domingo, 8 de julio de 2018

El "narcoestado" cordobés corroído por la crisis



Renunció el secretario de Seguridad en medio de imputaciones y delitos que involucran a la Policía

El secretario de Seguridad de la provincia, Diego Hak, y su segundo tomaron licencia tras la denuncia de Hak ante la justicia de su propio padre por presuntas relaciones con el narcotráfico.

El secretario actuó así, según dijo, tras recibir en forma anónima un video donde se lo veía a su padre (Ricardo “Coco” Hak) junto al dueño del boliche Rapoza, un prostíbulo VIP, que fue cerrado y reabierto varias veces con distintos nombres, y que estaba estrechamente ligado a la trata y la droga.
El gobierno, con el gobernador Juan Schiaretti a la cabeza, salió a apoyar la denuncia del secretario y a alabar la “valentía” de denunciar a su propio padre. Pero el episodio es solo la punta de un iceberg de una crisis y una pudrición del aparato del Estado.
Finalmente, Diego Hak renunció en la tarde de hoy y la crisis se extiende como una mancha de aceite.
A la luz salieron el prontuario de Coco Hak y su profunda ligazón con el aparato del PJ. Coco y su hijo son, desde hace décadas, los punteros y capo tutti de la barriada popular más poblada de la ciudad: Villa El Libertador. Coco fue asesor del PJ en el Concejo Deliberante y en la Legislatura.
“El hombre acumula 14 imputaciones en una extensa planilla prontuarial… El abanico de delitos es extenso: en 2001, cuando aún tenía diálogo fluido con su hijo, a ‘Coco’ se le abrieron diferentes causas por coacción calificada, tenencia ilegal de armas de uso civil, abuso de armas y lesiones leves… entre 2011 y 2016 acumuló nuevas denuncias en el fuero de violencia familiar” (La Voz del Interior). Su hijo dice que no tiene relación con él desde hace un año.
El dueño de Rapoza (cerrada desde hace un tiempo) presentó una denuncia contra el padre, el hijo y el segundo de Hak en la Secretaría, a quienes acusó de cobrarle coimas reiteradamente para permitirle abrir el boliche y sacarle a la policía de encima.

El pez se pudre por la cabeza

Que un hecho ligado al narcotráfico y la trata “pegue” tan cerca del encargado de dirigir justamente la lucha contra esos crímenes es extremadamente grave, pero no es un rayo en cielo sereno.
“La aparición del video donde se lo ve a Ricardo Hak con uno de los apoderados de Crazy Bar -ex Rapoza- ocurrió exactamente seis días después de que el secretario de Seguridad, Diego Hak y el jefe de la Policía de Córdoba, comisario general Gustavo Vélez, desplazaran de sus cargos al director de Seguridad de la Capital, comisario general Jorge Sergio Gómez y al jefe de la Policía Caminera, comisario general Félix Medardo Quinteros.
Gómez, conocido como ‘La Rosa’, dentro de la fuerza de 22 mil efectivos, es un policía con 32 años de carrera, el último de los mohicanos de la gestión del polémico y condenado comisario general Julio César Suárez, el último jefe policial del gobierno de José de la Sota” (Alcatraz Revista).

¿Pase de facturas?

La hipótesis es que se trata de un pase de facturas y un aviso de que hay mucho más para destapar. Esto es lo que habría llevado al ex secretario a adelantarse denunciando a su padre y buscando un golpe político a su favor.
Todo configura una lucha de mafias en el seno del propio Estado que incluye a funcionarios, jefes policiales y punteros políticos. A su turno, saldrá la conexión con la Justicia, en una crisis que ya ha incorporado al propio Schiaretti en su apresurado apoyo a Hak hijo.
Desde el motín policial del 3 y 4 de diciembre de 2013, cuando De la Sota terminó concediendo varios de los reclamos y se pactó una tregua que duró poco, la dirección de la Policía fue trasladándose de un sector a otro siempre en el medio de denuncias.

Descomposición

Lo cierto que, en el último tiempo, la Policía ha estado en el centro de las denuncias más graves. En el mes de febrero un asalto a un departamento en Nueva Córdoba terminó con un policía y dos delincuentes muertos.
En el edificio en cuestión, escondida en un “administración de consorcio”, funcionaba una mesa de dinero donde iban intendentes, dirigentes sindicales, y funcionarios. La “pista policial” apareció rápidamente y está como una de las hipótesis de la investigación.
Unos meses antes, un subcomisario de Villa Allende apareció a la cabeza de una banda que irrumpió en una casa del barrio Cofico en el medio de una reunión donde había incluso miembros del Tribunal Superior de Justicia, entre otros.
El mayor escándalo del último tiempo, bajo la gestión de Schiaretti, fue el “descubrimiento” del robo de 70 armas del edificio de la Central de Policía. Cada tanto aparece una de esas armas en algún ilícito como fue el caso del robo a la mesa de dinero.
Cambiemos ha pretendido subirse a la crisis planteando que sea la Justicia Federal la que investigue las denuncias de Diego Hak. El zorro a cuidar el gallinero.

Desmantelamiento

El aparato policial es el organizador central de los crímenes mayores: trata, narcotráfico, juego clandestino, robo de automotores, etcétera. Evidentemente en connivencia con el aparato político y judicial.
Hay que desmantelarlo, reorganizar la seguridad sobre otras bases (con control de las organizaciones obreras, populares y de derechos humanos).
Los flagelos que condenan a la población a vivir invadida por la droga, expuesta a los crímenes e impedida de manejarse con libertad y seguridad nacen en el propio Estado, el mismo que reprime a las luchas y manifestaciones populares.

Eduardo Salas

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