miércoles, 2 de mayo de 2012
El 1º de Mayo de 1890 en la Argentina
Sumario:
Introducción
La convocatoria del Club Verein Vorwärts
El acto en Buenos Aires
Organización, movilización y acto en la Barcelona argentina
En el resto del mundo
Por ANRed - L (redaccion@anred.org)
Introducción
En la Argentina desde 1890 a la actualidad nunca se dejó de conmemorar el 1º de mayo. Se lo hizo en las calles, sindicatos, plazas, cines, teatros, escuelas, colegios, en la clandestinidad o en forma festiva, violenta o pacífica, legal o ilegal, oficialmente o en la oposición; con actos, marchas, obras de teatro, conferencias, festivales artísticos, misas con bendiciones de herramientas, tratando de superar récord de producción, competencias deportivas, etc. Lo protagonizaron desde sindicalistas de distintas ideologías, anarquistas, socialistas, comunistas, peronistas, radicales, hasta políticos liberales, conservadores, demoprogresistas, como también los integrantes de la Iglesia Católica y los militares golpistas de las distintas épocas.
La convocatoria del Club Verein Vorwärts
Desde principios de 1870, la clase obrera comenzó a organizarse en sindicatos y mutuales, siendo los primeros los tipógrafos, ebanistas, carpinteros y obreros de la construcción. La difusión de las ideas anarquistas y socialistas habían comenzado luego de la segunda mitad del siglo XIX y hacia 1878 los tipógrafos crean su sindicato y protagonizaron la primera huelga por aumento de salario y por la reducción de la jornada de trabajo. En la década del 80, se conformaron varias sociedades obreras, como carpinteros y ebanistas (1885), panaderos (1886), maquinistas y fogoneros (1887), y ya en 1895 había en el país más de cincuenta sindicatos, pero no todos fueron reconocidos ni por los patrones ni por el Estado. Entre 1889 y 1890 se dio una avalancha de huelgas por la caída del salario debido a la devaluación de la moneda y algunas organizaciones obreras exigieron el pago de sus salarios en oro.
En 1889, asistieron al Congreso Obrero y Socialista, realizado en París, delegaciones de 21 países, incluido un representante por los obreros argentinos, el maestro socialista Alejo Peyret.
Para hacer realidad en la Argentina lo resuelto sobre la jornada de protesta, el Club Verein Vorwärts, que agrupaba a los socialistas alemanes en Buenos Aires, decidió sumarse a la resolución organizando la protesta para 1º de Mayo de 1890, a cuyos fines designó una comisión integrada por José Winiger, Gustavo Nohke, Guillermo Schulze, Augusto Kuhn y Marcelo Jackel, quienes dieron a conocer un comunicado dirigido “a todos los trabajadores de las Repúblicas del Plata” proclamando: “Hermanos nuestros: ¡Salud a todos! La Europa entera y la república de los Estados Unidos se preparan en los actuales momentos para la gran festividad universal que debe iniciarse el 1º de Mayo del corriente año. El importante movimiento que será un hecho grandioso en el Viejo y parte del Nuevo Mundo, constituirá seguramente una de las páginas más gloriosas de la historia contemporánea. No se mueven nuestros hermanos para obtener pingües aumentos en los salarios, casi siempre inútiles porque se elevan después los artículos de primera necesidad, sino en demanda de que las horas de producción no sean más que ocho”. (2)
A la vez, invitaron a una reunión para “el domingo 30 de marzo de 1890, a las 2p.m. en el local de Verein Vorwärts, calle Comercio 880”, con el siguiente temario: “1.-Informe que dará la comisión en varios idiomas; 2.-Elección de un comité definitivo; 3.-El 1º de Mayo, día de fiesta; 4.-Meeting Internacional; 5.-Proceder a una petición al Congreso Nacional reclamando la sanción de leyes protectoras de la clase obrera”.
La asamblea obrera tuvo una importante concurrencia y, entre las primeras resoluciones, estuvo elegir el Comité Internacional Obrero (CIO). Luego de intensas deliberaciones, se decidió convocar al proletariado para el acto del 1º de Mayo, crear una federación de obreros, un periódico para defender los intereses de la clase obrera y a la vez elevar al Congreso Nacional un petitorio reclamando leyes laborales. Asimismo, se aprobó el Manifiesto que se dirigió “a todos los trabajadores de la República Argentina”, en el cual se planteaba:
Manifiesto a todos los Trabajadores de la República Argentina
¡1 DE MAYO DE 1890!
