno de C. Fernández de Kirchner en el 2012 por considerar irregularidades en la venta. A pesar de esto y de la aplicación de la 125, las patronales agrarias fueron el sector más beneficiado en los últimos años. El aumento de los precios internacionales de los commodities los colocó en un lugar mas que favorable para hacer y deshacer a su antojo, pero este panorama comenzó a mostrar su agotamiento a finales de la etapa kirchnerista. Como no podía ser de otra manera, la política de ajuste y entrega de Macri, pone a la Sociedad Rural en un clima de confianza, no solo por las medidas económicas mas que favorables para la patronal, si no que incluso nombró en octubre de 2017 a Luis Etchevere, presidente de la SRA, como ministro de Agroindustria.
Mientras tantos miles de trabajadores del campo viven en situaciones nefastas, bajo los peligros de lo agrotóxicos, explotación, sin derecho a sindicalizarse, gracias a la complicidad del recientemente fallecido R. Momo Venegas de la UATRE. Esta situación vulnera también a los pueblos originarios. La expropiación de sus tierras efectuada por los grandes terratenientes y empresarios (locales y extranjeros), apoyadas muchas veces por la represión de la mano del gobierno (que recientemente se llevó la vida de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel), garantizan el modelo extractivista y con éste el rol de Argentina como semicolonia.
Nadia Czmuch
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