domingo, 2 de mayo de 2021

Los mártires de Chicago: la lucha obrera de la que nació el 1° de Mayo


Lucha de clases y represión violenta en Estados Unidos 

 “En los Estados del Sur mis enemigos eran los que oprimían a los esclavos negros. Mis enemigos del Norte los que ansiaban perpetuar la esclavitud de los obreros asalariados” 
 Albert Parsons, uno de los principales dirigentes de los mártires de Chicago.

 En 1886, después de un proceso de desarrollo y unificación, la clase obrera yanqui irrumpió en la lucha de clases como un solo puño. La gran huelga por las 8 horas fue el punto más alto de todo un proceso de organización, politización y rebelión de las masas proletarias. Los sindicatos y partidos independientes prosperaban. Los anarquistas, los socialistas revolucionarios y los demócratas de izquierda ganaban terreno; estas teorías políticas eran utilizadas por los trabajadores como una herramienta para luchar por las reivindicaciones más básicas. En el cuadro de lucha estas teorías se fusionaban en la práctica y daban argumentos a los abnegados dirigentes obreros.
 La huida de la Primera Internacional a los Estados Unidos, producto de la derrota de Comuna de París en 1871 y la brutal represión posterior, al mismo tiempo el progreso del socialismo científico en Alemania en particular y en Europa en general, como el avance de las corrientes anarquistas y blanquistas, relacionados con un emigración de millones de proletarios; fueron factores que impulsaron este proceso.
 Pero la patronal de EE.UU. llevó adelante un gran escarmiento en la ciudad de Chicago deteniendo, enjuiciando y ahorcando; a los dirigentes más importantes. La clase obrera yanqui primero y la clase obrera mundial después; nunca olvido a estos mártires. La II internacional proclamo el 1 de mayo, como día internacional de los trabajadores. En la Argentina la clase obrera realiza actos de forma sistemática desde 1890. 

 El gran desarrollo económico yanqui 

Luego de la guerra civil, que transcurrió desde el 1861 a 1865, la victoria del norte industrial contra el sur latifundista-esclavista; produjo la unificación económica y política del país posibilitando un colosal desarrollo capitalista. El vapor y la electricidad sustituyeron al trabajo del hombre; el hierro sustituyó a la madera y el acero sustituyó al hierro. Los barones capitalistas, se apoderaban de los mercados, los recursos naturales y constituían grandes monopolios. El desarrollo del capitalismo yanqui, dentro de lo que fue la segunda revolución industrial que se desenvolvía en Europa y en los Estados Unidos, se dio en la rama industrial, financiera y agrícola. En este proceso de crecimiento, los norteamericanos se suman a los países capitalistas desarrollados del mundo. 
 El crecimiento económico atraía mano de obra, la invención de los grandes barcos a vapor que redujeron los tiempos de los viajes de ultramar, posibilitaron las grandes emigraciones proletarias al continente americano. Irlandeses, Italianos, Judíos de Europa del este y Alemanes; llegaban a Nueva York y se desplazaban a otras grandes ciudades como Chicago a partir del desarrollo de una extensa red ferroviaria. Mientras los inmigrantes se quedaron en las ciudades del Noreste industrial, el resto de la población hizo retroceder a los indios conquistando el Oeste, apoyados por el ejército. A fines de los años 80, una vez colonizado todo el Oeste, “dejó de funcionar la válvula de desahogo que había estorbado la formación de la clase permanente de los proletarios” según considera F. Engels, en el Apéndice a la edición americana de La condición de la clase obrera en Inglaterra. 
 Con el fin de la esclavitud en el Sur, luego la conquista del Oeste y la emigración en masa; surge una nueva clase obrera. Al principio diferenciada entre los más antiguos, inmigrantes nuevos y los negros. La crisis capitalista del 1883 y la abundancia de mano de obra producen desocupación y baja de salarios. Estos salarios de miseria para los padres de familia, promovieron que las mujeres y los niños también trabajaran por salarios menores. Las condiciones de vida de la clase obrera eran brutales, el promedio de vida solo llegaba a los 30 años. En este cuadro proliferan primero organizaciones sindicales y luego políticas de los trabajadores. Las ideas del socialismo utópico, del anarquismo y del socialismo científico; comenzaron abrirse paso. Al mismo tiempo diferentes procesos huelguísticos dieron paso a un proceso de rebelión generalizado de los explotados. 

