sábado, 14 de julio de 2012

Aunque es muy cuestionada Monsanto realizará nuevas inversiones en el país



La empresa Monsanto es la fabricante por excelencia de los llamados "agrotóxicos", y también fue una de las empresas responsables de fabricar el "agente naranja" que los norteamericanos usaron en la guerra de Vietnam.
Según Wikipedia, Monsanto "es una empresa proveedora de productos para la agricultura", entre ellos el glifosato, fabricado bajo la marca Roundup.
De datos extraídos en Internet, podemos saber que Monsanto fue fundada en Estados Unidos, en San Luis, estado de Missouri, en 1901, por John Francis Queeny. En sus comienzos se dedicaba a la distribución de sacarina, para luego continuar con el negocio de plásticos y resinas. En 1976 comenzó con la fabricación de herbicidas, actividad que constituye hoy su principal negocio, junto a la producción de semillas genéticamente modificadas, como la soja transgénica.
En los años '60, Monsanto, junto a Dow Chemical y otras empresas, fueron contratadas por el gobierno de Estados Unidos para producir un herbicida llamado "agente naranja", que fue utilizado en la guerra de Vietnam con el fin de devastar la selva vietnamita y las cosechas, con el claro objetivo de privar a los vietnamitas de alimento y, como estrategia militar, de destruir la vegetación selvática, que era un refugio seguro para los combatientes del Vietcong (el ejército de los vietnamitas que luchaban contra la ocupación norteamericana).
Esta poderosa arma biológica causó aproximadamente 400.000 muertes y pérdidas de miles de hectáreas de regiones selváticas, más unos 500.000 nacimientos de niños con malformaciones, además de las bajas y la contaminación en los soldados del propio ejército estadounidense.
Por las consecuencias de la utilización del agente naranja en la guerra, es que el gobierno de la República de Vietnam, protestó formalmente frente al Comité Olímpico Internacional, porque en los Juegos Olímpicos que comenzarán el próximo 27 de julio en Londres, uno de los patrocinadores de dicho evento es la empresa Dow Chemical. En la plaza Trafalgar, en la capital londinense, también se han realizado protestas contra esta empresa, porque en 1984 un escape de gas tóxico de una fábrica de pesticidas perteneciente a una compañía, posteriormente adquirida por Dow Chemical, dejó miles de muertos y damnificados en la ciudad de Bhopal, India.

Inversión

Pese a sus antecedentes y a la protesta de las organizaciones que defienden el medioambiente en contra del uso del glifosato en las explotaciones agrarias, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, expresó su complacencia por las inversiones que Monsanto planea realizar en la Argentina.
Lo hizo en el discurso que pronunció el 15 de junio en el Consejo de las Américas, y fue muy contradictorio, porque el día anterior, en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, la presidenta había tenido una muy buena intervención en relación al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, frente a la delegación de los kelpers. En esa alocución, Cristina cuestionó a las potencias imperiales, cuando les propuso "¿Por qué no van a hacer un referéndum en Irak o Afganistán?", luego que el gobierno usurpador de las islas anunciara la realización de un referéndum para el año 2013, en las islas Malvinas.
Lamentablemente, un día después, y frente a los directivos de las grandes empresas norteamericanas, Cristina Fernández elogió la inversión de 1.500 millones de pesos que Monsanto realizará en la provincia de Córdoba, en la localidad de Malvinas Argentinas, para la construcción de una planta para acondicionar semillas de maíz, que crearía unos 400 nuevos puestos de trabajo.

