domingo, 7 de noviembre de 2010
“Silvia era una militante política en la búsqueda de justicia en causas de lesa humanidad”
El 29 de marzo fue asesinada en Rafaela, Santa Fe, Silvia Suppo, testigo clave en la "Causa Brusa", que implica a policías -que hasta hoy caminan libres- como responsables de la desaparición en 1977 de Reynaldo Hattemer, quien fuera su novio. La hipótesis oficial fue la de robo común. Sin embargo, desde el "Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo" señalan que "el grado de ensañamiento no se corresponde con un homicidio en ocasión de robo", al tiempo que denuncian irregularidades en el proceso y exigen que la causa sea elevada a la Justicia Federal. El próximo domingo 7 se realizará una marcha para exigir justicia.
Por ANRed - L (redaccion@anred.org)
Silvia, quien militó en la Juventud Peronista, había señalado sentirse hostigada e intimidada desde el inicio de la "Causa Brusa". Pocos días después de su asesinato, iba a testificar en el proceso judicial que involucra, por la desaparición de alrededor de 45 personas, a varios policías que aún ejercen en Rafaela.
La hipótesis oficial fue la de "robo común": como con Julio López, se apartó el dilema político, haciendo imposible dar con pistas reales. Dos días después de ser atacada a cuchillazos, donde los presuntos responsables se llevan 300 pesos, fueron detenidos dos jóvenes pobres, Rodrigo Sosita Sosa, de 19 años, y su primo de 22, Rodolfo Cóceres, que confesaron ante la policía ser los autores del homicidio.
Desde el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo se denuncian irregularidades en el proceso, al tiempo que exigen que la causa sea elevada a la Justicia Federal. Asimismo, a siete meses del asesinato, convocan a una marcha el próximo domingo 7 a las 19hs para exigir el esclarecimiento del homicidio y justicia por Silvia. La movilización partirá del Cine Belgrano y concluirá en la Plaza 25 de Mayo (Rafaela, Santa Fe).
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La Agencia de Noticias Red-Acción difunde el siguiente comunicado de prensa del Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo:
PORQUE LAS IRREGULARIDADES
SON MUCHAS...
El crimen se produjo a pocos días del 24 de marzo, siendo que Silvia era una militante política en la búsqueda de justicia en causas de lesa humanidad.
El grado de ensañamiento no se corresponde con un homicidio en ocasión de robo.
Considerando que uno de los implicados trabajaba a escasos metros del lugar del hecho, y que por lo tanto era conocido en la zona, no resulta razonable que haya tomado la decisión de robar a cara descubierta, sabiendo que lo iban a reconocer. Se deduce que la intención era matarla y es eso lo que hacen, primero la asesinan y después “roban”.
Desde los medios de comunicación se cerró el caso descartando la hipótesis de asesinato político.
El accionar de la policía fue desprolijo, ineficaz y dudoso: realizó el peritaje en el lugar del crimen en ausencia de la Fiscal y sin proteger la escena, no encontró huellas, no dio con testigos que reconocieran a los imputados y citó ilegalmente a declarar en la comisaría a uno de los remiseros cuando debía hacerlo frente al Juez. A lo que se suma que no se encontraron rastros de sangre en los cuchillos ni en la ropa de los imputados.
Por otro lado, la policía no entregó a la justicia el video de las filmaciones que la concesionaria de la terminal de ómnibus le entregó a pocas horas de la salida de la ciudad de los implicados. Por eso realizamos una denuncia en Asuntos Internos en Santa Fe el 25 de agosto de este año.
Todavía falta ubicar a un remisero, el que los acusados dicen haber llamado luego de cometer el hecho y que la policía, el juez y la fiscal tampoco han hallado. Es evidente la falta de preocupación y de iniciativa de los fiscales que hasta el momento han solicitado escasas medidas de investigación.
Hasta el momento ningún funcionario policial fue cuestionado o apercibido por ocultar pruebas, por interrogar a los testigos sin autorización, por no cuidar la escena del crimen o por no impedir la salida de los supuestos asesinos de la ciudad de Rafaela
Tanto el Juez, como la Fiscal y la Secretaria del Juez no tuvieron tiempo para recibir a representantes de la Unidad de Victimología de Nación en su visita a nuestra ciudad. Parece ser que la justicia rafaelina no tiene tiempo para Silvia Suppo.
Luego de haber entregado los números de teléfono en sede policial, los familiares “casualmente” reciben extrañas llamadas, posteriormente denunciadas. Las que no han sido explicadas ni investigadas, con el agravante de que han sido tendenciosamente separadas de la causa.
