El país se vio sacudido el jueves por la noche ante el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Al momento de escribirse estas líneas, aún se investigaba si el atacante, Fernando Andrés Sabag Montiel, actuó en soledad o como parte de un plan. Lo que sí se sabe es que el agresor tenía tatuados símbolos que usan los grupos neonazis y había tenido intervenciones en canales de televisión donde expresó su rechazo por el movimiento piquetero.
En una declaración de repudio al atentado, el Comité Ejecutivo del PO advertía el viernes que “en la Argentina existen grupos fascistas que actúan de manera abierta con el aval de las fuerzas de seguridad y el aparato del Estado”. Y llamaba la atención sobre la falta de una condena del ataque por parte de Patricia Bullrich y Javier Milei, entre otras figuras de la derecha.
El sábado se llevó a cabo una sesión especial en el Congreso convocada por el bloque del Frente de Todos. El oficialismo presentó un proyecto de repudio al atentado, pero que añade un llamado a la dirigencia política y a la población “a buscar todos los caminos que conduzcan a la paz social”. Esta definición fue cuestionada en el recinto por Romina Del Plá, diputada del Frente de Izquierda – Unidad. El FIT-U se abstuvo y presentó un proyecto propio de rechazo a la agresión contra la vice.
El planteo de una “paz social” maniata a los trabajadores en la lucha por sus derechos, en momentos de un agravamiento de la situación social, y cuando el gobierno aplica una política de ajuste por cuenta del FMI. Vale señalar la gira que esta semana emprenderá por los Estados Unidos el ministro Sergio Massa. Para llegar con una buena carta de presentación ante los funcionarios del Fondo, Massa podó recursos en educación, salud y otros sectores por alrededor de 200 mil millones de pesos. Previamente, se había filtrado una hoja de ruta elaborada por el viceministro, Gabriel Rubinstein, que plantea una devaluación y un aumento de tarifas aún mayor.
El Partido Obrero rechaza enérgicamente el ataque a la vice, pero no apoya políticamente al gobierno ajustador del Frente de Todos.
Si bien el atentado pasó a ocupar excluyentemente la escena política, y antes en cierto modo lo mismo había ocurrido tras el pedido de condena del fiscal Diego Luciani contra CFK en la causa Vialidad, en la semana pasaron otras cosas importantes.
El ajuste en el área de discapacidad ha desatado una de las grandes luchas del momento, con un gran acampe de los prestadores en Plaza de Mayo. El sindicato del neumático (Sutna) lleva más de cuatro meses de una aguerrida lucha en defensa del salario y por el pago al 200% de las horas del fin de semana. El último paso de este conflicto fueron los paros y bloqueos en las tres fábricas (Fate, Pirelli, Bridgestone).
La CGT, en cambio, sigue de espaldas a los reclamos de los trabajadores, pese a que la inflación (que rondaría el 6% en agosto) está pulverizando los salarios. Apenas interviene para respaldar al gobierno.
La tarea es impulsar las reivindicaciones de los trabajadores y su organización política independiente de los distintos bloques políticos patronales.
Buen domingo.
Gustavo Montenegro
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