sábado, 31 de marzo de 2012
Chaco: polémica por relaciones Capitanich-Comando Sur de EE. UU.
El gobernador chaqueño recibió a enviados del Comando Sur norteamericano. La noticia fue que pondrán en funciones un centro de asistencia por catástrofes y enfermedades. Allí detonó la polémica.
Ya 2008 había habido acercamientos entre el mandatario chaqueño y la embajada norteamericana, para emprendimientos conjuntos. El justificativo de esa asociación fue la detección temprana de sequías e inundaciones y la coordinación informativa contra enfermedades.
No hace falta ser un lince para darse cuenta que la política pro-estadounidense de Jorge Capitanich estaba metiendo la cola. Si se tratara de una cuestión informática o sanitaria, el Comando Sur del Ejército norteamericano no era la entidad adecuada. Se trata del brazo armado del Pentágono en el subcontinente, que opera básicamente con tropas terrestres, pero también con elementos aéreos y marítimos.
Su jefe desde 2009 es el general de aire Donald Fraser, que en diciembre de ese año visitó a la ministra de Defensa Nilda Garré. Fraser llegó hasta el edificio Libertador en compañía de la embajadora estadounidense Vilma S. Martínez.
En junio de ese año, el Comando Sur y el Pentágono, por más que adujeran completa inocencia, habían impulsado el golpe de Estado en Honduras contra el presidente constitucional Manuel Zelaya. Los jefes militares del putsh eran todos cursillistas del Comando Sur, especialistas en contra-insurgencia y golpes de Estado, como el general Romeo Vázquez.
Ese Comando con sede en Florida montó las siete bases militares propias en Colombia, que tanto escándalo provocó en Sudamérica. Fue uno de los motivos de alejamiento de los gobiernos respecto a Washington y su confluencia posterior en la Unasur.
Ese Comando también coordina sus movimientos con la IV Flota reactivada por EE.UU. para navegar alrededor de América Latina y el Caribe. Su lanzamiento no fue ajeno a la preocupación que provocó en la Casa Blanca cierta radicalidad política que creyó ver en el Mercosur, Unasur y ALBA. Luego de zarpada la IV Flota, para mayor dolor de cabeza de la administración Obama, vio la luz la Celac, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Ese es el marco político y castrense donde cabe analizar la iniciativa de Capitanich. El sabe de lo que se trata y lo mejor habría sido que no avanzara en su convenio con la embajada norteamericana. No solamente lo hizo sino que recibió en su despacho a mandos del Comando Sur, el 18 de marzo pasado, cuando anunció que se pondría en funciones el primer "Centro de Emergencias", en el predio del aeropuerto de Resistencia, capital de Chaco.
Ante la información oficial de la prensa del gobierno de Chaco, con la ilustración de fotos de aquella reunión de Capitanich y enviados del Comando Sur, era obvio que los sectores democráticos y progresistas de la provincia y el país iban a protestar.
Información oficial.
En el portal de la gobernación chaqueña se colgó la información de esa reunión: http://portal1.chaco.gov.ar/noticia/15156/la-construccion-del-centro-de-emergencias-donado-por-estados-unidos-cerca-de-finalizarse.
Allí se informaba a la comunidad que "el gobernador Jorge Capitanich se reunió este viernes (18/3) con representantes del Comando Sur de Estados Unidos con quienes organizó la inauguración de Centro de Emergencias que se construye en el predio del aeropuerto de Resistencia. El inmueble y sus equipamientos serán donados por el país norteamericano a la provincia como parte del programa de Asistencia Humanitaria del cuerpo con el objetivo de brindar una herramienta para estar operar ante cualquier catástrofe".
Continuaba el reporte oficial: "en la reunión, realizada en el salón de Acuerdo de Casa de Gobierno, estuvieron presentes el comandante Edwin Passmore; la formadora de emergencia de la embajada de Estados Unidos, Silvia Maurizio y el representante de la Agencia de Inversión, Comercio Exterior y Relaciones Internacionales del Chaco, Marcos Sotelo".
Esta parte del comunicado confirmaba fehacientemente la reunión, el sentido de la misma relativo al "Centro de Emergencias" y la lista de asistentes. La persona identificada como "comandante Edwin Passmore" no fue un asistente pasivo, pues la gacetilla gubernamental lo citó en estos términos: "Passmore detalló que la construcción había sido acordada hace dos años entre Capitanich y el embajador Earl Anthony Wayne. Permitirá que las diferentes áreas de gobierno hablen un mismo idioma operativo a la hora de prevenir, mitigar y superar desastres naturales. Aseguró que el programa, exclusivamente civil, es financiado por el Comando Sur de los Estados Unidos".
