A diferencia de Mario Firmenich, dedicado a la vida académica en España, Perdía se mantuvo vinculado a la militancia.
Como otros cuadros montoneros, arribó al peronismo proveniente de un sector social pequeño burgués y católico. Se recibió de abogado en la UCA y fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho. En esos inicios se incorporó a las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y llegó a Montoneros producto de la unificación de ambas organizaciones, convirtiéndose en dirigente de aquella organización.
En Montoneros, tuvo a cargo algunos operativos relevantes. Organizó y fue partícipe del “Operativo Dorrego”, una acción mancomunada con el Ejército Argentino destinada a colaborar con zonas y afectados por las inundaciones. El objetivo fue mostrar la ´convergencia´ cívico-militar. Para los militares fue una oportunidad para realizar tareas de inteligencia sobre las filas montoneras.
Ya en el gobierno de Isabel Perón, Perdía tuvo a su cargo la dirección de la llamada “Operación Primicia”, realizada el 5 de octubre de 1975 en Formosa, que incluyó el secuestro de un vuelo de Aerolíneas Argentinas, el copamiento de un Aeropuerto, el ataque al Regimiento 29 y la posterior huida en el mismo avión.
Luego del golpe de marzo del 76, Perdía se exilió en Madrid. Desde allí, participó de la organización de la “Contraofensiva” lanzada en 1979, que culminó en un desastre, con la detención y desaparición de muchísimos militantes montoneros.
Finalizada la dictadura, el gobierno de Alfonsín se propuso llevarlo a juicio junto a las cupulas militares, en el marco de la “teoría de los dos demonios”. Perdía se mantuvo en la clandestinidad hasta que fue indultado por Carlos Menem, en 1989, y se incorporó como funcionario de la secretaría de Derechos Humanos de aquel gobierno, como promotor de leyes de restitución de las víctimas de la dictadura.
En el año 2003 fue detenido junto a Vaca Narvaja por Claudio Bonadío en la causa de la “Contraofensiva” y liberado tras permanecer dos meses en prisión, cuando una resolución judicial declaró prescriptos los delitos que se le atribuían.
Perdía fue referente del movimiento de desocupados. Formó la OLP (Organización Libres del Pueblo). Integró la Asociación Gremial de Abogados y colaboró con un conjunto de causas que involucraron tomas de tierras y conflictos laborales, además de vincularse con sectores mapuches. Escribió dos libros, “La otra historia” y “Montoneros, el peronismo combatiente en primera persona”, reflejo de sus memorias y pensamiento político.
En sus libros Perdía realiza dos autocríticas: una, a la lucha armada, a la que califica como “un error” que profundizó la distancia entre el pueblo y Montoneros; y otra sobre la democracia. “Le dimos mayor valor que el que realmente tenía. No comprendimos el valor que el propio imperialismo le asignaba a las democracias”. No incluye en los equívocos el retorno de Perón, que fue el recurso del imperialismo y los militares para desarmar políticamente al movimiento de lucha revolucionaria que inició el Cordobazo.
Federico Fernández
22/03/2024
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