El domingo 7 de diciembre de 1941 a las 8 am, 353 aviones japoneses bombardearon Pearl Harbor. La principal base de los norteamericanos está en el Pacifico. El ataque se realizó sin declaración de guerra previa. Esto produjo un cambio en la opinión pública yanqui y le permitió a Franklin Delano Roosevelt (presidente norteamericano), al enviar millones de soldados a pelear al extranjero. Los japoneses justificaron su agresión como un ataque preventivo, producto de los embargos petroleros que los norteamericanos les habían impuesto un tiempo antes. Las consecuencias fueron la entrada de EE.UU. en la II Guerra y por lo tanto que la balanza se inclinara hacia los aliados. En el territorio norteamericano se levantaron campos de concentración para los descendientes de japoneses. Los Estados Unidos impusieron sus condiciones a nivel mundial transformándose en la primera potencia capitalista a nivel mundial.
Estados Unidos y la II Guerra
En la Segunda Guerra los EE. UU. tuvieron un tiempo de preparación que otros países beligerantes no gozaron. La poderosa producción industrial yanqui estaba funcionando a todo vapor produciendo armamento para Inglaterra. En este país existía una fuerte corriente “aislacionista” dentro de la clase dominante americana hasta el ataque japonés a Pearl Harbor. Esta agresión nipona fue tomada como pretexto para vencer la resistencia de los enemigos al ingreso a la guerra. “Hasta ese momento, la política americana con relación a Japón era ambigua, y lo mismo podría decirse con relación a la Alemania hitleriana. Lo que desmiente la visión ideológica retrospectiva de una guerra de democracia versus fascismo” (Naturaleza de la Segunda Guerra mundial, En Defensa del Marxismo, 1995).
Para Hitler era un objetivo fundamental mantener a los Estados Unidos neutrales. Pero esta tentativa estaba destinada al fracaso, porque los intereses económicos yanquis ya tenían una envergadura mundial. Como lo pronosticaban documentos de la IV Internacional y Trotsky que caracterizaba a los Estados Unidos como la principal potencia capitalista e imperialista. La Alemania nazi, en diciembre de 1941, ya tenía abiertos demasiados frentes de batalla. Al momento del bombardeo de Pearl Harbor, tenía bajo su control Francia, la totalidad de Europa del este, estaba llevando adelante la invasión de la URSS y atacando Inglaterra.
La raíz fundamental de la segunda guerra se relaciona con la existencia, para la década del 40, de potencias vencedoras en la Primera Guerra y de potencias perdedoras. Los yanquis intervinieron últimos en la Primera Guerra, pero impusieron sus condiciones en este conflicto y la posguerra. En los Estados Unidos no se realizaba una guerra dentro de su territorio desde la Guerra Civil de la década de 1860. A diferencia de los países de Europa donde se llevó adelante la Gran Guerra. Esto provocó que los Estados Unidos estuvieran en mejores condiciones que las otras potencias europeas. Los ingleses y los franceses producto de la paz de Versalles obligaron a los alemanes a ceder territorio y a pagar indemnizaciones. Pero perdieron muchos hombres y gastaron muchos más recursos que los yanquis.
Los alemanes fueron los grandes perdedores de la Primera Guerra y con los nazis volvieron a tener aspiraciones imperiales, pero para esto debían enfrentar a las otras potencias. Los japoneses se venían desarrollando en Asia, esto los llevaba a un choque con los yanquis y otras potencias occidentales. Y los italianos esperaban aprovecharse de su alianza con los alemanes y los nipones para conquistar nuevos territorios en África y Europa. Tanto Alemania como Italia y Japón tuvieron un desarrollo capitalista más tardío que las otras potencias. Cuando llegaron a levantar una gran producción industrial, a fines de siglo XIX, los mercados ya estaban dominados por los países que tuvieron una industrialización más temprana (Inglaterra, Francia y EE.UU). Esto los obligó a tener que tratar de abrir los mercados a los cañonazos. Posteriormente a la gran crisis del 30, la salida militar sirvió para enfrentar la terrible depresión económica. Tanto en Alemania como en Estados Unidos las economías militaristas aumentaron la producción industrial y el empleo de forma significativa.
El infierno en el paraíso
A principios de diciembre del 41, en la ciudad de Nueva York, la más importante de EE.UU, se aproxima la navidad. Está nevando y los niños piensan en los regalos. En Pearl Harbor, en el archipiélago de Hawái, no nieva. Es un paraíso tropical del Pacifico. Los soldados se preparaban para vivir un domingo feliz. Vestidos de blanco, muchos irán primero a misa y después a verse con sus chicas. Nadie en la base imaginaba lo que estaba a punto de pasar.