¡Trabajadores!
Compañera: Compañeros: ¡Salud!
¡Viva el primero de Mayo: día de fiesta obrera universal!
Reunidos en el Congreso de París el año pasado los representantes de los obreros de diferentes países resolvieron fijar el primero de Mayo de 1890 como fiesta universal de obreros con el objeto de iniciar de nuevo y con mayor impulso y energía, en campo ampliado y armónica unión de todos los países, esto es, en fraternidad internacional, la propaganda en pro de la emancipación social.
¡Viva el primero de Mayo! Pues este día la unión fraternal, fundada por los pocos de aquel Congreso, se debe aprobar por las masas de millones de todos los países para que a esta fecha de confederación conmemorada y renovada cada año, vuele por cima de los postes de límites de los países y naciones con un eco de millones y en los idiomas de todos los pueblos el alerta internacional de las masas obreras: ¡Proletarios de todos los países, uníos!
Es esta la primera y grande importancia de la fiesta obrera del primero de mayo de 1890, a cuya solemnidad os invitamos con esta hoja, a todos los trabajadores y compañeras en la lucha por la emancipación.
“Compañeros y compañeras:
Para indicar a este movimiento internacional un camino recto y seguro al fin común, nuestros representantes en el Congreso de París han marcado ciertos puntos del programa, los cuales se deben tomar en consideración con particularidad para el proceder práctico e inmediato.
En realidad, esas resoluciones son las importantes que, aun publicadas ellas en el anterior manifiesto, nos parece conveniente, a más de urgente necesidad de proponérselas otra vez a los trabajadores, tanto más por deber ellas servir como fundamento para los primeros pasos positivos que las clases obreras de esta república quieran hacer en la lucha práctica de su emancipación.
He aquí las resoluciones del congreso obrero de París:
El Congreso resuelve y reconoce como de absoluta necesidad:
1º - Crear leyes protectoras y efectivas sobre el trabajo para todos los piases, con producción moderna. Para fundamento de lo mismo considera el Congreso:
a) Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos
b) Prohibición del trabajo de los niños menores de catorce años y reducción de la jornada a seis horas para los jóvenes de ambos sexos de 14 a 18 años
c) Abolición del trabajo de noche, exceptuando ciertos ramos de industria cuya naturaleza exige funcionamiento no interrumpido
d) Prohibición del trabajo de la mujer en todos los ramos de industria que afecten con particularidad al organismo femenino
e) Abolición del trabajo de noche de la mujer y de los obreros menores de 18 años
f) Descanso no interrumpido de treinta y seis horas, por lo menos cada semana, para todos los trabajadores
g) Prohibición de cierto género de industrias y de ciertos sistemas de fabricaciones perjudiciales a la salud de los trabajadores
h) Supresión del trabajo a destajo y por subasta
i) Inspección minuciosa de talleres y fábricas por delegados remunerados por el Estado: elegidos, al menos la mitad, por los mismos trabajadores
2º - El Congreso reconoce y declara que es preciso fijar todas estas medidas por leyes o acuerdos internacionales y pide a la clase obrera de todos los países del mundo el inicio, por los medios que les sean posibles, estas protecciones y de veladas
3º - Fuera de esto, el Congreso declara:
Es obligación de todos los trabajadores de declarar y admitir a las obreras como a compañeras, con los mismos derechos, haciendo valuar para ellas la divisa: Lo mismo por la misma actividad.