De este modo prácticamente el comandante norteamericano fue el vocero del evento. Y ese rol agradó tanto al gobierno chaqueño que su gacetilla dedicó buena parte de su contenido a reproducir sus declaraciones, más que las del mismo jefe de gobierno provincial.
También es importante recalcar la génesis del polémico emprendimiento provincial. El embajador Wayne, que lo acordó en 2010, terminó su mandato como diplomático en Argentina y desde aquí el Departamento de Estado lo envió como representante a Afganistán, un país ocupado y agredido desde 2001, para recalar posteriormente en México, en 2011. Bien podría ser etiquetado como uno de esos polifuncionales que son al mismo tiempo embajador-general-espía. Un todo terreno. El 28 de mayo de 2011, el diario mexicano La Jornada alertaba sobre su designación en México y decía: "Anthony Wayne es considerado un diplomático especializado en terrorismo".
¿Sólo vacunas?
Este personaje es el que pactó con Capitanich la instalación del "Centro de Emergencias". ¿Habrá sido mera casualidad que la oficina se montara cerca de la Triple Frontera, la zona argentino-uruguaya-paraguaya que más interesa controlar al Pentágono? En esa Triple Frontera, hace años que el Comando Sur logró instalar -del lado paraguayo- una base militar, en Mariscal Estigarribia, con centenares de marines.
Es el lugar donde -desde el punto de vista yanqui- se alude al supuesto tráfico de grupos proiraníes y "terroristas", que dormirían células de ese origen violento para despertarlas en el momento oportuno. Nunca EE.UU. pudo dar una prueba concreta de esas "actividades ilegales"; más bien la amenaza a la paz regional proviene de esos marines suyos en Paraguay.
Desde el ángulo antiimperialista y de defensa de la paz mundial, en cambio, se alerta contra esa presencia militar en la zona del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.
Ayer lunes, el mandatario chaqueño defendió su iniciativa y sostuvo que no había tal base del Comando Sur. "Nosotros hemos tenido la donación de una central de emergencias provista por la Embajada de Estados Unidos, que ni siquiera es un convenio. Es una donación que la provincia la puede recepcionar claramente por gestiones y directivas emanadas de la Cancillería Argentina; no hay nada que sea una base militar del Comando Sur", manifestó Capitanich.
Reforzando esa desmentida, un comunicado de la secretaría de prensa del gobierno chaqueño planteó que "la construcción de edificio se realizó como resultado de las relaciones de cooperación entre el gobierno del Chaco y la embajada de EE.UU. El país norteamericano ofreció a la provincia sus servicios para el diseño, ingeniería, contratación, supervisión y administración del centro".
Estos son los hechos objetivos: a fines de marzo el gobierno de Chaco inaugurará una oficina dedicada a monitorear datos climáticos y ambientales, que coordinará campañas supuestamente sanitarias. Toda la infraestructura la donó Washington. El trámite lo hizo un diplomático especialista en antiterrorismo (léase terrorismo norteamericano). Se van a ocupar presuntamente de inundaciones y sequías, de enfermedades como dengue. La inteligencia norteamericana, que formará a los especialistas chaqueños, tendrá toda la data. ¿Todo ese caudal de información, será neutro? No. El Comando Sur tendrá en sus manos en tiempo real lo que ingrese como información al "Centro Asistencial" y su uso pacífico nadie puede garantizarlo, ni desde Resistencia ni desde Buenos Aires.
Se podría aceptar que en el aeropuerto de Chaco no habrá hoy base militar del Comando Sur. Habrá sí una central de informaciones montada por esa entidad militar y que será útil a ésta, cuya razón de ser en toda la región es la guerra y no la paz.
Capitanich, funcional al general Fraser, quiere hacer creer a los argentinos que el Comando norteamericano tiene fines sanitarios. Para eso nuestro país tiene el Ministerio de Salud y la Cruz Roja. ¿Se olvidó que el general Bussi, ponía centros de vacunación y sacamuelas en Tucumán, como parte del "Operativo Independencia" y la posterior dictadura? Con esa propaganda encubría los crímenes, torturas y represión ilegal de sus tropas. Había aprendido ese ardid de sus jefes norteamericanos en Vietnam, donde hubo un genocidio mayor con más de 2 millones de vietnamitas muertos.
Emilio Marín / La Arena
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