Antes de las 7:50, el comandante japonés Fuchida, transmite las palabras clave a su alto mando: Tora, Tora, Tora (tigre). Significa: el ataque ha empezado. Muchos marineros todavía estaban durmiendo, cuando los despertó el sonido de las sirenas y explosiones de bombas. Otros estaban desayunando en los barcos. Por las radios del ejército yanqui se escuchaba el famoso mensaje “Ataque aéreo a Pearl Harbor, esto no es un ejercicio”. La numerosa formación aérea nipona al ingresar a la isla tapaba el sol. Los defensores no estaban en condiciones de responder el ataque. Los depósitos de municiones estaban cerrados. Los aviones al aire libre para evitar sabotajes y la mayoría de las ametralladoras no llegaron a ser puestas en acción durante el ataque. Algunos lograron resistir y le infligieron bajas a los japoneses.
“A las 7.48 de la mañana del domingo 7 de diciembre de 1941, 353 aparatos de la aviación naval japonesa provenientes de seis portaaviones atacaron sin previo aviso Pearl Harbor, la base de la flota norteamericana del Pacífico en las islas Hawai. En el curso de las siete horas siguientes las fuerzas aeronavales japonesas lanzaron ataques coordinados contra bases norteamericanas, británicas y holandesas en Filipinas, Indonesia, Malasia y Singapur. Todas las posesiones occidentales cayeron, en algunos casos sin siquiera ofrecer resistencia”(80 años del ataque japonés a Pearl Harbor, Andrés Reggiani, Infobae, 21/11).
Causas y consecuencias
Supuestamente como respuesta a la invasión japonesa a China, en 1937, los norteamericanos embargaron las exportaciones de petróleo japonesas. En julio de 1941, los yanquis dejaron de exportar petróleo a Japón, producto de la invasión nipona a Indochina (colonia francesa). La invasión fue posible por la caída de Francia bajo el dominio de los nazis. La falta de petróleo llevó a los japoneses a invadir las indias orientales neerlandesas, donde se podían abastecer del combustible fósil. Los japoneses buscaban el control del sudeste asiático, denominado por ellos como el área de los recursos del sur.
Isoroku Yamamoto era el almirante en jefe de las fuerzas combinadas japonesas. Era consciente de la inferioridad de fuerzas de Japón frente a EE.UU. Por lo tanto diseñó un plan de guerra que consistía en tratar de dar un golpe devastador a los norteamericanos que los obligará a negociar. Ese golpe fue ataque a Pearl Harbor. Justificado como un ataque defensivo, la misma táctica se utilizó con gran éxito en la guerra ruso-japonesa de 1905.
Entre las consecuencias del ataque a Pearl Harbor podemos destacar el hundimiento de 8 grandes navíos estadounidenses, cuatro de los cuales lograron ser reflotados y reparados en los meses siguientes. La pérdida por parte de los Estados Unidos de 188 aviones, 2.400 militares y unos 50 civiles. Los japoneses, en cambio, solo perdieron 29 aviones, 4 minisubmarinos y 64 pilotos. La casi completa destrucción de la base naval de Pearl Harbor, las pistas de despegue y aterrizaje, los hangares de los aviones y las baterías antiaéreas.
Yamamoto el más lúcido entre los nipones, a pesar de ser el ideólogo de la operación, pronto sospechó el final de la historia. Y en medio de los festejos de sus compatriotas por el éxito del bombardeo dijo: “Hemos despertado a un gigante dormido”.
Yamamoto posteriormente explicó frente al Estado mayor nipón que fue una victoria a lo Pirro, en relación al rey Pirro de Epiro y Macedonia, quien para vencer a la república romana quemó las naves y luego fue vencido.
“Señores, nada hay que festejar. Dos mil americanos muertos y unos cuantos barcos hundidos significan muy poco. Lo más grave: no hemos hundido un solo portaaviones, el arma más poderosa del enemigo. Mientras en las fábricas norteamericanas se producen trescientos aviones de combate por día… ¡nosotros apenas producimos treinta! Y para peor, después de Pearl Harbor llegará la hora de la venganza”(75 años del ataque a Pearl Harbor. Alfredo Serra, Infobae, 2/12/16). Y así fue. Los portaaviones, que se salvaron del ataque, fueron utilizados para destruir a la flota naval japonesa. Esto fue posible a partir de que los yanquis descifraron el código secreto de los nipones. De esta forma en 1943 interceptaron el avión donde viajaba Yamamoto y lo derribaron, terminando con la vida del almirante.
