martes, 30 de marzo de 2010

Pobreza como variable


Antes ser pobre era otra cosa

El concepto de pobreza, ha cambiado tanto en los últimos años, que hoy, ser pobre es un pobre concepto de lo que fue en algún momento.
Antes de la topadora neoliberal que arrasó con todo vestigio de posibilidad de autorrealización humana, ser pobre estaba identificado con ser hombre de trabajo o de pocos recursos monetarios. En la escala superior, estaban los ricos, que se diferenciaban en que no necesitaban de su propio trabajo para poder vivir.
Por supuesto que había estratos intermedios, como la pequeña burguesía comerciante, o fabricante pequeño, o profesionales, etc.
Hoy se habla que los pobres, son aquellos que no superan un determinado nivel de ingresos familiares. Este nivel, fijado por el gobierno de turno, es totalmente arbitrario y tiende a ser lo más bajo posible. Es decir que mientras más bajo, habrá estadísticamente menos pobres. Ja! ¡Es lo que ocurre actualmente!
Pero para que los pobres no se sientan tan mal, se metió la categoría de Indigente. Esta gente es menos que un pobre. No pueden siquiera alimentarse dignamente.
Psicológicamente, quienes no son ni indigentes ni pobres, ¡son Clase Media!
Es decir gente en tránsito a la riqueza, en camino a su liberación personal…
Todo esto es pura basura ideológica, manejada desde los centros de poder políticos, económicos y sociales. Todos se prenden de esos Índices mágicos para pagar menos o mostrar que no se está tan mal. Gobernadores, empresarios del campo y de la ciudad, comerciantes, sindicalistas, economistas, medios de comunicación, etc. todos interesados en que la masa empobrecida, no se despierte y “haga tronar el escarmiento” como decía Juan Perón, que no era precisamente marxista.

Hoy el pobre es una estadística

Como una epidemia o una plaga, la pobreza se extendido en todo el mundo, pero con características muy diferentes a los viejos conceptos de pobreza, al menos en Argentina.
El pobre moderno, no solo tiene el problema del dinero que no le alcanza. Las carencias invaden todo su entorno actual y futuro.
Es decir, el pobre de hoy no tiene prácticamente ninguna posibilidad de salir de esa situación, que lo tiene condenado de por vida.
El nacido en la pobreza, vivirá cada vez más hacinado, pues no tiene la posibilidad de tener una vivienda. Estará en un barrio casi sin luz, sin gas, sin teléfono, sin transporte público de pasajeros, sin agua de red, sin seguridad, etc.
Tendrá una alimentación insuficiente, que no le permitirá desarrollar plenamente su intelecto y su organismo. Por una parte se deberá a sus magros ingresos y también por la educación para una vida saludable insuficiente. La publicidad cómplice.
Tendrá una educación muy limitada, por sí mismo, por el ambiente y por el sistema. Casi un millón de niños y jóvenes no asisten a la escuela. Tampoco trabajan.
Tendrá un sistema de salud que le hará una atención insuficiente y tendrá casi acceso nulo a atención y medicación mediana y compleja. Su esperanza de vida será mucho menor. El 40 % de la población no tiene cobertura de salud.
Además si tienen la posibilidad de tener un trabajo, este será de muchas horas, poco sueldo y en condiciones indignas. Los trabajadores producen $ 1.100.000 millones por año y reciben en concepto de sueldos, comisiones, pagos, etc. solo $ 250.000 millones.
En definitiva, el hombre pobre, deambulará por la tierra como un sujeto sin futuro posible. Millones de pobres y no tanto, ya perciben que no hay futuro, y son considerados peligrosos por el Estado que los engendró.
Y no es solo un problema de este gobierno, fundamentalmente es un problema del sistema capitalista. El capitalismo produce pobreza, es decir lo contrario de lo que afirman siempre.
Moraleja: para hacer un rico nuevo o más rico a uno viejo, hacen falta más pobres.

El pobre como sujeto político transformador

Después de lo que se ha podido visualizar en los “medios” de comunicación, el problema más importante sigue siendo el pago de la deuda nacional por decreto o no.
Los llamados “indigentes” dirigidos por pequeños burgueses o gobierno, reclaman inclusión en los planes “Trabajo para Todos” (o algo así) y ni bola a los DNU.
Los pobres “trabajadores” se tienen que bancar los negociados de sus “dirigentes”, que juran que con un 22% en el año nos cubrimos de la inflación.
La pequeña burguesía, que no tiene un anclaje social cierto, defiende en forma fanática al gobierno de “izquierda” del Kirchnerismo. Aquí la diferencia puede estar en la capacidad o incapacidad intelectual, de este segmento social, que tiene la alternativa cierta de recostarse cómodamente en el discurso izquierdozo, acaramelado, franelero, mimoso, sin compromiso real, circense, etc. del oficialismo gobernante.
También puede comprometerse un poco más, con los trabajadores y los indigentes, en concreto con los pobres, para luchar junto a ellos por la destrucción del capitalismo, y la construcción de un sistema más justo.
Solo el Socialismo produce hombres libres, sanos, educados, felices, solidarios… en su esencia hay un hombre nuevo, como decía el Che.

http://elojoizquierdo.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario