jueves, 14 de febrero de 2019

La marcha cayetana

Este mediodía, Barrios de Pie, CTEP, CCC, CTA, FPDS, FOL, entre otras organizaciones, coparon la avenida 9 de Julio, en el centro porteño. Según los organizadores, reunieron doscientas mil personas y un millón en todo el país. Si bien parece una cifra exagerada, lo cierto es que en la Ciudad de Buenos Aires se manifestó una multitud considerable.
La consigna que encabezó la marcha fue “tierra, techo y trabajo, contra el hambre y los tarifazos”. Las columnas de los “movimientos sociales” se dirigieron hasta el Ministerio de Desarrollo Social en reclamo de una “paritaria social”, y evitaron llegar a Plaza de Mayo – es decir, el centro del poder político nacional. Ayer, la ministra Carolina Stanley, reconoció que los índices de pobreza del segundo semestre de 2018 serían aún peores que los del primero (es decir, más altos que el 27,8% que el Indec publicó en septiembre), no obstante lo cual volvió a atacar a las movilizaciones de las organizaciones sociales.
La magnitud de la movilización reflejó las profundas carencias que está sufriendo el pueblo, especialmente los sectores más precarizados y sumergidos de la clase obrera. Los dirigentes que encabezaron la marcha resaltaron la “necesidad de estar en calles” y describieron la profundidad del ajuste y la situación crítica que sufren los trabajadores más pobres.
Sin embargo, ¿cuál es el horizonte político que proponen estas organizaciones? Una orientación que apuesta a un relevo pejotista del gobierno de Cambiemos.
El dirigente de la CTEP, Juan Grabois, explicitó días atrás que apela a una alianza peronista que “sólo excluya a Macri”. Destacó al apellido presidencial para subrayar que no excluye siquiera a Rodríguez Larreta y Vidal. Grabois se sirvió de la ironía para dejar en claro que ansía un acuerdo con Massa, Urtubey y Pichetto. Es decir, de quienes articularon en el Congreso todos los acuerdos que le permitieron al gobierno sancionar un centenar de leyes que marcaron el rumbo económico actual.
Esta perspectiva es un callejón sin salida para los trabajadores que se movilizaron hoy. Con los Pichetto, que proponen una política xenófoba y de criminalización de los inmigrantes; con los Urtubey, que rinde examen ante el FMI para mostrar su condición de “presidenciable”. Con el PJ que le votó el Presupuesto 2019 al gobierno y cuyos gobernadores aplican el ajuste en sus provincias. Un relevo del gobierno de Macri a manos del pejota-kirchnerismo implica, en primer lugar, sostener los acuerdos con el FMI, como se ha ocupado de dejar en claro Axel Kicillof, lo cual no deparará para los trabajadores sino más ajuste, más recesión, más desempleo, pobreza e indigencia.
En esa misma perspectiva trabajan la CCC y Barrios de Pie, que pretenden acoplarse a un frente con el PJ. En una entrevista realizada en el diario Perfil; Victoria Donda señaló que su principal aliado es Felipe Solá, responsable político de la masacre del Puente Pueyrredón. En declaraciones a Clarín (10/2), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) definió a Solá como un candidato “aglutinador” y se pronunció por la candidatura del ex ministro de Daniel Scioli y ex massista Daniel Arroyo para disputar la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Por su parte, Juan Carlos Alderete (CCC) agregó que "coincidimos en muchas cosas con Solá, Arroyo y Navarro; pero pueden aparecer otros candidatos; queremos la unidad por sobre todas las cosas".
Por último, es conocido el vínculo de este tridente de organizaciones con el Vaticano, pilar de la “contención” de la catástrofe social que está produciendo el ajuste. En perspectiva, esto significará, en el mejor de los casos, complementar el ajuste con asistencialismo, perpetuando la miseria generalizada entre los trabajadores. Los organizadores dieron muestras de esto cuando le habían asegurado al gobierno el “diciembre más tranquilo en años”, desactivando toda movilización. Desde el punto de vista reivindicativo, reclamaron por un paquete de leyes asistenciales que no tocan dos cuestiones fundamentales: el aumento del monto de los planes sociales – que llevan perdidos 20 puntos frente a la inflación – y la apertura de los programas a todos los desocupados.
Grabois y compañía quieren llevar a los trabajadores más precarizados como cobertura popular de un armado político completamente contrapuesto a sus intereses. La CTA de Cachorro Godoy se sumó en soledad a la movilización, colocada en esta perspectiva. Los trabajadores y trabajadoras no tenemos que guardar los pañuelos verdes ni tragarnos el sapo de una supuesta “unidad antimacrista” con los socios del ajuste oficial. Es necesario que construyamos una salida de los trabajadores a la crisis.
En esa línea de lucha e independencia política se movilizará este jueves el sindicalismo combativo a Plaza de Mayo.

Rocío Zavaleta

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