Un familiar de las chicas no dudó en denunciar el ausentismo de Patricia Bullrich, Axel Kicillof y Fernando Espinoza en los días dramáticos que siguieron a la desaparición de las jóvenes; debió haber añadido a Javier Milei. Ninguno de los tres (o los cuatro) ignora el mapa del delito en la Provincia. El Estado, con todo su sistema de espionaje, inteligencia, Justicia y represión, no pudo encontrar al niño Loan Peña, víctima de un caso claro de trata, que se evidenció en distintos testimonios. Este aparato sólo está al servicio de la represión política, a la que, Trump mediante, se han incorporado los migrantes y refugiados. Con Loan también ofreció su asesoramiento Fernando Burlando, sin resultado alguno. Para el feminismo oficial, el delito de la trata de mujeres, uno de los rubros que mayor aporta al comercio internacional, tiene su raíz, no en el capitalismo, sino en el machismo, como tampoco trata al delito corriente como un producto de la propiedad privada, que sólo podría ser abolido con la abolición histórica de ella misma.
Axel Kicillof ha añadido a su reclamo de una “mesa nacional” de los gobernadores y Milei, el crimen contra las chicas de La Matanza. Quiere subirse al carro del oficialismo-opositor para superar el estigma de la derecha contra el kirchnerismo. Entre los debates acerca del Presupuesto 2026 y el tratamiento en el Congreso del crédito prometido por Scott Bessent, propone incorporar este crimen de Estado en el rubro “seguridad”; o sea legitimarlo como un asunto exclusivamente policial. Mientras tanto, en Rosario, ha resurgido el ‘affaire’ Armando Traferri, el senador peronista, ahora de Fuerza Patria, denunciado, nuevamente, por oportunismo electoral, como connivente con la mafia del juego y el narcotráfico, incluso cuando Maximiliano Pullaro, el actual gobernador, oficiaba de Ministro de Seguridad – nada menos. En un país donde la triangulación del comercio de exportación, para evitar el pago de las retenciones, crea dinero negro en forma ‘espontánea’, se excluye a la clase capitalista de las operaciones de ‘blanqueo’ en las cuales confluye con el narcotráfico y la trata de personas.
En los estados fronterizos de México con Estados Unidos, la esclavización sexual femenina arroja asesinatos de mujeres en escala desconocida. Trump, sin embargo, no la ha incluido en su agenda de ataque a los carteles contra el narcotráfico (un pretexto para someter al estado mexicano), probablemente porque él mismo se manejaba con esas redes con su amigo Jeffrey Epstein y su adinerada clientela.
El avance del delito organizado en las barriadas es una expresión de la crisis de dirección de la clase obrera. Los sindicatos han reducido su radio de acción a casi la nada; lo mismo el peronismo, donde en su primera época había desarrollado una política social y habitacional muy grande. Las viejas organizaciones obreras habían desarrollado muchas herramientas y medio para organizar a las poblaciones – en la educación, el deporte, los talleres de formación laboral. No es la pobreza la que lleva a la juventud al delito, es la falta de organización y de programa, que sólo puede partir de una vanguardia obrera. Los padres de Lara, Brenda y Morena se han manifestado muy orgullosos de sus hijas y nietas. Señalan incluso que su secuestro pudo haberse debido a una confusión de las personas buscadas. El Estado capitalista no pondrá fin a los crímenes de estado, porque los lleva en sus entrañas.
Política Obrera
29/09/2025
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