La jornada nacional fue resultado de un frente único entre un arco de organizaciones piqueteras que se extiende desde la UTEP hasta los movimientos de izquierda. A pesar de la intense ola de despidos, los sindicatos peronistas no convocaron a los cesanteados de Aysa, ni de Ate, ni la UOM, que está en lucha por el salario. Los sindicatos de la CGT aíslan a los trabajadores de los procesos de lucha. El corte estuvo compuesto en su totalidad por organizaciones de desocupados.
A partir de las 11 de la mañana, se desplegó desde la Ciudad de Buenos Aires un destacamento de infantería de la policía de la Ciudad, apoyado por un camión hidrante y un equipo de motos para despejar el bloqueo. La infantería avanzó sobre la manifestación con la intención de despejar la zona. Ante la resistencia de los manifestantes, la infantería respondió con gases lacrimógenos y con el disparo del camión hidrante. Pero el piquete se sostuvo y la represión no pudo desalojarlo: el movimiento piquetero tiene como desafío estratégico retomar sus tradiciones de lucha para enfrentar los ataques en toda la línea del gobierno de Milei.
Finalizando la jornada, el piquete se sostenía sobre la Avenida Maipú. Un gobierno de mesadineristas y lobbistas del capital financiero no alcanza para derrotar a un movimiento de lucha nacido de las raíces de la clase obrera. La lucha está abierta.
Pablo Busch
18/03/2024
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