El 34,9% de los jóvenes de entre 18 y 24 años rescindió su contrato de alquiler por no poder seguir pagándolo. Recortes de los gastos familiares en salud y educación.
Una nueva muestra de las consecuencias del ajuste sobre los trabajadores y los demás sectores populares surge de relevamientos realizados en los últimos días sobre el cuadro de desplome en las condiciones de vida de jóvenes y familias.
A la reducción de las vacantes en las escuelas públicas se suma que más de 80 mil chicos fueron retirados de los colegios privados al comenzar el actual ciclo lectivo porque los padres no pueden pagar las cuotas y, como correlato, 12 mil docentes se quedan sin trabajo; 100 mil personas abandonan las prepagas y hay una reducción drástica de los presupuestos estatales de salud y casi el 35% de los jóvenes debió dejar la vivienda por no poder pagar el alquiler.
En los últimos seis meses, el 30% de los inquilinos debió rescindir por anticipado su contrato de alquiler debido a que “se enfrentaron con la imposibilidad de pagarlo”, reveló la Federación Nacional de Inquilinos sobre la base de los datos que surgen de una encuesta nacional realizada por la entidad. El sector más afectado es el de los jóvenes de entre 18 y 24 años, donde se alcanza el máximo de rescisiones, con un 34,9 por ciento.
Es que, con salarios medios que oscilan entre los 15.000 y los 20.000 pesos –en un alto porcentaje trabajando en negro y con una inestabilidad permanente– deben hacer frente a alquileres que, para el mínimo de un ambiente, alcanza en marzo a un promedio de $10.900, según la comparadora PreciosMundi.
La consecuencia es que “debieron mudarse a viviendas en barrios más alejados, a compartir la casa con los padres o conocidos o alquilar habitaciones en hoteles”. Según el relevamiento de la Federación los jóvenes destinan actualmente un 55% de sus ingresos al pago del alquiler.
El golpe a las familias
Es muy fuerte también el golpe entre los que tienen entre 46 y 55 años, ya que, según el mismo relevamiento, el promedio de cancelaciones en esta franja llega a un 20,22 por ciento. Entre las razones está que, actualmente, deben destinar un 47% de sus ingresos a pagar el alquiler.
Es que el alquiler de un departamento de tres ambientes en una zona céntrica de las principales ciudades, ronda los $19.600 y, en un barrio más lejano, $15.900, según un relevamiento realizado por el comparador PreciosMundi, actualizado al actual mes de marzo, cuando el salario medio llega a $20.600, según la misma entidad.
La consecuencia es que los mayores también deben cambiar por otras alternativas de vivienda que suponen un retroceso en la calidad de vida de la familia.
La caída general del poder adquisitivo de los salarios provocada por las paritarias a la baja o por la reducción unilateral impuesta por las patronales en el caso del 30% de los que están empleados en negro, obliga a esta reducción drástica de gastos. Del relevamiento surge que en el achique, las familias priorizan junto a los gastos en alimentación, el cuidado de la salud, junto a la educación de los hijos.
Miles de padres no pueden pagar el colegio
Pero el golpe es muy profundo y están jaqueadas tanto uno como otra. Así es que, de acuerdo a los datos de relevamientos realizados por la ONG Defendamos Buenos Aires, en Ciudad y el Gran Buenos Aires, ha caído la matricula en los colegios primarios y secundarios y destaca que, en los privados, el retroceso de este año alcanza a más de 82.000 alumnos (el 8% del total), cuyas familias ya no pueden pagar las cuotas. Como consecuencia de esta caída, 12 mil docentes se quedan sin trabajo, según denunció el sindicato de docentes privados SADOP.
Esto se agrava con la política de restricción de vacantes del gobierno de Rodriguez Larreta –por la no construcción de escuelas-, lo que dejó fuera del sistema educativo a más de 23 mil alumnos en los últimos tres años o la imposibilidad de dictar clases por el estado desastroso de una enorme cantidad de escuelas en la provincia de Buenos Aires. Esto se replica, en muchos casos multiplicado, en el interior del país.
Golpe a la salud
En lo respecta a la salud, los golpes que sufren los sectores más carenciados, comienzan con el descalabro de los hospitales producto del recorte en las partidas para la salud.
“Se efectuará un recorte en el financiamiento real destinado a los hospitales públicos nacionales” que representará, entre otras, “una caída de 13,9% para el Hospital Posadas, de 19,2% para el Hospital Nacional Baldomero Sommer y de 18,7% para Colonia Montes de Oca”. Además, “serán invertidos $1.022,6 millones menos en el programa de Atención a la Madre y el Niño y $512 millones menos en Salud Familiar y Comunitaria”. (Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas. Motor Económico, 19/3).
A su vez, un relevamiento realizado por Defendamos Buenos Aires indica que –entre los sectores medios–, en el primer bimestre de este año, se dieron de baja de las distintas prepagas más de 100 mil afiliados, aproximadamente el 7% del total, por las mismas razones que los inquilinos: no poder hacer frente al costo de las cuotas.
La necesidad de terminar con este régimen de hambre y miseria se torna crucial y urgente para la subsistencia, la salud y la educación de los trabajadores, sus familias y la de los demás sectores populares.
Nelson Marinelli
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