Es que la crisis de Lanús ha desenmascarado a los dos lados de la “grieta”. Por una parte, los vecinos denunciaron la inoperancia cómplice de la Comisaría de la zona, a las órdenes de Kicillof y Berni. Pero del lado municipal, Lanús es la niña de los ojos de la facción macrista de Patricia Bullrich, que lleva al intendente en licencia Grindetti como candidato a gobernador. El secretario de Seguridad e intendente interino Diego Kravetz, que suele alardear por su gestión de mano dura, ´suena´ como futuro ministro de Seguridad de un eventual gobierno de Bullrich.
En medio de la conmoción producida por la muerte de Morena, Kravetz levantó una falsa acusación contra un menor de edad, a la expectativa de sumar porotos para una futura reducción de la edad de imputabilidad y para proteger al elenco de punteros del distrito. El derrumbe de esa impostura ha sido un bochorno para Kravetz y Grindetti.
La muerte de Morena es un golpe brutal a los cruzados del reforzamiento represivo. Los agresores de Morena integraban bandas perfectamente identificadas por los vecinos e incluso por funcionarios de la propia Municipalidad, que no desconocían sus guaridas ni sus movimientos. Las pancartas de los vecinos que reclaman justicia denuncian las “zonas liberadas” de la comisaría distrital. La responsabilidad del aparato estatal, o sea de los aparatos de ambas orillas de la ‘grieta´, asoma por todos los poros de la crisis.
Drogas, consumo y delito
La punta del ovillo de esa trama se encuentra en los agresores de Morena, dos jóvenes que actuaron bajo el efecto de la droga y que salieron al arrebato con el propósito de volver a abastecerse de ella. Son parte del medio millón de jóvenes sin chances de estudio ni de trabajo, que constituyen un importante mercado para el consumo y tráfico de drogas. Naturalmente, esa inmensa red es articulada por una superestructura estatal y paraestatal, integrada por las comisarías, los jueces, los servicios penitenciarios y las redes de punteros que se financian con el vuelto chico del negocio criminal.
La muerte ´en riña´ o en el hospital, la cárcel o la locura obligan a la renovación permanente de estos contingentes de jóvenes desesperados. Los barrios no conocen la distinción entre consumo “recreativo” y consumo “problemático”, que una parte de la izquierda, o sea el FITU, ha convertido en un programa político “emancipatorio”. Es un planteo anti-obrero y anti-socialista.
Puerta grande
Un periodista de La Nación describió que el mundo del narcomenudeo se nutre fuertemente del mercado de compra y venta de cosas robadas – una suerte de ´vuelto chico´ del narconegocio. Pero el mismo redactor señala luego que el flujo grande de dinero -la recaudación proveniente de la venta de drogas- fluye hacia lo que llama “el delito de cuello blanco”, que resume en “la compra de voluntades políticas” y el “lavado de dinero” (LN, 10/8).
Hace ya varias décadas, y no solo en la Argentina, la criminalización de las finanzas ha escalado a niveles extraordinarios. Los carteles mexicanos concurrieron a ´fondear´ a varios bancos norteamericanos al borde de la quiebra. La llamada ´banca en las sombras´, que desde las sucesivas crisis financieras opera en el margen de las regulaciones, tiene un fuerte rol en el lavado de dinero. Sigue las huellas que abrieron los fondos de gestión de activos, los fondos de cobertura y los de rubros especiales – que, en conjunto, manejan 500 billones de dólares. Todo este enorme esquema financiero ha servido a la expoliación de los Tesoros nacionales y a una brutal redistribución negativa de ingresos, o sea al enorme crecimiento de la pobreza en la clase social a la que pertenecía Morena Domínguez.
Al lado de la “banca en las sombras” (o “shadow banking”) y “funds” se encuentran el Estado y sus partidos. Del Congreso salen las leyes de “blanqueo de capitales”, un régimen de indulto regular a todos los fondos ´en negro´. Sergio Massa ha negociado con los Estados Unidos un blanqueo bilateral de fondos recíprocamente depositados en los dos países – para pagar con esos dólares la deuda pública a los mismos blanqueadores.
La figura más representativa de los fondos financieros es Javier Milei. Milei no sólo plantea suprimir el Banco Central sino también a los bancos propiamente dichos, que deberían convertirse en oficinas de cobros y pagos de impuestos y tasas. Milei acusa a los bancos de reciclar por tres o cuatro la emisión de dinero del Banco Central, mientras exige desregular las finanzas y las cripto monedas, o sea convertir al capitalismo en un sistema de lavado de dinero. Es en conexión con esto que estimula el tráfico de órganos, que podrían convertirse en prenda de garantía de préstamos sin control (“over the counter”, OTC). En la misma venia defiende la libertad de drogarse, como lo hacen también ‘reputados’ órganos de prensa ‘libertarios’ internacionales. Los libertarios de Milei han cooptado a los mayores apóstoles de la mano dura. Como lo repite su Vice, la función del estado es “meter bala”. En fin, esta es la cima de la distinguida ´pirámide´ que tiene como base a jóvenes masacrados por el crimen y la droga.
Quién se descompone
La descomposición social y política que campea detrás de la llamada ´inseguridad´ es la descomposición del capitalismo como régimen social, y del Estado patronal como superestructura política. El capitalismo en declinación se nutre de la narcofinanza con la desesperación del adicto. A los jóvenes sentenciados al desempleo -o en el ‘mejor’ de los casos, al empleo precario- este régimen les ha encontrado un filón lucrativo. Encaramados a ese delito, pululan los intereses capitalistas asociados a la explotación general de la clase obrera – entre ellos, los acreedores de la deuda pública usuraria, comenzando por la burguesía nacional.
De los Berni-Massa a los Milei-Bullrich, los partidos del régimen han respondido a la crisis de estas horas con una plataforma represiva. Es como pretenden defender los tarifazos, devaluaciones y ajustes. La crisis de ‘inseguridad’ no es otra cosa que una crisis de poder político de un régimen en agonía. Un gobierno de trabajadores pondría fin al pilar de esta crisis – la dominación del capital, de los monopolios, la dominación del capital financiero, o sea de la cima del capital. Es el punto de partida de una transición histórica para poner fin a todas las formas de explotación y de opresión.
Es con esta perspectiva que debemos enfrentar el “mientras tanto”. Con manifestaciones y con organización; con el enlace de los barrios y los centros de trabajo del distrito, incluidos los choferes del transporte. Mediante la autoconvocatoria y la coordinación. Para denunciar y encarcelar a los responsables de la policía y a los secretarios y ministros que están arriba de ellos. Para arrancar viviendas y asistencia y refacción a la vivienda precaria. Por una bolsa de trabajo controlada por los jóvenes y obreros; por becas masivas de estudio. Por una campaña organizada con sindicatos combativos contra la drogadicción, y por la asistencia gratuita para las tareas de recuperación. Por un salario y una jubilación mínima equivalentes a una canasta familiar. Para que se anulen los impuestos al consumo y se aplique un impuesto a los ingresos sin tope máximo.
El “mientras tanto” no es otra cosa que el período de lucha que va de las circunstancias presentes a la toma del poder político por la clase obrera – en el país y el mundo.
Marcelo Ramal
11/08/2023
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