El ministro de Economía, Sergio Massa, y el de Educación, Jaime Perczyk, acordaron este martes con las patronales de la educación privada una serie de aumentos para las cuotas de los establecimientos educativos. Esta política, que fue anunciada como parte del programa Precios Justos II, será acompañada de la implementación de un sistema de subsidios a libro cerrado para las boletas de luz y gas de la mayoría de las escuelas privadas.
El convenio firmado es un golpe contra las familias trabajadoras, en el marco de una profundización de la crisis económica y social. El primer aumento, que tendrá lugar en marzo, será de un 16,38%; y en abril, mayo y junio, los incrementos serán del 3,35%. En julio habrá otro, pero de un 4%, según indicaron fuentes oficiales. Luego, las partes involucradas tendrán que negociar otro esquema de aumentos para el segundo semestre del año.
Por otro lado, en cuanto a los subsidios, estos serán otorgados por el Estado nacional y podrán hacerse de ellos todos los colegios que actualmente reciben algún subsidio estatal, que representan el 80% de los 14.000 establecimientos. Es una equiparación con el sistema de subvenciones que tienen los clubes de barrio, que son entidades sin fines de lucro.
Los aumentos y subsidios beneficiarán a los empresarios de la educación (sobre todo a la curia), que reciben además fondos de las provincias. Alrededor del 25% de los establecimientos educativos en Argentina son privados, y en algunos lugares, como en CABA, más de la mitad está bajo el control de la Iglesia. Estas prebendas económicas refuerzan la injerencia del oscurantismo en la formación de la juventud, lo que es una afrenta contra los derechos de las mujeres y diversidades sexuales.
Con todo, los aumentos añadirán más nafta al fuego de la inflación, sumándose a los dispuestos en las tarifas de energía, los combustibles, las prepagas y alquileres. En 2022, los colegios privados registraron un aumento del 86,3% interanual. Asimismo, el crecimiento de la educación privada se produce a expensas de la educación pública, que está siendo ajustada por el gobierno. La combinación entre estos incrementos y los subsidios a libro cerrado representó una fuente importante de ganancias para los empresarios de la educación. Entretanto, el salario de los trabajadores se viene derrumbando.
La lucha por una educación pública, gratuita y laica es una lucha contra los políticos capitalistas.
Nazareno Kotzev
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