 La rebelión de mayo de 1886 

Las pésimas condiciones de vida de los obreros produjeron un proceso de huelgas para reducir la jornada de trabajo sin afectar los salarios. La Orden de los Caballeros del Trabajo, fundada en 1868, que en 1886 agrupaba a 703.000 miembros, admitiendo en su seno tanto a los trabajadores en activo como a los que estaban desocupados, a los hombres como a las mujeres, a los blancos, asiáticos y negros, manifestando con ello un hondo internacionalismo. Era, como la caracterizó Engels, la primera organización nacional fundada por toda la clase obrera de los Estados Unidos. La Federación de los Sindicatos Organizados de Estados Unidos y Canadá; que tenía un programa clasista e internacionalista; adoptó la importante resolución en el congreso de 1884 de exigir la jornada de 8 horas, poniendo como fecha de entrada en vigor el 1º de mayo de 1886. 
 “En Chicago la nueva internacional, descendiente de la Asociación Obrera Internacional, contaba con 5 mil miembros, publicaba periódicos en cinco idiomas, organizaba manifestaciones multitudinarias y desfiles y, debido a su liderazgo en las huelgas, era una poderosa influencia en los veinticinco sindicatos que constituían el Central Labor Unión (Sindicato Central Obrero) de Chicago”-. (Howard Zinn. La otra Historia de los Estados Unidos). Paralelamente, junto a las organizaciones de tipo sindical fue desarrollándose un movimiento político independiente, En 1876 se funda el Partido Obrero Socialista de América, donde convivían posiciones marxistas, con otras reformistas de lassalleanos, que empujaban al partido hacia el oportunismo y el sectarismo, profundizando el parlamentarismo y no interviniendo en los sindicatos. Parsons y Spies, en Chicago, se escinden del PSO y forman el Partido Revolucionario, organización de anarcosindicalismo muy influenciado por el marxismo, con el objetivo de luchar por la organización de la clase obrera. Spies planteaba «nuestro programa es el Manifiesto Comunista». Este partido que revindicaba la lucha por las 8 horas, ganaba fuerza en los sindicatos de Chicago. Mientras tanto los conductores de trenes de Nueva York consiguieron la reducción de la jornada de 18 a 12 horas. Estas reivindicaciones obtenidas alentaban la lucha de conjunto.
 En marzo de 1886 la lucha por la reducción de la jornada laboral desembocó en una huelga general, el 1 de mayo, la Federación Laboral Americana, que llevaba funcionando cinco años, exhortaba a las huelgas nacionales en cualquier lugar donde se negaran a la jornada de ocho horas. En este contexto, 350.000 trabajadores de 11.562 establecimientos de todo el país fueron a la huelga. En Detroit, marcharon 11.000 trabajadores en una manifestación que duró ocho horas. En Chicago se pararon todos los ferrocarriles, se paralizaron la mayoría de las industrias y se cerraron los corrales de ganado. Participaron de este movimiento los organizados como los que no lo estaban, los “viejos norteamericanos” como los “nuevos”, los de lengua inglesa como los que solo hablaban alemán. Había estallado la primera manifestación unitaria del proletariado en los EE.UU. 
 Los hombres de negocios (el comité de ciudadanos) se reunían todos los días e hicieron intervenir a la milicia estatal junto a la policía, con el objetivo de atacar los mítines obreros y responsabilizar de los disturbios a los principales dirigentes obreros, este comité pedía que se vigile a Paterson y Spies. El 3 de mayo, frente al McCormick Harvester Works, la policía disparó a los huelguistas y simpatizantes, matando a cuatro e hirieron a muchos otros. Enfurecido, Spies imprimió una circular en inglés y alemán que reclamaba «¡Venganza! ¡¡Trabajadores, a las armas!!» Se convocó un mitín en la plaza de Haymarket para la noche del 4 de mayo. Cuando el mitín estaba por concluir aparecieron 180 policías. Los mismos se acercaron al escenario para exigir que la dispersión inmediata de la movilización, en ese momento explotó una bomba en medio de los policías, matando a siete. Después de llevar adelante una represión que tuvo un saldo de varios muertos y 200 heridos; la policía de Chicago arrestó a ocho dirigentes obreros sin tener ninguna prueba de quien había arrojado la bomba. 
 El jurado los declaró culpables y los sentenció a muerte; pero la única prueba que tenían contra ellos eran sus ideas, siete no estuvieron presentes en el mitin y el octavo restante estaba en uso de la palabra. Un año después del juicio, ahorcaron a cuatro de los dirigentes procesados: Parsons, Spies, Fischer y Engel. La ejecución de la sentencia provoco una enorme conmoción en el movimiento obrero. En Chicago asistieron 25.000 al desfile fúnebre. El resultado inmediato fue el reflujo del movimiento más radical. El efecto a largo plazo fue mantener viva la ira de los trabajadores y el ejemplo de los mártires de Chicago llevo a muchos jóvenes de esa generación a formar parte de las fuerzas revolucionarias.
 Año tras año, se celebraron en todo el país mítines en memoria de los mártires. Meses después la bronca fue encauzada con la presentación de una lista obrera de izquierda en Nueva York (los sindicatos fundaron el partido laborista independiente) que tuvo 67.000 votos. El año de 1886 es considerado como el año donde se dio un gran movimiento de clase que alcanzo hasta los negros del sur, cerca de diez mil trabajadores del azúcar hicieron huelga. Los dirigentes fueron detenidos y desaparecidos por la policía. En julio de 1889, en el Iº Congreso de la II Internacional, se anunció el 1° de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores y se llamaba a los trabajadores de todo los países del mundo a realizar movilizaciones ese día. La consigna era la jornada de ocho horas y para rendirles homenaje a los dirigentes obreros caídos en la defensa de estas reivindicaciones. A ese congreso concurrió un representante del movimiento socialista argentino en formación y en Buenos Aires se realizó en el año 1890 el primer acto del 1 de Mayo; al mismo tiempo se fundó el Partido Obrero Socialista en el 1896. 

