El acuerdo aparece luego de semanas de parálisis, que hizo planear la posibilidad de que no se logre consagrar una nueva Constitución. Los convencionales habían rechazado 93 de los 96 artículos de la propuesta de establecer un "Congreso Plurinacional" que presentó la Comisión de Sistema Político. La parálisis giró en torno a las atribuciones del Ejecutivo y a la continuidad o no del Senado. El régimen actual otorga al Senado un poder de veto a las reformas parciales de la Constitución que presente el Ejecutivo.
El poder de veto del Senado es especialmente conflictivo para Boric, porque tiene mayoría de la derecha, que bloquearía el proyecto del nuevo gobierno de una reforma tributaria que permita recaudar el equivalente a cuatro puntos adicionales del PIB. Boric reclama ese dinero para subsidiar las jubilaciones, en especial de quienes han retirado sus ahorro de las AFP por la pandemia; establecer un sistema de pensiones paralelas a las AFP; condonar las deudas bancarias de los estudiantes universitarios que accedieron al CAE (Crédito con Aval del Estado); subsidiar un aumento del salario mínimo y la disminución de la jornada laboral; y crear un plan de salud público -en Chile la atención sanitaria en los recintos públicos es paga- entre otros.
Se espera que la reforma sea presentada por el Ejecutivo a mediados de año. La derecha ya anunció su decisión de vetarla.
Si el Senado llegara a desaparecer con la nueva Constitución, el gobierno de Boric se ha comprometido a darle un tiempo más de "gracia" o vigencia como parte de un periodo de "adaptación" (probablemente cuatro años más). Como moneda de cambio, Boric tiene expectativas de aumentar sus atribuciones presidenciales a través de la nueva Constitución.
La Convención tiene plazo hasta el 5 de julio de este año para entregar el borrador definitivo de la nueva Constitución, luego de haber obtenido una prórroga respecto al vencimiento original en abril próximo. Durante la semana pasada, diputadas del Frente Amplio e "independientes" presentaron un nuevo proyecto de reforma del proceso constitucional que busca una segunda prórroga hasta el mes de octubre.
En los términos expuestos, se puede decir con certeza que la Convención ha fracasado. Incluso si logra redactar una nueva Constitución, el nuevo régimen político que se establezca será apenas un maquillaje de la anquilosada Constitución de Pinochet –que cumplió ampliamente su objetivo en las tres décadas de la "transición".
Javiera Sarraz
29/03/2022
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