domingo, 13 de julio de 2025

Los cuchillos sin filo del Congreso


Qué pasó en la sesión del Senado. La votación de los proyectos jubilatorios, de discapacidad y de remisión de fondos a las provincias por parte del Senado no sorprendió a Milei y Caputo, que ya habían cortado el “diálogo” con los gobernadores algunos días antes. La sanción de los proyectos de aumento a jubilados y de prórroga de la moratoria, ya votados en Diputados, tampoco desató una ola de entusiasmo en la clase pasiva. A nadie escapa que el aumento del 7,2% y del bono sumarán a la jubilación mínima unos $60.000 - un 16% de aumento, para unos haberes que se han derrumbado a la mitad desde 2017 hasta hoy. La moratoria sólo regirá por dos años, y beneficiará a unos 220.000 eventuales jubilados. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, implicará un “impacto fiscal” del 0,08% del PBI. Tampoco mueve el amperímetro la “emergencia en discapacidad”, que consagra pensiones de indigencia. En cuanto a las leyes presentadas por los gobernadores, para repartir los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y coparticipar el impuesto a los combustibles, los senadores mostraron que compensan la eliminación de ciertos fondos con fines específicos. Ninguno de los espadachines opositores cuestionó las erogaciones explosivas de la deuda pública, muy superiores a lo que representan las leyes en cuestión. El Senado asistió, en definitiva, a un tironeo entre ajustadores.

 Amansadora 

Más allá de su escaso alcance, el “paquete del Senado” ha ingresado en una larga amansadora. Los proyectos jubilatorios y de discapacidad serán vetados, y para su eventual insistencia (rechazo del veto) deberán recorrer el calvario de Diputados, primero, y de Senadores después. En cuanto a los proyectos que plantean volcar fondos a las provincias, sólo cuentan con la media sanción de los Senadores y deberán todavía ser considerados por Diputados. El ministro Francos anticipó que irá a Diputados en busca de los 87 “héroes” que vuelvan a refrendar los vetos presidenciales, como ocurriera el año pasado con el aumento jubilatorio y las universidades. Pero para eso, deberían aflojarle a los gobernadores algunos recursos y candidaturas. Los Milei y Caputo “el chico” no han satisfecho las exigencias de los gobernadores para insertar a sus personeros en las listas oficialistas de diputados y senadores nacionales. 
 El chubasco del Senado, en definitiva, expone una pelea y una crisis. El arco de gobernadores “dialoguistas” exige conformar una coalición de gobierno y, como adelanto de ella, pide un rescate financiero. El gobierno liberticida está dividido: una fracción promueve esas negociaciones, temerosa de un aislamiento político y de reveses electorales. La otra línea, en cambio, quiere llevar el choque con los antiguos aliados hasta las últimas consecuencias. En medio de una salida de capitales y de una crisis de financiamiento, se aferra a muerte al “superávit fiscal” (ficticio), en la creencia de que sería una garantía para que la deuda pública, empezando por la de pesos, no se caiga de la baranda. En cualquier caso, ese “superávit” está flaqueando por la caída de la recaudación de impuestos de mayo y de junio. Siguiendo esa línea, Milei iría por la judicialización y, en última instancia, por la no aplicación de lo votado, como lo anunció en la Bolsa de Comercio. El tuitero Dan reclamó poner “los tanques en la calle” para arremeter contra el Congreso. Para avanzar en un choque de poderes y ensayar un régimen de excepción, Milei cuenta con el padrinazgo de Trump, que recorre esa vía en los Estados Unidos.

 Esterilidad política

 El bloque de fuerzas opositoras que piloteó la sesión del Senado, comenzando por el peronismo, sabe muy bien de los límites de las leyes aprobadas. Espera que sirvan para extorsionar al gobierno con un regateo de fondos. Conociendo el pedigree político de los opositores, volverán a sacrificar a jubilados y discapacitados, si fuera preciso, con tal de salvar algunas migajas para los presupuestos provinciales y las camarillas capitalistas que se nutren de ellos. A despecho de esa expectativa, Milei podría dejarlos sin nada, lo que volvería a desnudar la impotencia política de estos “opositores”. En la cola de estos cuchillos sin filo, espera la ley de financiamiento universitario. Los jubilados, estudiantes, docentes, y todos los atropellados por la motosierra oficial deben sacar conclusiones y emprender un camino de lucha e independencia política -el camino de los “opositores del ajuste” es un callejón sin salida-. 

 Marcelo Ramal
 11/07/2025

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