Ninguna de las dos autopsias pudo determinar con exactitud si los cuchillos que los imputados dicen haber utilizado son los que le han provocado la muerte. Contradiciendo las declaraciones de los imputados se determinó que no existen signos de defensa en el cuerpo de la víctima y un golpe en la cabeza que nunca pudo ser explicado.
Los implicados declaran que luego de atacarla, la arrastran por más de 12 metros. Es dudoso que no haya huellas, ni desorden, ni rastros de sangre en dicho trayecto.
Un ejemplo de medidas investigativas inconducentes, son las adoptadas por el juzgado de Rafaela para averiguar si Silvia había mantenido relaciones sexuales o no con alguien, antes de morir, cuando los resultados del laboratorio determinaron que no había semen en su cuerpo. El juzgado llamó a los hijos de Silvia para una ampliación de declaración testimonial donde les preguntó sobre la vida sexual de su madre, sin tener un sólo elemento, prueba o evidencia física que hicieran pensar en un crimen sexual. La ampliación de testimonios que se les pidió no tenia ningún fin investigativo en pos del esclarecimiento del crimen y sólo sirvió para revictimizar a las víctimas que se supone la justicia debería defender.
Es esa misma justicia que permite y autoriza a los imputados a que una vez al mes se encuentren en la alcaldía de Rafaela para acercamiento familiar, aunque consta claramente en el expediente que Cóceres no es de Rafaela y su familia tampoco. Aunque una posible connivencia policial en este caso no ha sido investigada y mucho menos esclarecida, los imputados viajan una vez al mes a la alcaldía de Rafaela sin que podamos saber cuál es el fin de este beneficio, tan difícil de obtener para la mayoría de los detenidos.
Últimamente tomó contacto con los abogados de la querella una persona que tenía datos e información para aportar a la causa para su posterior investigación.
Debido a la gravedad de la información y, por motivos de seguridad, no se informó de ello abiertamente. Pero sí, se acudió a las autoridades nacionales competentes: Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados y Programa Nacional Verdad y Justicia quienes brindaron su colaboración y asesoramiento.
Con estos elementos, y teniendo en cuenta que el testimonio identifica como responsables del asesinato de Silvia a condenados e imputados por crímenes de lesa humanidad, se presentó la testimonial bajo la figura de identidad reservada en el Juzgado Federal N°1 (órgano competente en delitos de lesa humanidad) a cargo del Dr. Rodríguez que investiga la causa “Hattemer-Suppo-Destéfani”, en la que los hijos de Silvia son querellantes.
El Juez Rodríguez resolvió desglosar la testimonial y remitirla al juzgado de Rafaela junto con los datos del testigo de identidad reservada, sin notificar en tiempo y forma a la querella ni a los miembros del Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, hecho no menor, dado que, éstos últimos, son los garantes de la seguridad del testigo.
Desde el juzgado de Rafaela, se “filtró” a un medio gráfico local la existencia de este testimonio y parte de su contenido. Esto evidencia la falta de ética profesional y la negligencia por parte del juzgado, haciéndolo responsable directo de cualquier tipo de consecuencias para la seguridad del testigo y de los querellantes.
En dicha nota se enuncia la posibilidad de represalias o “ajustes de cuentas” para con el testigo y los querellantes como meras “consecuencias no deseadas” en un claro intento de reinstalar la cultura del miedo, propia de otras épocas.
Luego del testimonio, la abogada Virginia Blando, representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación propone constituirse como querellante en la causa y pide al Juez Mognaschi que decline en su competencia elevando la investigación al fuero federal. LA MISMA FUE RECHAZADA sin argumentos sólidos.
Es esta la primera vez que se le niega a esta Secretaría el derecho de ser querellante en una causa con tantas connotaciones políticas.
Nuestro compromiso ha sido y es con la búsqueda de la Verdad y la Justicia, por todo esto exigimos:
esclarecimiento ya del asesinato de Silvia Suppo
una investigación profunda, seria y que no descarte ninguna hipótesis
verdad y justicia para todos los compañeros y compañeras
cárcel común, perpetua y efectiva para todos los represores y genocidas
aparición con vida de Julio López y justicia para Mariano Ferreyra
al poder político, que ponga al frente de las distintas fuerzas personal idóneo, comprometido con la democracia y la justicia. Les pedimos que sean verdaderos custodios del Estado de Derecho.
Exigimos que la causa sea elevada a la Justicia Federal
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