El Fondo Monetario Internacional presentó un informe donde desplegó una serie de medidas severas para que el gobierno argentino lleve adelante. Entre ellas se encuentra una devaluación de un 25% del dólar oficial, limitaciones a la moratoria del régimen de pensiones y jubilaciones que se aprobó recientemente en el Congreso y una resolución inmediata para avanzar en el aumento de tarifas. Un escándalo que muestra el sometimiento del gobierno a los intereses capital financiero y el imperialismo, el cual exige redoblar el ajuste.
El oficialismo se comprometió a elaborar para junio un calendario con las “condiciones básicas” para avanzar con la liberación del mercado cambiario, lo que vaticina una depreciación brusca del peso. En paralelo el gobierno anunciará nuevos beneficios cambiarios para el agro como anzuelo para que el sector liquide divisas, lo que va a recrudecer la inflación en alimentos, pan, frutas y hasta en carnes por el encarecimiento de la comida del ganado. Está claro que las exigencias del capital financiero la seguirán pagando solamente los trabajadores de su bolsillo, no los capitalistas, mucho menos aquellos que detentan el control del comercio exterior y extorsionan al Estado a gusto y piaccere.
En tanto, el organismo aceptó flexibilizar la meta trimestral de reservas netas: para fin de marzo, el stock exigido bajó en U$ 3.500 millones. Esto constituye una manifestación de la inviabilidad de cumplir con el programa, pero se mantienen inamovibles las metas anuales. Es el caso, por ejemplo, de la meta de déficit primario de 1,9% del PBI para este año, la cual se mantuvo a pesar incluso de las pérdidas de recaudación generadas por los menores ingresos de retenciones y de que sea este un año electoral, donde se prevé una mayor erogación fiscal.
Gita Gopinath, la subdirectora Gerente del FMI, sostuvo puntualmente que el costo fiscal de la nueva moratoria previsional deberá “mitigarse” permitiendo la entrada “solo a aquellos con mayor necesidad”, es decir que los 800 mil trabajadores (de 1.200.000 trabajadores que no pueden jubilarse) que podrían jubilarse solo mediante una miserable moratoria probablemente tampoco puedan acceder a ella.
Con respecto a los planes sociales, el organismo exigió más recortes en la asistencia en medio de una acuciante crisis social y de un crecimiento constante de la pobreza. También estableció que 400 mil beneficiarios del Potenciar Trabajo sean incorporados al mercado laboral, la confesión de que serían utilizados como mano de obra precarizada.
En cuanto a los niveles de inflación, la proyección anual es subestimada por el FMI, el cual la ubica en un 80%, pero el organismo reconoce que las expectativas se mantienen en un 100%, ambos números por encima del 60% que proyectó el gobierno en el Presupuesto 2023. Esto da cuenta que están utilizando la inflación para licuar gastos fiscales y así cumplir con la meta de déficit fiscal que impone el acuerdo. Sobre este punto, el Fondo advirtió que deberán garantizarse mayores ingresos fiscales, lo que podría traducirse en una mayor carga impositiva que los capitalistas buscarán trasladarle a los trabajadores. En lo que respecta al cronograma de aumentos de tarifas, se mantendrán los que siguen para los próximos meses.
Queda claro que el capital financiero internacional maneja los hilos del gobierno, perpetuando el saqueo de los recursos nacionales y el carácter colonial del país. Los políticos capitalistas son incapaces de sacárselo de encima y son los trabajadores los continúan pagando esta confiscación con un sinfin de penurias.
Hay que echarlos a todos, desconocer la deuda usuraria y romper con el FMI para poner la economía del país al servicio de las necesidades populares, una tarea que solo puede llevar adelante una clase social, la clase obrera.
Camila García
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