sábado, 15 de febrero de 2025

“Ficha limpia”: un proyecto ‘woke’ de lesa democracia


La Cámara de Diputados ha dado media sanción a un proyecto manifiestamente inconstitucional, esto porque violenta el principio de igualdad ante la ley y el derecho a ser elegido. Priva de derechos políticos a ciudadanos que no han recibido condena definitiva, en este caso por corrupción. Se viola, de este modo, el sacro principio de inocencia. La condena en dos instancias no cierra el proceso judicial; todavía falta la sentencia de la Corte, que podría revertirlas. FL voltea un cimiento del Estado de derecho. Un examen más detenido demuestra que la Ficha Limpia es un arma de provocación para eliminar a adversarios políticos de las instancias representativas del sufragio popular. 
 Lo curioso del caso es que el gobierno libertario se haya puesto a la cabeza de una ley ‘woke’, o sea inspirada por sus rivales culturales, calificados por Milei como “excrementos ideológicos”. Donald Trump, el referente internacional de Milei junto a Benjamín Netanyahu, consagrado como criminal de guerra, nunca hubieran podido pasar el detector de una Ficha Limpia en sus territorios. Trump, admitido orgullosamente por él mismo, jamás pagó impuestos –se las ingenió, al revés, para recibir créditos fiscales. Acaba de recibir ahora, de parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos (de mayoría trumpista), una patente de corso que lo absuelve de cualquier delito que cometa bajo su Presidencia, empezando por los de su administración anterior, que incluye una tentativa de golpe de Estado. Sin un pelo de zonzo, Trump pretende usar este salvoconducto para desconocer cualquier fallo de este mismo Poder Judicial que contraríe sus decisiones políticos. Estados Unidos enfrenta la posibilidad de la “suma del poder público”, calificada por la Constitución de Argentina de 1853, como un acto de “traición a la Patria”. 
 La pretensión de que la Ficha Limpia es un instrumento para sanear al Estado de la corrupción, o al menos convertirla en inocua, es típicamente liberal-conservadora, reformista, conciliadora entre extremos. Es lo que rechazan los libertarios y ahora impulsa Milei y su doctorada hermana. Es soberanamente hipócrita, porque se la vota conjuntamente con la conversión del Tribunal Superior de la Ciudad en revisor de fallos de la Justicia nacional, con el propósito de exculpar a Mauricio Macri de diversas estafas financieras. Pero como el mono baila por la guita, la familia Milei se pasó al ‘wokismo’ para encarar maniobras políticas alternativas: obligar a Cristina Kirchner a que dé los votos para designar a Ariel Lijo para la Corte a cambio de evitar que el Senado vote la sanción que falta para convertir a Ficha Limpia en ley. Javier Milei, dispuesto a cambiar FL por Lijo, no es fiel ni con su propio oportunismo. La posibilidad de que dos sentencias condenatorias priven del derecho a ser elegido es un arma para proscribir a cualquier de relativa consideración. Solo es necesario encontrar la combinación adecuada con el Poder Judicial. 
 La segunda sentencia condenatoria que privó a Lula, en 2017, de la posibilidad de presentarse como candidato para las elecciones presidencias en Brasil, es muy ilustrativa en ese sentido. Él, un ‘woke’ de pies a cabeza, había sido el promotor de la Ficha Limpia. En un contexto en que el establishment brasileño, las Bolsas y las Fuerzas Armadas habían decidido que el PT no debía volver al gobierno, luego de la destitución de Dilma Rousseff, se armaron las acciones judiciales, que llegaron en apelación o segunda instancia al Tribunal Superior. De acuerdo a la prensa brasileña del momento, no se habían logrado reunir los votos para dictar una segunda condena contra Lula; había una diferencia de un voto a su favor. La mañana del día de la votación, exactamente entre 7 y 7.30, el comandante en jefe del Ejército, general Vilas-Boas, publicó en un twitter que las Fuerzas Armadas no admitirían un voto desfavorable. A la tarde, ese Tribunal condenó en segunda instancia a Lula para consagrar su proscripción. Este Tribunal nunca revirtió ese fallo sino que lo anuló, tres años más tarde con el argumento de que el procedimiento legal empleado, desde el lugar del fallo de primera instancia hasta las complicidades de su promotor, el fiscal Sergio Moro, había incurrido en irregularidades. La burguesía brasileña había cambiado de frente como consecuencia de la gestión Bolsonaro, llevando a los golpistas de 2016 a un frente con el PT. Los hechos comprobaron que Sergio Moro, recibido con pompa en Buenos Aires por el supremo Raúl Lorenzetti, era un ‘degenerado judicial’.
 La ley ‘woke’, impulsada por el ‘excremento’ libertario, el macrismo y los ‘cívicos’, ha servido, sin embargo, para quebrar al peronismo en Diputados y eventualmente en el Senado. Ni el peronismo ni La Cámpora han movido un dedo contra la proscripción de Cristina Kirchner, alcanzada nominalmente por la ley. La cuestión de la composición de la Corte juega un papel relevante en esta crisis, porque los hechos han probado que ha quedado acéfala. Una sentencia final apurada contra la expresidenta con solo tres votos ( y peor si resulta 2 a 1) tendría una consecuencia imprevisible. En los distintos fueros judiciales (Trabajo, Comercial, Civil) se desarrolla un movimiento contestatario contra la decisión del Supremo que pone al Tribunal Superior de Caba por encima de los juzgados nacionales. También son inciertas las derivaciones de una proscripción electoral de CFK en el tablero del peronismo bonaerense. 
 Mientras se dilucidan estos interrogantes de la crisis por arriba, es necesario dejar perfectamente claro que Ficha Limpia es un proyecto de ley al servicio de las provocaciones políticas de la banda ‘libertaria’, de naturaleza completamente antidemocrática y seguramente inconstitucional, y que forma parte del ataque liberticida contra los derechos de organización de los trabajadores.

 Jorge Altamira
 14/02/2025

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