Se rompió Cambiemos en Córdoba. La decisión de la lista impulsada por Peña y Macri – encabezada por Mario Negri (UCR), Héctor Baldassi (Pro) y Luis Juez (Frente Cívico) – de impugnar la interna a la cual había acordado y para la cual se había presentado, terminó dinamitando no sólo a la alianza sino también a los partidos que la integran.
La UCR está a la cabeza de las dos listas en pugna: Negri es el presidente del interbloque de Cambiemos en Diputados y su contrincante, Ramón Mestre, es el presidente del partido y actual intendente de la ciudad capital. Por su parte, el PRO cordobés decidió rechazar la impugnación a la interna que presentaron Juez y Negri. Nicolás Massot, un aliado del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, la reivindicó contra todas las indicaciones de Peña, Frigerio y Macri, dejando de hecho a Baldassi – elegido por Macri para encabezar en 2013 y 2017 la lista de diputados – fuera del partido.
Mestre aseguró que seguirá adelante con la interna, mientras Negri plantea llegar a un acuerdo, pero ninguno de los dos baja su candidatura. Independientemente de lo que suceda en estos días previos al cierre de alianzas que tendrá lugar el 13 de marzo, lo que es seguro es que Cambiemos yo no puede aspirar a derrotar a Schiaretti y desplazar al peronismo del gobierno; no hay acuerdo que reponga lo que se quebró. Es uno u otro, y lo más importante que uno de ellos es el propio Macri que se jugó por imponer a Negri.
Una crisis nacional
La quiebra de Cambiemos en Córdoba no es un episodio provincial ni un “problema” electoral. El involucramiento de la Casa Rosada y la repercusión en el propio partido de Macri. Los actores se han encargado de demostrarlo. Mestre recorrió los medios nacionales apuntando a la necesidad de que el radicalismo sea más que un socio electoral y que sea parte de las decisiones de gobierno, y repartió críticas a la política económica. Después de la repercusión enorme de la derrota del PRO en La Pampa, una derrota en Córdoba – el segundo distrito electoral del país — sería un golpe a la alianza gobernante pero, sobre todo, al gobierno nacional en el marco del derrumbe económico, del fracaso para reconstruir los negocios capitalistas, del sometimiento al FMI y su “ajuste”.
El gobierno empezó marzo con el pie izquierdo: se acabó la “pax cambiaria”, el dólar trepó a los $ 43.50 y se derrumbaron las acciones de las empresas argentinas; todo esto, en apenas tres días hábiles. ¿Puede considerarse lo de Córdoba un episodio de la interna provincial? Por supuesto que no. Es parte de la incertidumbre sobre la suerte del propio futuro político de Macri; finalmente, hasta el FMI ha declarado la prescindibilidad del mismo. En conferencia de prensa, su vocero, Gerry Rice, declaró: "Seguiremos apoyando a la Argentina sin importar los cambios políticos. Esto es algo normal para el FMI ya que los gobiernos cambian".
Schiaretti se frota las manos… por ahora
Los medios reflejan el regocijo del PJ local, sobre todo de Schiaretti. La quiebra de Cambiemos le despeja el camino a su reelección sin mayores sobresaltos. Por último, la maniobra de adelantar las elecciones le rinde sus frutos: desarticuló a la principal oposición electoral.
Schiaretti sabe, sin embargo, que puede correr la misma suerte que el macrismo. La industria cordobesa está parada; las 1.500 suspensiones en Renault-Nissan confirman la situación terminal de las metalmecánicas. También hay una caída de la construcción que, en parte, era sostenida por la obra pública la cual tiene corta vida, ya que una vez finalizadas las grandes obras no hay otras de importancia previstas. La recaudación impositiva provincial ha caído a pesar de que la carga tributaria aumentó, que se combina con la caída de la de los tributos nacionales, como el IVA, coparticipables, en un cuadro de elevado endeudamiento provincial en dólares.
La situación de las masas cordobesas es un verdadero infierno. Aumentó la desocupación, cuyas cifras están incluso disimuladas porque no contempla el trabajo en negro o precarizado. La inflación en Córdoba se ha hecho sentir por el alza desmesurada de las tarifas de electricidad, agua y transporte, y de los tributos a la vivienda y las tasas municipales. La inmensa mayoría de los trabajadores cordobeses, incluso en blanco y en empleos formales, no alcanza el ingreso de $ 27.800 necesario para no ser pobres. La pobreza se ha instalado y da lugar a movilizaciones en franco crecimiento como lo reflejan las protagonizadas por el Polo Obrero cordobés.
La alternativa es por izquierda
La quiebra de Cambiemos ha dejado “huérfano” a un sector importante del electorado que creía ver en él una opción capaz de desalojar al PJ del gobierno. Obviamente Cambiemos no puede ser una oposición al PJ, como lo ha demostrado acompañando las leyes de Schiaretti, por el simple hecho de que éste no es una oposición a Macri, sino socio y cómplice del mismo.
El cimbronazo que sufre el panorama electoral cordobés por la quiebra de Cambiemos debe ser aprovechado por el Frente de Izquierda para desenvolverse como la verdadera alternativa al régimen que integran tanto Macri como el PJ y el kirchnerismo, impulsando la lucha para que la crisis la paguen los capitalistas, batallando por la unidad del conjunto de los trabajadores en un paro general, agitando y propagandizando un programa de salida obrera a la crisis, llamando a terminar con el régimen ajustador y corrupto de Macri y Schiaretti y en la lucha por una asamblea constituyente con poder para reorganizar el país y la provincia sobre otras bases sociales y por el gobierno de los trabajadores.
Eduardo Salas
No hay comentarios:
Publicar un comentario