Javier Milei mantuvo un diálogo telefónico con Elon Musk, el magnate estadounidense, y lo invitó a participar de su asunción como presidente este domingo 10 de diciembre. “Elon me dijo que está muy interesado en invertir en Argentina”, dijo el líder de La Libertad Avanza. Milei definió alguna vez a Musk como un “héroe” y un “benefactor social”. ¿Qué es lo que admira el mandatario electo?
Musk es el hombre más rico del mundo y el director ejecutivo de empresas de renombre internacional como SpaceX, Tesla y Twitter. Se lo conoce, entre otras cosas, por haber impuesto en esos lugares regímenes de trabajo caracterizados por la mano de hierro y la superexplotación.
Tesla, una compañía que fabrica y vende automóviles eléctricos y que tiene sedes en muchos rincones del planeta, ha llegado a establecer jornadas laborales de doce horas por siete días. Impuso un retroceso hacia los tiempos de la Revolución Industrial. Por otra parte, ninguno de los casi 130.000 trabajadores que tiene contratados para sus operaciones globales está sindicalizado. Ha trascendido, asimismo, que Musk está interesado en el saqueo del litio argentino, un insumo clave para los autos eléctricos.
El medio digital norteamericano Business Insider publicó en 2019 el testimonio de varios exempleados de Tesla, los cuales señalaron que Musk “crea un ambiente tóxico con sus trabajadores” y que “la compañía no se preocupa por su salud mental y física” (DPL News, 2/3). La empresa también ha sido denunciada por discriminación racial.
En Twitter, Musk viene de avanzar en el despido de cientos de empleados. Esto, luego de que, bajo la forma de una amenaza, pidiera a sus trabajadores que se comprometan a trabajar “muchas horas extremadamente duras”. Musk está implementando en Twitter los regímenes de trabajo que imperan en Tesla y SpaceX.
Varios periódicos han divulgado artículos sobre las pésimas condiciones de trabajo reinantes en SpaceX, la compañía de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial y contratista de la Nasa. La agencia Reuters ha publicado un informe muy detallado sobre esto. Se han documentado al menos 600 lesiones (electrocuciones, heridas en la cabeza y los ojos, etcétera) sufridas por trabajadores de la empresa desde 2014. Algunos casos han terminado en amputaciones y ha habido un fallecido.
Musk no es un benefactor social. Es un explotador que vive del trabajo ajeno. El intento de presentar a la clase capitalista como un factor progresivo para la sociedad se choca con la realidad concreta. Es que es la responsable de la pobreza, de las hambrunas, de la desocupación y de las guerras.
Musk, por ejemplo, ha colocado los satélites de Starlink (SpaceX) al servicio del Ejército ucraniano para que pueda guerrear en mejores condiciones contra las tropas del ruso Putin.
Javier Milei admira a Musk por su condición de superexplotador de trabajadores. Finalmente, el “libertario” quiere implementar en Argentina una reforma laboral que barra con todos los derechos que la clase obrera conquistó a través de luchas y organización.
El presidente electo suele mostrarse como un defensor de la “libertad”. Y reivindica a Musk, que ha perseguido y castigado a los trabajadores que criticaron su política en Tesla y SpaceX. Además, el magnate viene de anunciar que prohibirá cuentas de Twitter que “apoyen genocidios” y “promuevan el antisemitismo”. Musk es un defensor acérrimo del Estado de Israel (hace poco visitó Tel Aviv y desde allí dijo que Hamas debe ser destruido), por lo que su política representa la tentativa de amordazar a aquellos que apoyan la lucha del pueblo palestino.
Por otro lado, Musk ha hecho su fortuna gracias a los subsidios que el Estado norteamericano le otorgó a sus empresas. Es un verdadero “empresario prebendario”, un tipo de hombres de negocios que Milei suele criticar (demagógicamente).
Elon Musk es un enemigo de los trabajadores y de la libertad de expresión. La clase obrera debe ponerse de pie contra los capitalistas y sus gobiernos en Argentina y en todo el mundo.
Nazareno Suozzi
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