Por ejemplo, se sabe que uno de los beneficiarios de la corrupción corporativa de Lewis fue Carolyn Carter, su ex pareja. Comenzaron a salir cuando ella tenía 23 años y él 76. Mantuvieron el vínculo por siete años, entre el 2013 y 2020. En esos años el magnate le asignó un agente bursatil que asesoraba a la joven sobre dónde invertir en la Bolsa, claro que con fondos e información “privilegiada” que le aportaba Lewis. De ese modo, Carter, hoy de 33 años, amasó una importante fortuna. En los expedientes de la causa en Nueva York figura como “The Girlfriend”, la novia. Allí se detalla la compra de acciones de una empresa biotecnológica, Mirati Therapeutics, por ejemplo, en vísperas del anuncio de un éxito científico que provocó un aumento inmediato del valor de sus acciones. Después de hacer la diferencia Carter (y su asesor) vendieron, embolsando fortunas. A diferencia de Lewis y sus pilotos -otros ´bendecidos´ por el magnate, y por tanto implicados- la joven no se presentó en el juzgado.
A este episodio judicial se agrega el “amigo argentino del poker” a quien también le hizo ganar dinero, siempre proporcionando información para la compra acciones antes de anuncios públicos. El misterio sobre la identidad del “amigo argentino” alimenta todo tipo de suspicacias y ya se convirtió en un tema de interés nacional e internacional. Sabemos que los “los huemules” -funcionarios judiciales y macristas- se hospedaron en su estancia. También que el ex presidente Mauricio Macri lo frecuentaba. Ignoramos la afición por el poker de todos ellos.
La podredumbre del régimen hiede.
Elena Florín
1/08/2023
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