4º - Para lograr esto, el Congreso considera la organización de la clase obrera por todos los medios que sean posibles, y también la manera de verificar las pretensiones para verificar la emancipación de la clase obrera, para lo cual reclama: La entera libertad de coalición y conciliación.(3)
El listado de las organizaciones que adhirieron a la convocatoria nacional fueron: Club Vorwärts, Sociedad Internacional de Carpinteros, Tipógrafos Alemanes, Sociedad Cosmopolita de Oficiales Sombrereros, Asamblea General de Obreros Alemanes, Círculo Socialista Internacional, Sociedad L’ancora, Sociedad de Italianos de Barracas, Centro Republicano Italiano, Alianza Republicana, Sociedad Escandinava Norden, Sociedad Figli del Vesubio, Circulo República Componelen, Sociedad de los Países Bajos, Unione Calabresa, Sociedad Italia Unita, Círculo Mandolinistico Italiano, Circulo Republicano G. Mazzini, Confederación Obrera Sud-Americana de La Plata, Unione e Benevolenza de 25 de Mayo, Unione e Fratelniza de Lobos, Societá de Socorros Mutuos Italiana de Chivilcoy, Societa Forze Unite de Pergamino, Societá Italina Roma de Capilla, Asamblea Internacional de Rosario, y Asamblea Internacional de Santa Fe.
En medio de ese clima político, los dirigentes obreros de Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y Chivilcoy, continuaron con la organización de la primera gran manifestación del incipiente proletariado argentino.
El acto en Buenos Aires
El mitin en Capital Federal reunió a tres mil personas. Los patrones amenazaron a sus obreros con despedirlos si concurrían al mitin; la policía prohibió colocar en la calle los carteles de invitación.
La comisión organizadora tomó medidas para asegurar el completo orden del mitin. Para asegurar igualdad y libertad a todos los que deseaban hablar y distribuir con equidad el tiempo disponible, se concedió a cada orador quince minutos; en la discusión en detalle, cinco minutos. Para asegurar el perfecto orden y reprimir cualquier perturbación del mitin se organizó un cuerpo de guardianes (entre los mismos obreros) cuyos miembros llevarán un signo colorado en el pecho.
Los anarquistas agrupados en el Círculo Socialista Internacional se habían reunido el 29 de abril en una cervecería de la calle Cerrito 334, en número aproximado de cincuenta, con el objeto de resolver si debían o no concurrir a la manifestación obrera que se organizaba para el 1° de mayo. Después de un largo debate se decidió que “a pesar de los principios radicales que profesaban, asistirían a la manifestación salvando sus disidencias con los marxistas, que son los iniciadores de este movimiento universal”.
Los obreros fueron concentrándose después de las 14 horas en el Prado Español. Un destacamento policial controlaba a corta distancia lo que se realizaba. El primer orador fue José Winiger, presidente de la comisión organizadora. “Señaló lo angustioso del presente que vivía la clase obrera y lo luminoso del destino que la historia le tenía preparado. Destacó la importancia del hecho que en todos los países del mundo, en ese mismo momento, los trabajadores estuvieran manifestando por sus derechos conculcados, reivindicando su razón de participar con honor en el destino de las naciones. Aludió al calor con que los trabajadores argentinos habían hecho suyas las reclamaciones que se elevarían ante el Congreso Nacional y a cuyo pie se habían recogido ocho mil firmas”. Y concluyó: "La victoria del socialismo es sólo cuestión de tiempo. Entusiasmados por este lisonjero porvenir, confiados a nuestras fuerzas invencibles, persuadidos de la victoria de la gran causa del proletariado, declaramos abierto el mitin con un saludo a los millones de hermanos y compañeros de todos los países reunidos en este momento con el entusiasmo de sus corazones y las aspiraciones de su alma con nosotros, en solidaridad y fraternidad internacional." (4)
A continuación, se leyó el Manifiesto dirigido a la clase obrera argentina, después de lo cual hicieron uso de la palabra de manera espontánea numerosos obreros. "La religión, la política, la sociedad, el gobierno -decía La Nación al día siguiente- llevaron recias sacudidas." Y resumía: "Todo necesita ser reformado, en el sentido de la igualdad ante el trabajo". Al terminar el acto partió de la tribuna un triple viva al socialismo, a la libertad y a la República Argentina, que fue contestado entusiastamente. Con aplausos fue recibida también la advertencia, repetida varias veces durante el transcurso del mitin, que los obreros que quedasen sin trabajo por haber concurrido a esta concentración o por otra causa de análogo carácter, podrían concurrir a la sede de la comisión, Comercio 880, donde les sería proporcionada ayuda y solidaridad. (5)
Finalmente, el mitin aprobó sus resoluciones: 1°) Crear una Federación de Obreros en la República; 2°) Crear un periódico para la defensa de la clase obrera;. 3°) Enviar una petición al Congreso Nacional para solicitar la sanción de leyes protectoras de la clase obrera.
