jueves, 11 de noviembre de 2010
No nos olvidemos de Roberto Martino y Karina Germano
Hubo un tiempo queridos compañeros/as, me refiero a aquellos heroicos años de lucha contra las dictaduras, en que frente a las continuas detenciones de militantes populares, desde el peronismo revolucionario reivindicábamos una consigna que definía el compromiso con los que pagaban sus ansias de libertad detrás de las rejas: "Ellos están presos por nosotros, ¿nosotros qué hacemos por ellos?. Y lo hacíamos para exigirnos un mayor compromiso de solidaridad, y no olvidarse de los que habían ido a parar a la cárcel precisamente por estar en la primera línea de la rebeldía contra nuestros enemigos.
Ahora, es evidente que los tiempos han cambiado, soplan vientos distintos en el continente y muchos de quienes sufrieron cárcel, tortura, exilio, persecuciones, hoy ocupan espacios de gobierno aquí y en América Latina,incluso varios de ellos/as han llegado a la Presidencia. Sin embargo, queridos compañeros, todavía hay hermanos luchadores en prisión por no dejar que la injusticia les pase por un costado y comprometerse hasta las últimas consecuencias con la liberación de los pueblos.
Quiero referirme a dos de ellos precisamente. Estoy seguro que nadie podrá desconocer de que se trata de dos militantes consecuentes con sus ideas de libertad y justicia. Hablo de Roberto Martino (dirigente del Movimiento Teresa Rodríguez) y Karina Germano López (La Galle), hija de un detenido-desaparecido.
Martino está preso desde hace más de seis meses en la Cárcel de Marcos Paz, acusado de haber cometido "el delito" de manifestarse solidariamente con el pueblo palestino en ocasión de los bárbaros y criminales bombardeos encarados por el ejército sionista contra la población de Gaza. En esa ocasión, miles de argentinos marchamos una y otra vez hacia la Embajada de Israel para repudiar a los genocidas, y esto, claro está, provocó la ira del embajador local, de la DAIA y la AMIA, quienes prestaron testimonio para que se persiga y encarcele a Martino, cosa que finalmente lograron después de criminalizarlo mediáticamente. A Martino, todos lo conocemos, lo hemos visto una y otra vez marchando junto a los más humildes de este país en los años del levantamiento popular en los 90, también estuvo en las calles hechas barricadas en aquellos días de diciembre del 2001 cuando la dignidad de nuestro pueblo no se dejó doblegar por las balas de la represión. Si hay algo que caracteriza a este hombre que hoy está en prisión y acaba de comenzar una huelga de hambre para reclamar por sus derechos, es que nunca le ha dado la espalda a los que sufren y ha sido digno heredero de las luchas antidictatoriales de los 60-70, en las cuales también actuó como protagonista.
Si Martino está en la cárcel es precisamente por ser un internacionalista solidario, un hombre que frente a lo que le ocurre a otros pueblos por más alejados geográficamente que se encuentren, no duda un instante en manifestarse solidariamente -en este caso con Palestina ocupada- y por ello es necesario que no lo olvidemos.
Por otra parte, también quiero recordarles que por las mismas razones, de compromiso internacionalista, se halla detenida en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza, Karina Germano López (La Galle), hija de un militante montonero que fue secuestrado y desaparecido. Karina estuvo exiliada en Suecia y España, regresó al país en 1998 y siguiendo el ejemplo de padre, se convirtió en activista por los Derechos Humanos (miembro fundadora de H.I.J.O.S. Zona Norte). Luego, fue detenida en Brasil en febrero de 2002, bajo falsas acusaciones de participar en un secuestro. A partir de esos días su vida se convirtió en un infierno, ya que fue enviada a la siniestra cárcel de Carandirú, hasta que en noviembre de 2006, en virtud de un acuerdo entre el gobierno argentino y el de Brasil, fue trasladada a Buenos Aires, con la idea de que pronto iba a recuperar la libertad. Sin embargo, eso no ocurrió, debido a las malditas artimañas judiciales, y ahora sufre una condena añadida de varios años de cárcel.
Roberto Martino y Karina Germano representan entonces dos flagrantes hitos de una decisión judicial injusta -no son los únicos- que entre todos y todas debemos tratar de remover. No alcanza solamente con manifestaciones verbales de repudio, sino que debemos redoblar el accionar para que ambos compañeros recuperen la libertad. No valen tampoco los argumentos de que "no son gente de nuestro espacio" o de "nuestra agrupación", ya que quienes los han enviado a prisión son los mismos que históricamente han criminalizado nuestra lucha por la liberación nacional y social: una policía represora y una "Justicia" manipulada por los poderosos. Se podrá o no coincidir con lo que piensan políticamente estos dos compañeros, pero esa no es, de ninguna manera, una razón para que no les expresemos nuestra solidaridad y luchemos para que Roberto y Karina dejen de sufrir en sus respectivos cuerpos el castigo de quienes a ellos y nosotros nos siguen teniendo como sus enemigos por el simple hecho de plantar cara a los atropellos contra nuestro pueblo.
Carlos Aznárez
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