viernes, 18 de mayo de 2012

Nieto de un ex-detenido y querellante contra empresa Ledesma logra escapar de secuestro



Un desconocido, en momentos en que el niño esperaba a su tía en la puerta de la esuela, lo tomó en brazos y corrió aproximadamente media cuadra. Allí tropezó y el chico aprovechó esto para volver corriendo a la escuela, donde aún había maestras.
El miércoles 16 de mayo fueron las vísperas de un evento histórico para la lucha por los derechos humanos en Jujuy, tal como es la posibilidad de hacer comparecer por primera vez en la justicia a los conductores del ingenio Ledesma cuando la dictadura, el entonces administrador, Lemos, y su aún dueño, Blaquier, por las represiones y desapariciones durante la última dictadura, cuyo capítulo más oscuro fue la tristemente célebre "noche del apagón" (en realidad una semana durante la cual al resguardo de cortes nocturnos de la luz suministrada por Ledesma desaparecieron a cerca de 400 personas con el apoyo de vehículos de la misma empresa y entre ellos trabajadores de la misma).
También fue la antesala de un día que significaba un pequeño gran avance en la investigación sobre la patronal ideóloga de la última dictadura militar.
Pero para Hugo Condorí, más conocido como "el coya" Condorí, ex-sindicalista de ledesma, ex-preso político, testigo en las causas (muchas unificadas merced la lucha popular) por la desaparición de Luis Aredez, Jorge Weisz, Carlos Patrignani y Crescencio Vargas, así como querellante en una de las causas de Ledesma, para el coya el día tuvo un curioso aditamento.
Sugestivamente en la víspera de este día clave el nieto del coya Condorí, de 8 años, sufrió un intento de secuestro a la salida de su colegio, al promediar las 5 de la tarde. Por un hecho fortuito el aún ignoto secuestrador, que tomó al niño por detrás y echó a correr, tropezó en un pequeño desnivel y cayó al suelo permitiendo al niño escapar de sus designios.
Este sugerente modo de operación parece transformarse en un modus operandi si sumamos a este hecho que hace unos años, al finalizar el coya su participación en un documental sobre la historia de la lucha por los derechos humanos en Jujuy, llamado "Nadie Olvida Nada", fue una hija suya quien sufrió también un intento de secuestro.
Pese a todo, en esta Jujuy librada a los aprietes, a las dilaciones judiciales o a la contradictoria política nacional de tener como socio burgués a una empresa manchada con el genocidio, la valentía de testigos inéditos, de viejos denunciantes como el coya y de una fuerte movilización social ha logrado poner en la agenda el cobro de una vieja deuda social hacia aquellos que, lejos de ser socios del poder de turno, han significado el poder mismo, el que siempre está de turno... hoy parece haberle llegado el turno.
El temor es comprensible.

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