 El 1° de mayo hoy

 Los trabajadores norteamericanos fueron consiguiendo las reivindicaciones a fuerza de lucha y organización, los caídos asesinados por la represión fueron miles. Todas las reivindicaciones que hoy tiene el movimiento obrero mundial, han sido arrancadas a los capitalistas en enormes luchas, que nos sirven como experiencia teórica y práctica. 
 Hoy en la etapa de senilidad del sistema capitalista, en su etapa de decadencia, la lucha es para que los capitalistas no descarguen su crisis sobre las espaldas de los trabajadores, para que no nos hagan retroceder en nuestras condiciones de vida. Hoy la miseria crece en nuestro país y en el mundo, los salarios están por debajo de las necesidades de las familias obreras, la crisis capitalista junto a la crisis sanitaria de la pandemia plantean una tormenta perfecta contra la economía capitalista mundial.
 En la Argentina, el gobierno de Alberto Fernández está imponiendo un ajuste en regla, pavimentando el terreno para un acuerdo con el fondo, pagando una deuda impagable y mirando para otro lado mientras se extiende la pandemia de forma acelerada. Este 1 de mayo los trabajadores tenemos que volver a intervenir, concurriendo de forma virtual al acto del FIT, reivindicando a nuestros mártires y llevando su lucha a la victoria. Por un salario mínimo de 65.000 pesos, por un subsidio al parado de 40000, por el no pago de la deuda, fuera el fondo y por un gobierno de trabajadores en Argentina y en todo el mundo.
 Ayer y hoy; viva el 1° de Mayo y todas las luchas obreras. 

 Leo Furman

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