sábado, 19 de julio de 2025

31 años del atentado a la AMIA, 31 años de impunidad


Javier Milei fue el invitado estelar del acto por el 31° aniversario del atentado a la AMIA. Por primera vez en más de tres décadas, su presencia fue anunciada desde el palco, rompiendo la tradición de no mencionar a los dirigentes políticos presentes. Fuertemente custodiado, estuvo sentado en las primeras filas. El presidente de la AMIA, Osvaldo Armoza, le dedicó un elogio -“Celebramos la decisión de que la Argentina haya decidido pararse del lado correcto de la historia”- que fue acompañado, según las crónicas, por un cerrado aplauso. Se refería, por supuesto, al alineamiento incondicional del gobierno argentino detrás del eje Estados Unidos-Israel. Sin embargo, sumó exigencias. Se quejó de que el ex Secretario de Cultura iraní, Mohsen Rabbani, uno de los acusados por el atentado, todavía tuviera propiedades a su nombre en Argentina. Asimismo, reclamó a Milei una “inmediata reacción” ante el acuerdo entre Irán y Bolivia. Armoza también exigió que la milicia islámica-palestina Al Quds sea catalogada como organización terrorista y que Argentina se sume a una “alianza global contra el terrorismo”. Es decir, Armoza le reclamó a Milei un compromiso todavía mayor con la guerra internacional del imperialismo y el sionismo en Medio Oriente. Elogió, en cambio, la realización del “juicio en ausencia” contra los acusados por la Cámara Federal, ordenado por el juez Daniel Rafecas, el mismo que había desestimado la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Fernández. Las organizaciones de familiares, como Memoria Activa y APEMIA, rechazan el “juicio en ausencia”. Memoria Activa realizó su propio acto en Tribunales, donde lo denunció como una maniobra -“ausencia de justicia”-. Reclamaron, en cambio, la digitalización total y el acceso a todos los informes de inteligencia relacionados con el atentado, paralizada desde hace décadas. 

 “Celeridad” 

En otro tramo de su discurso, Armoza les reclamó “celeridad” a los fiscales de la unidad especial AMIA, Sebastián Basso y Julio Miranda, que antes ocupó Nisman. 
 A más de tres décadas de los hechos, en los que murieron 85 personas y más de 300 fueron heridas, el planteo resuena sorprendente. En todos estos años no hubo un solo condenado. Mejor dicho, todos aquellos que fueron acusados y juzgados por obstruir y desviar la investigación -entre los cuales figuran jueces, fiscales, policías y hasta el revendedor de autos que proporcionó la camioneta supuestamente utilizada para cargar los explosivos- acabaron absueltos de culpa y cargo. La ´investigación´ -porque no se la puede calificar realmente como tal- se orientó, primero, detrás de una pista siria, pero luego apuntó hacia Irán, siguiendo los vaivenes de la política exterior del Departamento de Estado norteamericano, que asumió el verdadero liderazgo de la causa. La acusación contra los funcionarios iraníes se basó en “pruebas secretas”, proporcionadas por la CIA y el Mossad. Su enlace con el fiscal Nisman y el Estado argentino fue “Jaime” Stiuso, verdadero mandamás de la SIDE, entre 2003-2013, es decir durante los gobiernos K. 
 La salida formal de Stiuso de la SIDE estuvo marcada por la firma del “memorándum con Irán”, suscripto en el marco de los acuerdos firmados por Barack Obama con el régimen de los ayatollahs. El memorándum establecía que se les podría tomar declaración indagatoria a los acusados en territorio iraní, habilitando de ese modo el inicio formal del proceso judicial, sin por ello dar de baja los pedidos de detención de Interpol. El Congreso argentino lo aprobó, no así su homólogo persa. Para el tándem Nisman -que en primer término APOYÓ al memorándum- y especialmente Stiuso, en cambio, les resonó como una amenaza que podría convertirlos en el chivo expiatorio de todas las manipulaciones de la causa. Se produjo entre ellos la ruptura con el gobierno de CFK y viraron a operar nada menos que con Sergio Massa, quien en 2013 le ganó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires y acabó con cualquier expectativa de que Cristina Fernández pudiera acceder a un tercer mandato. 
 Con el gobierno Milei, Stiuso ha vuelto a merodear “la casa de los espías” -nunca dejó de hacerlo-. Para este aniversario -fecha en la cual suelen anunciarse ´novedades´ en la investigación, pero escasos resultados- fueron citados a declarar una multitud de militares que revistieron en el aparato de inteligencia del Ejército que comandó César Milani. Éste fue un aliado de CFK luego de la crisis con Stiuso. La acusación tiene el propósito de moldear un nuevo relato en torno a la violenta muerte del fiscal Nisman, atribuida según ´pericias´ de Gendarmería a un comando iraní o venezolano, en lo que ya constituye otro caso impune, un ´archivo borrado´, de estas operaciones cruzadas por intereses que nada tienen que ver con el reclamo de justicia por los muertos en el atentado.
 La ´conexión local´ es el Estado argentino. 

 Jacyn 
 18/07/2025

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