domingo, 4 de diciembre de 2011

Nuestro inolvidable camarada Alfonso Cano y las FARC-EP


“SI me muero, que me muera
Con la cabeza muy alta
Muerto y veinte veces muerto
La boca contra la grama
Tendré apretados los dientes
Y decidida la barba
Cantando espero la muerte
Que hay ruiseñores que cantan
Encima de los fusiles
Y en medio de la batalla”

Miguel Hernández

Nuevamente una noticia luctuosa nos asalta. Esta vez nos habla del abatimiento de nuestro querido camarada ALFONSO CANO, jefe máximo de las FARC-EP, junto al de otr@s camaradas de su guardia personal.
De nuevo obraron los pusilánimes bombardeos, el uso desproporcionado, impersonal y desigual de la fuerza.
A nosotras llega la mala nueva a través de los barrotes que nos contienen, haciendo más insoportable el yugo. Pero convertimos la impotencia en resistencia. Como quisiéramos estar en estos momentos entre nuestros camaradas en nuestra inmensa casa verde y Fariana…
Entendemos que estos son los imponderables de la guerra cruenta, a la que nos ha arrojado desde hace mas de 40 años, una clase política oprobiosa, sempiterna en el poder.
Si, la pérdida de nuestro camarada ALFONSO CANO y la de l@sotr@s camaradas caídos a su lado nos duele profundamente. Llovemos por dentro y por fuera, los lloramos “como un río”, pero esas nuestras lágrimas, que negamos a nuestros adversarios y carceleros, son ofrenda sentida que vertemos sobre los nuestros a quienes amamos y reconocemos.
Contrario a lo que sentencian el gobierno Santos y sus camarillas como destino final para las FARC-EP: la rendición o la cárcel o la muerte, sepan que l@sguerriller@sfarian@s hacemos rebeldía del dolor.
Tenemos la certeza de que la ausencia de nuestr@s camaradas es solo física. Ell@s ya han ganado un lugar en el podio de los imprescindibles, de los “muertos que nunca mueren”. Ahí está indeleble su ejemplo, su lucha, su vida de REVOLUCIONARIOS señalándonos el camino hacia la Nueva Colombia.
Sí, la cárcel o la muerte es una estación, no deseada, pero prevista en la marcha de un revolucionario. Nadie dijo que sería fácil. Sabemos que el amor inmenso a la causa de nuestro pueblo liberado exige de nosotr@s grandes sacrificios, renuncias y entrega. Sabemos que en ese camino es factible perder la libertad o la vida. Lo sabemos bien y lo asumimos con convicción.
A nuestros camaradas de las FARC-EP en las selvas y montañas de Colombia les decimos que sentimos con ellos la pérdida. A nuestros camaradas del Secretariado que seguiremos con fidelidad a quien ellos designen como nuestro nuevo comandante máximo. Ratificamos que nuestra lealtad esta con nuestro pueblo y con las FARC-EP.
Tengan la certeza que continuaremos haciendo de la cárcel una trinchera de temple y de lucha. Que no sucumbiremos a las deshonrosas desmovilizaciones. Que no nos dejaremos seducir por los planes de traición de “Justicia y paz” del gobierno. Que seguiremos con nuestra frente y compromiso en alto.
Se equivocan quienes sueñan con nuestra claudicación. Con las mismas palabras de nuestro camarada ALFONSO CANO les reiteramos que “hoy estamos, mañana no estamos, pero otras generaciones tomaran nuestras posiciones… en el fondo de cada uno de nosotros, independientemente de la situación de guerra en que vivimos, está la decisión de contribuirle a Colombia”. Nuestra apuesta es por nuestro pueblo, por la Paz y la Justicia Social en la Patria Grande de Bolívar.

Prisioneras políticas y de guerra de las FARC-EP

Noviembre de 2011

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