Organización, movilización y acto en la Barcelona argentina
En Rosario, anarquistas y socialistas se reunían en el café “La Vieja Bastilla” o “La Bastilla” en calle Rioja entre Libertad (Sarmiento) y Progreso (Mitre), en donde funcionaba un ateneo de internacionalistas franceses, italianos, alemanes, austriacos y españoles. Por otra parte, se había conocido y discutido en la ciudad el “Manifiesto de Constitución de la Primera Internacional”, redactado por Carlos Marx.
Conocidas las actividades que se desarrollaban en Buenos Aires y, una vez recibida la invitación para concurrir a la convocatoria del Club Vorwärts para la organización de la jornada internacional de protesta, los activistas internacionalistas, que se habían agrupado en la denominada “Asamblea Internacional de Rosario”, designaron a Virginia Bolten y Rómulo Ovidi para representarlos. Por otra parte, el periódico editado en la ciudad “El Obrero Panadero” publicó el llamado del Comité Internacional de Buenos Aires para la difusión de los actos programados para el 1º de mayo de 1890.
Las reuniones se sucedían, concurriendo entre otros Rómulo Ovidi, Virginia Bolten, Francisco Berri, Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Teresa Marchisio, María Calvia, Paulino Pallas. La policía, que vigilaba a quienes asistían a las tertulias, en uno de sus informes advirtió al gobierno provincial que “se habían incrementado las reuniones de los gringos extravagantes que usan corbata negra y moño volador”. El día previo al gran acto fue detenida Virginia Bolten por distribuir el manifiesto del Comité Internacional de Buenos Aires. El sumario policial destacó “que fue demorada por distribuir propaganda anarquista ante los trabajadores de la Refinería Argentina, atentando contra el orden social existente”. El gobernador dio instrucciones de no molestar a los obreros.
La plaza López fue el lugar elegido para la concentración y ese día desde las 11 horas los manifestantes se fueron acercando al lugar, portando carteles negros con letras rojas, uno de ellos con la inscripción “1º de Mayo de 1890 - Fraternidad Obrera Universal”. La columna de 1000 manifestantes partió custodiada por seis bomberos a caballo con sus flamantes rémington, y debió cambiar el recorrido original debido a la lluvia, concentrándose en la esquina de Entre Ríos y Urquiza y se congregaron en la quinta Hutteiman (que era usada por los circos que visitaban la ciudad, las crónicas destacan que el último fue el Frank Brow). Una casualidad de la historia haría que muchos años después, en una casa ubicada en esa esquina rosarina, pasaría sus primeros meses de vida el revolucionario Ernesto “Che” Guevara.
En ese sitio diversos oradores expresaron las demandas proletarias en varios idiomas. Para algunos investigadores fueron siete los disertantes, entre ellos Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen Rafael Torrent, Paulino Pallas y Virginía Bolten.
Rafael Torrent entre otros conceptos dijo: “Siendo la Argentina un país democrático por excelencia, debe apoyar el progreso y el desarrollo de cuanto tienda al mejoramiento de la clase obrera, y en ese concepto debía solicitarse a los representantes de la Patria, la sanción de los acuerdos del Congreso Obrero de París”. A su turno, Juan Ivaldi, “en el bello idioma del Dante, pronunció un discurso sobre el derecho de gentes y encomendó a los obreros calma y tranquilidad, instrucción, templanza, unión y solidaridad, explicó que era el Congreso de Obreros de París, señalando que ‘el 1º de mayo constituía un hecho único en la acción de los trabajadores por sus reivindicaciones sociales’ y explicó que ‘hemos constituido una sucursal del Comité Obrero Internacional para adherir a las acciones tomadas por el Congreso de París’.” (6)
A continuación, se dio lectura al Manifiesto aprobado en Buenos Aires. Finalmente, la activista Teresa Marchisio leyó las resoluciones del Congreso Obrero de París.