Enfermedades

El documental de la francesa Marie Monique Robin, "El mundo según Monsanto", muestra diversos aspectos del accionar de esta firma, y se basa en el trabajo de investigación de la misma autora, por el cual ganó el premio Noruego "Rachel Carson Prize", en 2009, dedicado a mujeres ambientalistas.
En el film se abordan las consecuencias que los diferentes productos elaborados por Monsanto, provocan en la salud de poblaciones enteras expuestas a sus efectos. Por ejemplo, el PCB, cuya producción por la fábrica de Monsanto en Anniston, Alabama, (Estados Unidos), provocó altas tasas de enfermos de cáncer en la población negra más pobre, como consecuencia de la contaminación del agua por derrame de PCB en los canales, pero también en tierra y aire.
Por esos hechos, Monsanto fue demandado por 3.500 habitantes de Annistan, y la justicia norteamericana ordenó la desclasificación de los archivos internos de la empresa, donde se comprobó que estaban en pleno conocimiento de la nocividad del PCB, por diversos informes de prestigiosas universidades. Luego de ese juicio, Monsanto fue condenada a pagar 700 millones de dólares como indemnización para las víctimas, fue obligada a descontaminar el sito, y a construir un hospital especializado.
En enero de 2007, Monsanto fue multada por publicidad engañosa, por la Unión Europea, porque difundía que su herbicida Roundup era biodegradable y no tóxico para los animales domésticos y los niños. Ese mismo año, un tribunal de Lyon (Francia), condenó a Monsanto por la misma causa, basándose en estudios de la Universidad Pierre y Marie Curie, cuyos investigadores demostraron que el Roundup (glifosato) tiene un efecto nefasto sobre el ciclo celular (disfunciones características del cáncer) y expresaron que "es suficiente una gotita para afectar al proceso de división celular... se puede decir que para utilizar el herbicida sin riesgo, se necesita no sólo portar un traje y una máscara, sino también asegurarse de que no haya personas a menos de 500 metros".

Transgénicos

Monsanto no sólo produce el glifosato, sino que diseña semillas transgénicas, resistentes a ese producto, especialmente en soja y maíz.
Argentina cuenta en la actualidad con 19 millones de hectáreas de soja transgénica, el 56 por ciento de la superficie cultivada del país, y se calcula que se utilizan 190 millones de litros de glifosato, siendo la marca comercial más famosa, el Roundup, de la compañía Monsanto. El agroquímico tiene la propiedad de permanecer extensos períodos en el ambiente y viajar largas distancias arrastrado por el viento y el agua. Se rocía (vía aérea o terrestre) sobre los campos. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, el resto de los vegetales absorbe el veneno y muere en pocos días.
Aunque la publicidad de Monsanto y otras empresas del rubro clasifica al glifosato como inofensivo para al hombre, estudios realizados por científicos argentinos del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, demuestran que el efecto de este químico sobre embriones "abre la preocupación acerca de los casos de malformaciones en humanos observados en poblaciones expuestas en zonas agrícolas".
El profesor de embriología de la UBA e investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Andrés Carrasco, fue uno de los que difundió estos efectos nocivos del glifosato, y por ello sufrió los embates de las empresas que producen este químico. A través de una fuerte campaña en algunos medios de prensa, en 2009, Carrasco fue objeto de descalificaciones, a pesar de sus 30 años de trayectoria como investigador en el Conicet.
Tristeza
Por ello, no puede alegrarnos a quienes deseamos un país con igualdad y equidad, pero también con un medioambiente sano, que sea la presidenta de la Nación, la que muestre su satisfacción por las inversiones que Monsanto está planeando hacer en Argentina.
Sobre todo porque se trata de una empresa cuestionada en el mundo entero, por fabricar y utilizar productos tóxicos, que tantas enfermedades y muertes han causado. Y porque esa inversión, se da justamente en la provincia de Córdoba, donde se está desarrollando el primer juicio en Latinoamérica, por los efectos que las fumigaciones de glifosato y endosulfán, han producido en habitantes de un barrio colindante con campos sembrados con soja.
Las madres de barrio Ituzaingó, víctimas de la fumigación de glifosato en el sudeste de la ciudad de Córdoba, tienen mucho para decir en esta historia, pues ellas no se dejaron contar "el mundo por Monsanto", y salieron a denunciar con valentía lo que estas grandes empresas desean ocultar.

Irina Santesteban / La Arena

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