El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, “desmintió” a través de un tuit al editorialista de La Nación, Carlos Pagni, quien lo había señalado como defensor del narcotraficante Mameluco Villalba, condenado a 23 años de prisión.
El ministro aclaró que la defensa en cuestión estuvo a cargo de su hermano, Matias Cuneo Libarona, quien trabaja en su mismo estudio pero en "otro piso". Pagni introdujo su denuncia en su editorial del programa Odisea, por LN+. Minutos antes, en el mismo canal, Cúneo Libarona era presentado como un adalid de la lucha contra el narcotráfico en el programa de Luis Majul.
El ministro saltó a la fama en los 90 por defender a Amira Yoma en la causa por narcotráfico que se conoció como "Yomagate" y, posteriormente, fue defensor del comisario Ribelli en la causa AMIA, por cuyo entorpecimiento (escondió una grabación) estuvo detenido el mismo Cúneo Libarona durante 35 días. En este caso, aduce que la lejanía en el tiempo lo absuelve.
El prontuario del ministro es largo. Tuvo actuaciones más recientes como defensor del hampa en causas tan graves como tráfico de drogas, violación, asesinato, corrupción y lavado de dinero, muchas vinculadas al poder político, a las cuales renunció para asumir como funcionario del actual gobierno. Un somero repaso indica lo siguiente:
Defendió al ex intendente de Paraná, Sergio Varisco, ya fallecido, condenado a seis años de prisión por narcotráfico en 2019.
Defendió al "Rey de la efedrina", Mario Segovia, en 2008.
En el expediente del asesinato de Gonzalo Acro, figura como defensor de Alan Schlenker, ex barra brava de River Plate, quien resultó condenado por el homicidio en 2011.
Representó al abogado Mateo Corvo Dolcet, quien estaba imputado por lavar dinero del narcotráfico colombiano.
En la causa consta que había recibido un pago de la viuda del capo narco Pablo Escobar Gaviria y en 2018 pagó 10 millones de pesos para salir de prisión.
Fue el primer representante del ex gobernador Alperovich en la causa en la que se lo acusa por la violación de su sobrina.
Fue abogado querellante de Horacio Homs, dueño de Abril Catering y señalado como presunto testaferro de Juan Pablo “Pata” Medina, en una causa contra funcionarios macristas acusados de persecución política contra la UOCRA.
Defendió también a los jueces Walter Bento, destituido por mal desempeño y procesado por sobornos, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, y Pablo Yadarola, en el expediente que investigó el viaje de jueces, exfuncionarios y empresarios a Lago Escondido.
En la causa de la ruta del dinero K, defendió a directivos de Provalor, la financiera de donde salió al extranjero el dinero que se lavaba, según la investigación del juez federal Sebastián Casanello. También patrocinó a Roberto Erusalimsky, que fue procesado por el mismo juez cinco veces por la compra de un campo en Mendoza que pertenecía a Lázaro Báez.
En el caso de los cuadernos de las coimas, defendió a los empresarios Sergio Taselli y Hugo Eurnekián.
Que el carácter de clase del régimen de Estado se evidencie en el nombramiento de sus funcionarios, no es exclusividad del gobierno de Milei, pero Cúneo Libarona exacerba la obscenidad.
La representación recurrente de criminales de alta gama no es algo que pueda subsanarse esgrimiendo la importancia del derecho a defensa, ya que su nombramiento como ministro de Justicia lo coloca en ambos lados del mostrador. La Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera son entes que funcionan bajo su ministerio y que deberían actuar como querellantes en causas en las que antes Cúneo Libarona era abogado defensor. Además, dicho sea de paso, el cargo puede ser considerado un ´atractivo´ adicional para contratar al estudio familiar en el que dice ya no trabajar, pero del cual todavía es titular.
Es otro zorro cuidando el gallinero, como Toto Caputo, operador de mesa de dinero devenido en ministro de Economía, o como todos los ejecutivos de empresas privadas que fueron nombrados para dirigir las empresas públicas que sus patrones pretenden comprar.
Del otro lado de la "grieta", algunos hacen el camino inverso, como Sergio Massa, que de ministro de Economía y de ser candidato a la presidencia por Unión por la Patria, pasó a trabajar para los saquedores de la deuda externa argentina. Fue contratado por Greylock Capital Management, un fondo buitre yanqui que tuvo un rol activo en la reestructuración de la deuda privada liderada por Martín Guzmán en 2020, que impuso cláusulas leoninas para la Argentina y que hoy se beneficia con las medidas libertarias de gobierno.
Luciana Diaz
14/03/2024
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