El ataque japonés dio vuelta a la opinión pública norteamericana, los partidarios de la guerra se volvieron mayoría. El 11 de diciembre de 1941 los Estados Unidos declararon la guerra al Eje (Alemania, Italia y Japón). Roosevelt rompió su promesa de no enviar a soldados norteamericanos a pelear en el extranjero, pero para esto contó con la mayoría absoluta del Senado, menos uno. La entrada en la guerra de los EE.UU. fue un punto de inflexión contra el Eje, desde ese momento los aliados (EE.UU., Inglaterra y URSS) comenzaron a recuperar posiciones hasta vencer en los primeros meses del 1945 a la Alemania nazi. Después de que Hitler abrumado por su fracaso se volara la cabeza, los japoneses seguían resistiendo. Así vendría la barbarie de las bombas nucleares contra Japón. Un ataque para conseguir la rendición incondicional de Japón, para realizar una demostración de fuerzas contra los soviéticos, que se habían apoderado de Europa oriental y existía el temor de que avanzaran contra Japón. Al mismo tiempo un experimento para ver el alcance del arma. Y una forma de evitar las bajas norteamericanas en el Pacífico.
Ríos de tinta se han escrito sobre si el presidente Roosevelt sabía del ataque. Que los portaaviones, principal arma naval, no estuvieran en el puerto, llama la atención. Al mismo tiempo no es un dato menor que a sectores muy poderosos de la burguesía yanqui le interesaba ingresar en la contienda. El imperialismo yanqui necesitaba ingresar a la guerra.
Las hostilidades con Japón eran manifiestas y la guerra en Asia le permitió a los norteamericanos apoderarse de los mercados asiáticos. En los Estados Unidos el ataque alimentó una histeria colectiva. El estado norteamericano mostró su parte más oscura, aparte de los ataques nucleares. 120.000 norteamericanos descendientes de japoneses fueron arrancados de sus casas y llevados a campos de concentración (Estados Unidos tuvo sus propios campos de concentración. Clarín, 20/2/20).10 en total dentro del territorio EE.UU. Muchos murieron a causa del maltrato de los guardias. Miles a causa de las malas condiciones. Al terminar la guerra fueron liberados con solo 25 dólares por cabeza y enfrentados al repudio de una sociedad racista.
La naturaleza de la barbarie de Pearl Harbor
El bombardeo en Pearl Harbor puso en marcha una movilización económica y militar sin precedentes. Produciendo transformaciones profundas en la sociedad norteamericana, dando el último empujón a la reactivación que siembra las bases de la prosperidad de la posguerra.
Pearl Harbor eliminó los últimos obstáculos para que Washington pusiera sus enormes recursos al servicio de una concepción global de la guerra que serviría de base a la Pax Americana posterior a 1945.
El famoso historiador inglés A. J.P. Taylor, planteó que Hitler, en verdad, carecía de la intención de desarrollar un conflicto mundial (se habría conformado con un Lebensraum alemán en Europa), conflicto mundial que habría sido “impuesto” por las potencias aliadas, inclusive a Japón, el cual, después del embargo impuesto por los EE. UU. en agosto de 1941, “estaba obligado a rendirse o ir a la guerra”(Naturaleza de la Segunda Guerra mundial, En Defensa del Marxismo, 1995).
Pearl Harbor fue la entrada de los Estados Unidos a la segunda guerra mundial. Un acontecimiento brutal donde murieron “ochenta millones de personas, si contamos a los que murieron por hambre y enfermedades, como resultado directo de la guerra -ocho veces más que en la Primera Guerra Mundial” (Ernest Mandel. O significado da Segunda Guerra Mundial, Sao Paulo, Ática, p. 182). La caracterización de Rosa de Luxemburgo: “socialismo o barbarie”, mostró toda su veracidad. En los países donde fracasó la revolución como Alemania, fueron los que sufrieron las peores consecuencias de la barbarie. “También gran parte de la URSS fue azotada por la invasión nazi, en ese cuadro el pueblo ruso tuvo derrotar a los nazis a pesar de la cobarde burocracia” (80 años de la invasión nazi a la URSS. Leo Furman, Prensa Obrera, 23/6). Lo mismo se puede decir del fracaso de la revolución china de 1927, donde la burocracia soviética obligó a los revolucionarios a realizar un frente con el enemigo de clase. Que terminó en tragedia para los revolucionarios. Esto hubiera evitado que el Japón imperial llevara, junto a los yanquis, el territorio asiático y al pacifico a la barbarie de la guerra.
Leo Furman
7/12/21
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