miércoles, 13 de febrero de 2019
“El Mossad”, una radiografía de los crímenes del sionismo
La miniserie que emite Netflix muestra –en la voz de agentes y directores– asesinatos, atentados y masacres organizados por el Estado de Israel y sus servicios.
“Fue una buena decisión”, dice a cámara Rafi Eitan, director de operaciones del Mossad entre 1951 y 1981 (y que participó de la operación de captura de Eichmann en Buenos Aires), en referencia al reclutamiento del criminal de guerra nazi Otto Skorzeny por parte de los servicios de inteligencia de Israel. “Fue una buena decisión, Skorzeny se puso en contacto con científicos alemanes nazis en Egipto”, justifica Eitan. Lo que no dice es que Skorzeny era un oficial de la SS que tenía contacto directo con Hitler y que dirigía los grupos comando del ejército alemán que actuaban sanguinariamente fuera de las fronteras germanas. De este modo, el Estado de Israel integraba como colaborador a un criminal del régimen hitleriano que había asesinado a millones de judíos en la Shoá. Se sabe que para cometer crímenes, como los que comete el Estado de Israel y sus servicios de inteligencia, es necesario suspender el ejercicio de la moral.
Netflix alojó en su plataforma el documental El Mossad, una miniserie documental que confirma el carácter terrorista del Estado israelí en cuatro capítulos. Un desfile de directores, ex directores y agentes de todo tipo da cuenta de los delitos internacionales clandestinos cometidos en diversos países en nombre del Estado de Israel. La producción muestra cómo el sionismo realiza operaciones desestabilizadoras en varias naciones de Medio Oriente que convengan a los intereses de un Estado fundado en 1948 sobre la base de la expulsión de los palestinos de sus territorios y la opresión de ese pueblo, que continúa. Una de las operaciones que se narra es la del apoyo militar que los israelíes, a través del Mossad, brindaron a los cristianos falangistas en Libano que cometieron en conjunto la ignominiosa masacre de Sabra y Chatila en 1982, en la que los falangistas (fascistas) incursionaron con el apoyo logístico israelí en un campo de refugiados palestino y violaron, mutilaron y asesinaron a, por lo menos, 2.400 refugiados palestinos, hombres, mujeres y niños. Durante la noche, los israelíes habían iluminado el campo con bengalas para que la masacre continuara con mejor iluminación para los asesinos.
Los agentes del Mossad cuentan sin tapujos los métodos que usan para realizar los “asesinatos selectivos”, delitos de carácter internacional, mediante balas o bombas; cómo reclutan agentes tanto en Israel como en el extranjero para tareas criminales; cómo la agencia de servicios de inteligencia opera con los representantes políticos del Estado de Israel y cómo se convierte de ese modo en el sistema nervioso de una nación que se erige sobre la opresión nacional y los métodos terroristas.
El documental está muy bien realizado con imágenes de archivo que acompañan las narraciones de los servicios del Mossad. La producción muestra, aunque no sea su intención, el carácter delictivo de esa organización y del Estado que la sostiene.
Antonia Torrebruna
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