En la nueva provocación al pueblo argentino que fue el video difundido el domingo 24 de marzo desde la cuenta oficial de la Casa Rosada, Javier Milei eligió como participante estelar a Juan Bautista “Tata” Yofre. Este personaje carga con un intenso prontuario en defender los intereses de los genocidas.
Yofre empieza el video pavoneándose de ser un prolífico escritor. Oculta que debe esas publicaciones a su privilegiado acceso a los archivos de la dictadura, entre los que se encuentran los del Batallón 601, cuando era el titular de la Side durante el gobierno de Carlos Menem.
El “servilleta” ha hecho sus buenos negocios con el relato negacionista, a través del mecanismo de sustracción y comercialización de archivos, y con ellos la distribución de libros. También, otras “empresitas” que se le conocen es la del espionaje ilegal, armado en base a sus vínculos durante su paso por la presidencia de la Side, y la de la venta de información a periodistas y medios de comunicación lo que le ha valido una causa judicial con una resolución procesal cuanto menos poco clara. Lo cierto es que nadie defiende un genocidio gratis.
Además, Yofre tiene estímulos familiares para prenderse a la provocación oficial. Es bien sabido que su hermano Ricardo ocupaba un lugar privilegiado en el círculo íntimo de Jorge Rafael Videla, como subsecretario general de la presidencia, teniendo perfecto conocimiento de las desapariciones, torturas, el exterminio, la apropiación de bebés y el sinfín de atrocidades perpetradas por la dictadura.
En el video, Yofre le presta su voz al gobierno para hacer lobby por una indemnización a las presuntas víctimas del terrorismo, fundamentada en la teoría de los dos demonios y en un autoadjudicado inventor de la cifra de los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos.
El Estado argentino, en lugar de andar reviviendo provocadores, tiene que abrir y publicar para la población los archivos de la dictadura para poder esclarecer con la mayor precisión posible la cantidad de compañeros desaparecidos. Cualquier otra cosa es un ocultamiento deliberado para perpetrar la impunidad que tan útil le es a un aparato represivo que sigue intacto con la complicidad de todos los gobiernos desde la vuelta de la democracia.
El final del video es una confesión de los objetivos que persiguen: subsidios a las presuntas víctimas del terrorismo. Los mismos que le niegan la asistencia social a millones de familias que hoy pasan hambre en la Argentina, quieren otorgársela a la familia militar. Esto, sin olvidar que buscan la liberación de los genocidas, como defendió Yofre en una reciente entrevista televisiva.
Este spot se inscribe en una larga seguidilla de provocaciones negacionistas por parte del gobierno, desde las declaraciones de Villarruel hasta los rumores de indulto a represores como Astiz, pasando por los proyectos de Bullrich y Petri de inmiscuir a las fuerzas armadas en la represión.
Todas estas provocaciones han recibido una respuesta contundente por parte un pueblo argentino que no olvida y colmó las calles con cientos de miles este 24 reclamando memoria, verdad y justicia por nuestros 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos.
Santiago Werenkraut
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