En la tarde de ayer se conoció que el fiscal Carlos Stornelli dará “impulso” a la denuncia penal presentada por Patricia Bullrich para prohibir la difusión de audios correspondientes a Karina Milei. En su escrito, Bullrich y sus abogados esgrimen razones de “seguridad nacional”. El registro y difusión de aquellas grabaciones sería parte de un operativo de inteligencia “amplio”, articulado por el kirchnerismo, con el propósito de ´desestabilizar´ la economía, influir en el proceso electoral y finalmente “derrocar al gobierno”. En esta “operación”, Bullrich involucró a periodistas, dirigentes de la AFA, ex aliados e incluso a servicios secretos de procedencia rusa y venezolana; pidió el allanamiento de sus domicilios laborales y particulares y el secuestro de sus dispositivos electrónicos. Tanto Stornelli como el juez en el cual recayó la denuncia, Julián Ercolini, forman parte de la banda de Lago Escondido, como se conoce a los jueces y fiscales que viajaron al ‘resort’ del magnate Joe Lewis, pagados por cuenta del grupo Clarín.
Los audios de Spagnuolo revelan la responsabilidad de Karina Menem y ´Lule´ Menem en los sobreprecios pagados en compra de medicamentos. Stornelli ha solicitado que se realice un “amplio (sic) informe para determinar el alcance que tuvo la revelación del canal de streaming Carnaval sobre los audios de la hermana del Presidente y del exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDis) Diego Spagnuolo” (La Nación, 3/9). Para Stornelli, los audios de Karina Milei han sido metidos en la misma bolsa de los de Spagnuolo “para incidir negativamente en la opinión pública en las elecciones del domingo próximo”. Como si hiciera falta: la operación contra la difusión de los audios representa un intento para justificar por anticipado la derrota electoral del oficialismo en las elecciones del próximo domingo. La tentativa de instalar una censura propia pretende plagiar a Donald Trump, quien ha conseguido que un tribunal de apelaciones de Estados Unidos postergue la entrada en vigencia de una cautelar contra los aranceles discrecionales establecidos por decreto para dar tiempo a la Corte Suprema, de mayoría trumpista, a que avale ese abuso del Ejecutivo. Pero el cuero que tiene Trump no lo tiene Milei; ni demorará mucho tiempo para que Trump se vea envuelto en un estallido financiero mucho peor que el que atraviesa Argentina, y en la difusión de corruptelas aún más siniestras. En su camino por la cornisa, Milei y sus secuaces, se disparan tiros al pie, que aceleran el desbarranque.
La oposición variopinta que ha emergido contra el gobierno busca concentrar la atención en las corruptelas de las castas libertarias y en la amenaza de censura previa, para sacar del temario el ajuste, los despidos, la precarización laboral, la liquidación de las jubilaciones, que comparten con el gobierno. La camarilla de la Rosada, enfrascada en espionajes recíprocos, tiene los días contados. La burguesía no quiere que eche leña al fuego a un colapso financiero.
Política Obrera
03/09/2025
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