Pre-coloquio empresario de IDEA en Neuquén
La flamante fórmula Macri – Pichetto hizo su debut el 12 de junio en el Pre Coloquio de IDEA, realizado en Neuquén y con eje en el debate sobre la explotación de Vaca Muerta. Allí, lograron un aval de ejecutivos de 60 empresas de las más grandes que operan en el país, en línea con la disparada con que la bolsa saludó el anuncio del martes pasado.
Con la elección de Pichetto como vicepresidente peronista (luego de otras propuestas que no fueron correspondidas), Macri muestra una apertura del esquema de gobierno, con la que pretende recuperar un terreno sobre el cual parecía avanzar el último tiempo la fórmula Fernández – Fernández, a saber: la seducción de los gobernadores del PJ y de la clase capitalista.
Además de Omar Gutiérrez, gobernador neuquino del MPN, también estuvo presente el rionegrino Alberto Weretilneck, otro peronista al que Macri-Pichetto pretenden seducir. Pichetto ha comenzado, sin perder tiempo, su tarea de sumar adeptos entre los gobernadores (del otro lado, el kirchnerismo también corteja al MPN con el llamado a construir un “frente patriótico”).
Macri, de hecho, dedicó su exposición a copiar parte del libreto con el que hiciera campaña el MPN, asegurando que la continuidad de los negocios en Vaca Muerta está condicionada a la reelección de su gobierno. Ofrendó, a su vez, un discurso de guerra contra los trabajadores, prometiendo a los empresarios presentes que serán “mejores en lo hecho hasta el presente”, en clara alusión a un mandato marcado por la devaluación monetaria, la libertad para fugar capitales, reducción impositiva, tarifazos, adenda flexibilizadora del convenio laboral de los petroleros, blindaje de los negocios de las multinacionales, y la lista podría seguir. Para ser más explícito, planteó que “estamos en un mercado muy competitivo. Si queremos transformar nuestro país en un gran exportador de gas tenemos que seguir trabajando juntos para seguir bajando costos”. Esto, cuando en la provincia de Neuquén perdieron la vida 8 petroleros en los últimos 16 meses, es un llamado profundizar un régimen de la muerte.
Ante la pregunta de por qué había elegido a Pichetto como vice, el presidente afirmó que es alguien “que piensa primero en la gobernabilidad que en su persona o su partido” y que “durante estos tres años y medio apoyó transformaciones complejas”, en alusión al robo a los jubilados, el pacto buitre o la modificación de la ley de ART. Confirma lo que ya caracterizamos, que en caso de presidir el Senado será el operador para aprobar la reforma laboral y previsional que exigen a coro el FMI y toda la burguesía.
Si bien los representantes de los grupos capitalistas presentes mostraron un respaldo a la flamante fórmula, no se privaron de repetir que el requisito para mantener inversiones es trazar “políticas de Estado, que no cambien con cada gobierno”, dirigiendo un mensaje a los Fernández en caso que resulten vencedores en los comicios. A la clase capitalista la mueve finalmente su bolsillo, y eso lo sabe la propia Cristina Kirchner, que dedicó un espacio de la presentación de su libro a criticar que “algunos se preguntan qué haríamos con Vaca Muerta si ganáramos las elecciones. Ridículo, ya lo hicimos, la recuperamos, convocamos a inversores internacionales y celebramos importantes convenios con ellos”. Se refiere al pacto con Chevron y la reprivatización de YPF.
El kirchnerismo, recordemos, emprendió una política de entrega basada en subsidios multimillonarios a petroleras y gasíferas. El macrismo continuó con ella, lo que arroja la factura de casi 9 mil millones de dólares en los últimos seis años. No obstante todo esto, el país sigue teniendo dificultades para abastecerse de gas en invierno.
A pesar del espaldarazo que Macri recibió del imperialismo en boca de Trump y Bolsonaro, la economía argentina sigue en la cuerda floja. La euforia de los mercados por la nueva fórmula se agotó en 24 horas y los datos de la inflación en mayo confirman un ritmo anual solo comparable a los de la salida de la hiperinflación, en 1992. Como dato de color, tenemos que Tenaris (Techint), una de las principales empresas del país, decidió retirarse de la bolsa local, un síntoma de desconfianza.
La reconquista de una clase capitalista desencantada con el gobierno deberá atravesar las turbulencias de un régimen en ruinas, y en camino a la quiebra. La promesa de profundizar la ofensiva contra los trabajadores, que ofrendan los Macri-Pichetto y los Fernández-Fernández, deberá pasar además por la prueba de la lucha de clases. Para ello nos preparamos, luchando por ofrecer un canal de independencia política a la vanguardia obrera.
Iván Hirsch
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