Trump reanuda la tarea; corona, de este modo, el golpe de Estado que no logró imponer hace cuatro años, en enero de 2021.
En estas primeras tres semanas, Estados Unidos ha caído en un régimen de gobierno por decreto, lo mismo que viene haciendo Javier Milei desde que dictó la Ley Bases y el DNU 70/2023, aún vigente.
Siguiendo el precedente ‘argentino’, Trump ha decretado el cierre de organismos del Estado, numerosos como importantes, ha impulsado despidos masivos, ha cercenado derechos democráticos (como el de ciudadanía) y entregado a Elon Musk un poder estatal paralelo para liquidar el sistema de salud y establecer un sistema de espionaje social y financiero sobre la masa de contribuyentes.
Nada que no haya hecho Milei. Milei ha seguido a Trump en la decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud. La OMS es el último despojo que quedaba para coordinar internacionalmente el combate a las pandemias, que reciben ese nombre porque atraviesan todas las fronteras.
Trump ha encargado a Musk la liquidación del mayor programa de asistencia a la Salud (Medicaid), con un presupuesto de un billón y medio de dólares, al igual que lo hace Milei con la privatización generalizada, la arancelización del hospital público y la liquidación de las Obras Sociales.
Lo más grave, sin embargo, es la decisión de Trump de ejecutar la "limpieza étnica” final del pueblo palestino. Fue exactamente lo que hizo Hitler, en 1939, en la primera fase de “la solución final” que se había asignado con el pueblo judío. Milei ha anunciado su decidido apoyo a este crimen de lesa humanidad. Los Congresos nacionales, tanto de Estados Unidos como de Argentina, guardan un silencio cómplice frente a estas atrocidades.
En este marco debe entenderse la ola de deportaciones de inmigrantes, la violación del derecho de asilo y la reapertura de la siniestra cárcel de Guantánamo.
La crisis de la humanidad, provocada por el sistema capitalista y sus gobiernos, ingresa en la etapa de la tragedia.
La guerra mundial, que se ha desarrollado hasta ahora en Ucrania, Europa y Medio Oriente, pasa también a una nueva etapa. El propósito declarado de retomar el control del canal de Panamá es una declaración de guerra contra China, para despojarla de los dos puertos que ha construido para hacer viable el paso por esa vía marítima. Lo mismo ocurre con las amenazas a México y Canadá, dos plataformas de las cadenas de producción de China hacia Estados Unidos. Sin aviso, Trump echó a la basura el tratado de libre comercio con estos países, redactados por él mismo en su primer mandato.
La guerra arancelaria desatada por Trump agravará aún más la crisis económica mundial y la penuria de los trabajadores, con inflación y despidos. En esto, Trump dejó de lado a Milei al meter un fenomenal arancel de importación indiscriminado contra el acero y el aluminio. El intento de restablecer la dominación mundial del imperialismo norteamericano, en el marco de la decadencia del capitalismo, anuncia crisis sociales mayores y guerras de destrucción masiva.
Necesitamos una movilización masiva internacional de los trabajadores para parar en seco los estragos de la agonía capitalista y abrir una perspectiva de confraternización de todos los pueblos y naciones.
Más vigente que hace doscientos años: Proletarios de todos los países, uníos.
Nota de Tapa de la Edición Impresa de Política Obrera N°113
12/02/2025
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