Posteriormente, la columna se dirigió al café “La Bastilla” para celebrar y brindar por el acontecimiento. Se resolvió conformar un Comité Provisorio, quedando constituido en dicho bar para recibir adhesiones y que se organizaran comités por nacionalidades, enviándose a Buenos Aires el siguiente telegrama: “Al Comité Internacional de Buenos Aires, Comercio 880: los obreros de Rosario reunidos en números de 1000 festejamos el 1º de Mayo. Orden del día: Solidaridad con el Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo. Demostración imponente. Orden, tranquilidad y animación. Comité provisorio”. (7)
El matutino La Capital editorializó sobre lo acontecido en un artículo titulado “La fiesta universal de los obreros”, expresando “El día de ayer era el elegido por los obreros de todos los países para hacer una manifestación internacional. Este bello ejército que defiende el bello ideal de la democracia sublevándola contra el antiguo y feudal orden de cosas, conseguirá, a fuerza de la lucha pacífica y perseverancia, el triunfo de su causa, cimentando las bases de una nueva era de paz y prosperidad. No es el socialismo brutal que pretende oponerse con la fuerza, el que ayer se reunía bajo el pabellón negro de la ‘Fraternidad Universal’, no, era en su mayoría el gremio obrero que, tranquilo y sereno, festejaba el día 1º de Mayo, adhiriéndose al programa lanzado por sus hermanos de la vieja Europa, constituyéndose en comité justos pedidos, que responden todos a la instrucción y mejoramiento de la situación de la clase obrera”. (8)
En el resto del mundo
Era la primera vez que en los lugares más diversos del mundo al unísono se sucedieron paros, huelgas generales o marchas, algunas reprimidas, y “se conmovieron los espíritus burgueses al ver ante sus ojos ondear las banderas rojas y negras del anarquismo y las rojas, bandera de la clase obrera universal”. Algunas ciudades de Alemania, Francia, Dinamarca e Italia fueron escenario de manifestaciones multitudinarias sin precedentes, o como en Viena donde los asistentes llegaron a 100 mil; en Budapest, 60 mil; en Marsella y Lyon 40 mil; en Praga 35 mil; 30 mil en Varsovia, etc. Mientras que en España e Inglaterra la jornada de solidaridad obrera se celebó el primer domingo del mes, el 4 de mayo. En Barcelona se volcaron a las calles cerca de cien mil personas. Una concentración mayor se dio en Hyde Park, en Londres, donde se reunieron más de 300 mil personas. “Al parecer, toda la población de Londres se lanzó al parque, en el desfile participaron los portuarios que vestían toscos monos de trabajo, los cajistas con guantes de gamuza y chistera, que parecían caballeros, trabajadoras de East End, vistosamente vestidas y adornadas con plumas. Todos pedían la jornada de 8 horas. La manifestación de 1º de mayo de 1890 contribuyó a elevar la organización y conciencia del proletariado ingles”.
Ese día, Federico Engels, quien asistió a la manifestación en Londres, escribió “La Internacional está más viva que nunca y de ello no hay mejor testimonio que la jornada de hoy. En el momento que escribo estas líneas, el proletariado europeo y americano pasa revista a sus fuerzas militantes movilizadas y es la movilización de un ejército único que marcha también bajo una bandera única y tiene un objetivo próximo: La fijación por la ley de la jornada normal de ocho horas, reivindicado ya por el Congreso de la Internacional de Ginebra en 1866 y de nuevo por el Congreso Obrero de París de 1889. El espectáculo al que asistirán hoy hará ver a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que en efecto los proletarios de todos los países están unidos”.
Citas
1.- Monteverde Mario, “Historia del radicalismo”, Editorial Oriente, Buenos Aires, 1984
2.- Víctor García Costa, “La primera celebración del 1º de Mayo en Buenos Aires”, en “Todo es Historia”.
3.- Víctor García Costa, op. cit.
4.- Iscaro, Rubens, “Historia del movimiento sindical”, Tomo 3, pág. 89. Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1974.
5.- Iscaro, Rubens, op.cit
6.- Iscaro, Rubens, op.cit
7.-La Capital, 2 de mayo de 1890
8.-La Capital, 2 de mayo de 1890
Esta nota pertenece al libro “Historia del 1° de Mayo en Rosario: 1890-2000”, de Leónidas Ceruti, Editorial “La Comuna”
Leónidas F. Ceruti, Historiador
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