domingo, 15 de julio de 2012

La otra noche de la dictadura



Mural alusivo a la Noche de las corbatas, creado por el artista plástico Nardo Moyano

Se realizó en Mar del Plata una serie de actividades en conmemoración del 35º aniversario de “La noche de las corbatas”, cuando abogados de la ciudad fueron secuestrados por la dictadura cívico-militar.

Varias son las noches trágicas que nos han legado las recurrentes dictaduras en la Argentina. A su amparo se han cometido algunos de los crímenes más notables de nuestra historia reciente. Basta mencionar “La noche de los lápices”, que se cobró la vida de jóvenes militantes secundarios en la ciudad de La Plata. O “La noche de los bastones largos”, que inaugura la represión e intervención de la universidad pública durante el onganiato y el posterior exilio de centenares de docentes. También podemos recordar la noche más oscura, la del apagón del ingenio Ledesma ordenado por la familia Blaquier en Jujuy, en cuyo contexto fueron secuestrados más de 400 estudiantes, militantes populares y sindicalistas.
Esas noches no fueron las únicas. En la ciudad de Mar del Plata, entre los días 6 y 13 de julio de 1977, tuvo lugar lo que luego fue conocido como “La noche de las corbatas”, que involucró el secuestro de once personas, siete de ellas abogados locales. Todos ellos fueron recluidos en el centro de detención conocido como “La cueva”, en la base aérea Mar del Plata.
La elección de los objetivos de la represión no fue azarosa. Norberto Centeno era públicamente reconocido como un antiguo militante de la resistencia peronista, además de ser un prestigioso abogado laboralista de la ciudad. Fue el creador de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 promulgada por Perón. Otros, como José Candeloro, tenía una conocida trayectoria política de izquierda y Tomás Fresneda, además de su desempeño como abogado laboralista, había presentado numerosos habeas corpus ante las inocultables desapariciones, en un contexto en que pocos abogados se atrevían a contrariar al gobierno militar con tales garantías de la democracia.
Carlos Bozzi, a los 21 años y como militante de la JP, fue presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad Católica. Cuatro años más tarde y ya recibido de abogado, fue uno de los secuestrados junto con el doctor Fresneda, en el operativo ejecutado por la policía bonaerense de Ramón Camps. En su testimonio de sobreviviente, titulado “La larga noche de las corbatas”, aporta valiosas reflexiones sobre lo acontecido y datos para comprender el contexto político de aquellos años.
En él afirma: “Hoy sólo puedo mostrar pedazos de esta cruel historia apelando a la memoria como a un arma de larga duración. Siempre que estamos antes hechos tan atroces, debemos pensar que el mejor medio es informar lo ocurrido en toda su dimensión, ajustando lo vivido a la realidad de ese momento y alejando toda tentación de acomodar las cosas al presente. La manipulación de un testimonio en pos de una condena es siniestra, desnaturaliza y bastardea las cosas, terminando por ser un impedimento en esta lucha por la verdad y la justicia”.
Bozzi recuerda también la persecución desatada en la Universidad Católica desde antes de la dictadura, mencionando el caso de la Decana de Humanidades, María del Carmen Maggi, secuestrada de su domicilio y asesinada en 1975; y el secuestro de la estudiante María Dolores Muñiz Etchemoun, una semana antes del inicio del golpe. También comenta la probable responsabilidad de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) -vinculada a la Triple A de López Rega y a la Juventud Sindical Peronista conducida por Hugo Moyano- en la consecución de la Noche de las Corbatas.
Además, trae a colación el papel de los medios de comunicación y la complicidad de civiles con la dictadura. Recuerda así la primera plana del diario La Capital, propiedad de uno de los empresarios más poderosos e influyentes de la ciudad hasta el día de hoy: Aldrey Iglesias. Aquel diario anunciaba el 21 de julio: “Confirmó el ejército la liberación del Dr. Bozzi y la muerte de tres sediciosos”, refiriéndose a un enfrentamiento falso fraguado por la policía para justificar el asesinato de militantes montoneros y de uno de los secuestrados. Cuenta Bozzi al respecto: “Esto que ahora puede parecernos hasta absurdo, a la moral del ciudadano común que necesita ratificar o que le ratifiquen quiénes son los malos y quiénes son los buenos, en momentos y en contextos de mucha confusión, funciona”. Casualmente, se ha argumentado que los archivos de La Capital que corresponden a esa fecha se han perdido por inundaciones o incendios.
Los homenajes y conmemoraciones comenzaron con un acto en el que la avenida Antártida Argentina fue renombrada como Norberto Centeno, en alusión al abogado desaparecido. Por otro lado se realizó un homenaje a las víctimas en el edificio de tribunales ubicado en Tucumán y Almirante Brown, que fue continuado en el Teatro Colón, entre otras actividades. Desde el 2004, la Federación Argentina de Colegios de Abogados conmemora el 6 de julio el “Día nacional del abogado víctima del terrorismo de Estado”, terrorismo que ha sesgado ya la vida de cerca de 120 profesionales del derecho.

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