La lof mapuche Kom Kiñé Mu, asentada en en Arroyo Las Minas, paraje Alto Río Chubut, en Río Negro, denunció públicamente a través de un comunicado que, en las inmediaciones de ese territorio, un emprendimiento privado del emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, alambró ilegalmente tres lagunas de altura y nieves perennes, donde nace el Río Chubut, entre otros cursos de agua.
La privatización de estas nacientes significa que el control del flujo hídrico del cauce estará en manos de esos capitales extranjeros, quienes lo gestionarán en beneficio de sus negociados, afectando a las comunidades. No olvidemos que el Río Chubut recorre 800 km y abastece de agua a numerosas poblaciones. Esto, en contexto donde las nevadas en la Cordillera vienen siendo menos intensas a causa del calentamiento global, impactando negativamente en el caudal de los ríos de deshielo.
Se trata de 20 hectáreas, ubicadas en la zona conocida como Mallín Escondido, que Marcelo Mindlin (dueño de Pampa Energía) le vendió en 2017 a Hugo Alberto Barrabuchi, un empresario del polo que opera localmente para empresas vinculadas al emir de Qatar. Sin embargo, la transferencia se realizó de manera ilegal, ya que una sentencia firme en el año 2004, dictada por el juez Emilio Riat de 2004, había concedido el reconocimiento de ocupación tradicional a la lof Kom Kiñé Mu sobre ese territorio. La comunidad, junto con le Consejo Asesor Indígena, viene realizando numerosos reclamos a la Justicia sin recibir ninguna respuesta. Como si fuera poco, en 2020, Barrabuchi incendió un refugio indígena para construir allí una cabaña de lujo.
El comunicado del Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir que llama a resistir este nuevo avance, señala que “el Pueblo Mapuche está defendiendo la vida de los territorios a riesgo de su propia vida porque éstos sujetos son matones armados dispuestos a matar”. Lejos de tratarse de una exageración, en agosto del año pasado, una de las integrantes de la lof Kom Kiñé Mu acompañada por un periodista turco se acercaron a las tierras apropiadas por el príncipe qatarí para documentar la situación y fueron agredidos y amenazados de muerte por un empleado del magnate. Sin bien radicaron la denuncia, el fiscal Francisco Aníbal Arrien la desestimó a pesar de que lo ocurrido había quedado grabado en la cámara del periodista.
Utilizar a los peones como fuerza de choque contra quienes rechazan la usurpación territorial de estos latifundistas es un modus operandi compartido con el empresario inglés Joe Lewis, que mantiene cerrado el paso al Lago Escondido, desconociendo la orden judicial que indica la apertura del mismo. Una práctica que goza de la impunidad que le confiere el Estado. Incluso, cuando la represión no recae en esas patotas, son los gobiernos quienes actúan directamente como guardianes de la propiedad terrateniente, enviando a las fuerzas represivas para desalojar a las comunidades originarias, como ocurrió en la lof Cushamen durante el macrismo (que terminó con el asesinato de Santiago Maldonado) a pedido de Benetton, o recientemente en la lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi por orden del gobierno del Frente de Todos, en defensa de los negociados inmobiliarios y turísticos de la región.
La extranjerización de la tierra en Argentina asciende a 12.520.826 de hectáreas, mostrando la inocuidad de la Ley de Tierras sancionada por el kirchnerismo, que desde el vamos no limitaba la propiedad extranjera que fuera preexistente a la normativa, la cual Macri se encargó de flexibilizar sin que el actual gobierno peronista desandara ese camino. A su vez, crece la entrega de los recursos naturales a los pulpos foráneos, quienes impulsan proyectos altamente contaminantes. Una política en la que confluye el oficialismo con la oposición patronal y que el pacto con el FMI llama a profundizar, en función de recabar divisas para el pago de la deuda.
La cuenca del Río Chubut fue defendida contra la Ley de Zonificación Minera impulsada por el gobierno de Mariano Arcioni y aprobada en la Legislatura de Chubut, que la entregaba a la Pan American Silver para la explotación megaminera. Fue con el Chubutazo, una verdadera pueblada provincial, que se impuso la vuelta atrás con esa entrega.
Por su parte, los capitales del emirato de Qatar, a través de distintas sociedades y representantes en Argentina, comenzaron a desembarcar en la Patagonia en 2017 y hoy poseen 28 mil hectáreas al costado de la ruta 40 entre Bariloche y el Bolsón y en la frontera con Chile, el centro de esquí Baguales y acciones de la petrolera Exxon Mobile que opera en Vaca Muerta. Un dato llamativo es que son socios de Lewis en la empresa Dunia Inmobiliaria S.A, que opera en los parajes adquiridos en El Manso y El Foyel.
Mientras embolsan fortunas con la explotación de esas tierras -utilizadas para la ganadería, la agricultura, emprendimientos inmobiliarios, coto de caza, etc- pagan montos irrisorios en concepto de impuesto inmobiliario rural, cuyos valores los fija la Agencia de Recaudación Tributaria (ART) de Río Negro y están completamente desactualizados, ya que no es obligatorio declarar mejoras realizadas en tierras rurales. Dependiendo la ubicación, por algunas parcelas le pagan al fisco $8 anuales por hectárea, por otras $4 y por las que se encuentran junto a la curva del Río Del Diablo apenas $1,3. El saqueo no podría ser mayor.
En ese sentido, ya han cercado parte del acceso a importantes cursos de agua, como el río Manso, al río Foyel y el río del Diablo, y, ahora, se dispusieron a alambrar el nacimiento del río Chubut. Lo último perjudica particularmente a la población originaria que utiliza esas nacientes de agua no solo para beber sino también para la cría de animales y la recolección de plantas medicinales, además de tratarse de sitios sagrados. Sin embargo, está en juego el abastecimiento de agua de gran parte de la población rionegrina.
Toda la solidaridad con la lucha de la comunidad mapuche, no al alambrado, reconocimiento de la propiedad comunal de la tierra para la lof Kom Kiñé Mu. Defendamos el agua para las necesidades sociales y no para el lucro capitalista.
Sofía Hart
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